Adiós al cantaor Antonio El Pichichi. El creador de uno de los más bellos estilos de fandangos personales murió ayer en Sevilla a los 84 años de edad.
Web Revista La Flamenca. Luis M. Pérez. Sevilla 27/11/2015
Nos llegaba anoche la noticia, mala y a destiempo como todas las de su clase, de mano del investigador y amigo Manuel Bohórquez Casado. Antonio EL PICHICHI, cantaor aficionado no profesional, había fallecido a eso de las cuatro de la tarde en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Antonio Hidalgo Rivilla “El Pichichi” nació en Sevilla el 27 de diciembre de 1930, concretamente en la calle Infantes, muy cerca de la antigua plaza de los Carros, hoy plaza de Montesión, en el flamenquísimo barrio de la Feria. Desde muy pequeñito fue testigo de la febril actividad que en torno al flamenco se desarrollaba en las tabernas y colmaos de la cercana Alameda de Hércules y calles aledañas. Cuando no le permitían colarse, por su corta edad, permanecía agazapado cerca de la puerta para escuchar a Pepe Pinto, la Niña de los Peines, Manuel Vallejo, Tomás Pavón, Manolo Caracol, Antonio Mairena y un sinfín de figuras del cante.
Frecuentaba la compañía del Bizco Amate y de su inseparable Antonio el Pajarero, cantaor de corta estatura y grandes facultades que tuvo al parecer su influencia en la conformación de los polémicos fandangos del Pichichi que se le atribuyen a Antonio, al igual que Juan el Camas, con quien coincidió en el servicio militar.
Antonio nunca fue cantaor profesional, ni se subió jamás a un escenario. Manuel López Martín, flamencólogo y presidente de la Federación Onubense de Peñas Flamencas, sostiene que el verdadero creador del fandango del Pichichi fue el hermano de Antonio, Juan, que se hizo profesional con el nombre de El Niño de San Jacinto antes de marcharse definitivamente a Málaga, donde murió. Fue el cantaor Javier Rivera (Francisco Javier Hidalgo Rivera, n. Sevilla, 1975), el menor de los siete hijos de Antonio, quien así se lo aseguró a Manuel López.
Sea como fuere, esos impresionantes fandangos personales, de muy difícil ejecución quedarán para siempre atribuidos a Antonio Hidalgo el Pichichi. Antonio eligió para vivir la profesión de yesero y vivió gran parte de su vida en el barrio de Los Carteros, perteneciente al distrito sevillano de la Macarena. Allí ejerció su magisterio en la emblemática Peña Flamenca “Los Manantiales”, riquísimo vivero de artistas profesionales de primera clase que bebieron, valga la redundancia, del manantial de Antonio. Artistas que tienen en común la prodigiosa técnica, el conocimiento largo y extenso de la baraja flamenca y la hondura con que expresan y transmiten el cante, por un lado, y, por otro, el escaso reconocimiento que injustamente han recibido por parte de la crítica, los circuitos y las administraciones del flamenco. Me refiero a cantaores como el sevillano Juan Antonio Chacón Cruz “Antonio Chacón” (n. 1949), que falleció tristemente el 8 de enero de 2013, y que fue el primero en grabar los fandangos del Pichichi con Paco Cepero en 1977:
Con el deo me señaló
y estaba borracha perdía,
y a un amigo le decía,
y a ése es el que quiero yo,
y él no me querrá en la vía.
O su paisano, vecino y coetáneo, el gran José Antonio Muñoz García “El Chozas”, que los grabó con la letra más famosa de este estilo:
Hasta los hierros doblé,
preso en la cárcel yo un día,
con otro tú te divertías,
y no viniste a verme
ni siquiera una vez,
mañana me quitan la vida.
Dicen en el barrio que, cuando el Chozas, que por cierto se atribuyó él mismo la autoría de este estilo, grabó los fandangos del Pichichi, Antonio Hidalgo le riñó, pues el original es un cante corto que requiere mucha velocidad (Antonio imitaba muy bien a Juanito Valderrama), recomendándole que no alargara tanto los tercios, a lo que el Chozas respondió: “Maestro, es que yo no tengo la velocidad que tiene usted en la garganta”.
El tercer espada en la terna del barrio de Los Carteros es el cantaor José Galán, nacido en Écija en 1950, pero formado también junto a los dos anteriores en Los Manantiales. La grabación de José es quizás la más fiel al original, puesto que antes de ir al estudio de grabación estuvo ensayando con Antonio:
Que se debe perdonar,
yo he escuchao decir a la gente,
y prenden al inocente
y sueltan al criminal
que mata cobardemente
El cadáver de Antonio Hidalgo será incinerado hoy en el cementerio sevillano de San Fernando, posteriormente a la misa de cuerpo presente que se le oficiará en el Tanatorio Municipal de la SE-30, a las 13 horas. Descanse en paz.
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