Revista La Flamenca: Revista nº 25 / año 2008 Mayo Junio.
Con este nombre se conoce a un Festival que se celebra en el madrileño Colegio Mayor San Juan Evangelista, y que lleva diecinueve ediciones homenajeando a la provincia de Almería, que alejada del mítico triángulo de la Andalucía occidental, también goza de una buena salud flamenca. Nombres como los de los cantaores Chilares, el Marmolista, el Cabogatero o el Ciego de la Playa, se unen al de guitarreros y tocaores como Julián Arcas, Antonio de Torres, Tomatito o Niño Josele. Todos tienen en común el culto hacia esa composición que lleva por nombre taranto, aunque su origen debe atribuirse a Carmen Amaya y Sabicas allá por los año cuarenta, cuando requerían de más números para sus espectáculos americanos. No obstante, esa taranta que se llenó de compás binario dando paso al taranto bailable, en Almería volvió a ser deconstruido, para crear el cante por tarantos, con sus melodías y cadencias propias que lo distinguen de otros cantes mineros. Lo paradójico es que sea en Madrid donde se siga este culto al taranto, pues Andalucía da la espalada muchas veces a Almería como sucede con el ciclo Flamenco Viene del Sur, o las Rutas del Flamenco. Menos mal que la Junta de Andalucía ha paliado su ausencia y este año por primera vez ha realizado la Ruta Minera que une Jaén con Almería.
Se inauguraba esta edición el viernes 25 de abril con un veterano cantaor almeriense, Juan Gómez, que tiene su oficio, y fue entrañable el recuerdo hacia la figura de su hermano Pepe Gómez del que se cumplen diez años de su ausencia. Ambos han dominado tanto la seguiriya como el taranto, y Juan Gómez los demostró junto a la guitarra de José María Molero. Luego hubo un auténtico mano a mano entre la joven Argentina y el veterano José Mercé, los cuales firmaron tablas pues derrocharon entrega en sus recitales, satisfaciendo con creces las expectactivas del público que abarrotaba el aforo. La onubense estuvo acompañada por la bajañí de Eugenio Iglesias y el compás de Bobote y Torombo. Por su parte el jerezano estuvo secundado como no por Moraíto Chico y el eco santiaguero de su sonanta. La velada del día 26 de abril sábado nos deparó la grata sorpresa de escuchar a un jovencísimo gitano de La Chanca almeriense, que estuvo acompañado por la magistral guitarra del también almeriense Antonio Luis López, y nos quedamos con un fandango minero del Niño de Cabra, que junto con la soleá de Triana arrancaron fuertes aplausos. Aunque también es una cantaora joven, la veteranía de Marina Heredia sobre las tablas se tradujo en el mejor tercio de la noche, gracias al acompañamiento de El Bolita, y las palmas de Anabel Rivera y Reyes Martín. Presentó temas de su disco "La Voz del Agua" y esos magníficos tangos de Graná de ritmo pausado. El cierre lo echaría El Torta, aunque no tuvo una de sus mejores noches desde su vuelta a los escenarios, y ni siquiera obsequió al público con un solicitado bis.