Presenta su disco “Pitingo con Habichuelas”
Más vale llegar a tiempo que rondar un año, dice el refrán. Es lo que le ha ocurrido a Antonio Álvarez Vélez, Antonio "Pitingo", que con sólo veinticinco años ha logrado el reto de grabar un disco con una importante multinacional, que además está producido por José Manuel Gamboa, arropado por Morente -que le hace el texto de presentación- y acompañado por la dinastía artística de los Habichuela. No lo dice, pero seguro que todavía se está pellizcando para comprobar que esto que le está pasando no es un sueño.
Granaína, media granaína, soleares, siguiriyas, malagueña... Se nota que hay afición en Pitingo
Tiene que ser así. He procurado hacer los palos más jondos y también otros que no son tan jondos, pero que la gente no hace a menudo, como la granaína, la malagueña o las alegrías de Aurelio. Y encima con esos pedazo de monstruos.
¿Por qué los Habichuela?
La idea sale de Gamboa, que me dice "oye, podías hacer un disco con Pepe Habichuela". Después hablamos con Juan, luego con El Camborio y así, poquito a poco, al final se unieron todos... Y el disco, pues "Pitingo con Habichuelas".
¿Has cantado lo que has querido y como has querido o ha sido el productor el que te ha dado las pautas?
Gamboa me ha ayudado muchísimo, pero prácticamente elegía yo su repertorio. Él me decía "Elige lo que quieras de estas canciones". Hombre, también nos fijamos en la variedad. Me decía "mira, es mejor que cantes aquí unas alegrías, aquí una granaína o aquí una malagueña". Y la verdad es que el disco está muy redondo gracias a Gamboa.
¿Cuántas veces has escuchado el disco?
Ni me acuerdo. Por ejemplo, la noche antes de la escucha que hicimos con los medios me lo llegué a escuchar por lo menos veinte veces. Una detrás de otra. Y ya durmiéndome, pero seguía escuchando.
Comentaste en esa escucha que era un disco para poder hacerlo en directo.
Nunca me han gustado los pinchazos. Hay discos que es imposible hacerlos en directo. Por ejemplo, en las respiraciones se nota mucho. A veces da la sensación de que el cantaor tiene pulmones de 90 kilos cada uno. Eso nunca me ha gustado. Prefiero hacer las cosas de tal manera que pueda llevarlas igual al directo, con el mismo tono y con las mismas respiraciones.
¿Has tenido que repetir mucho las grabaciones hasta conseguir lo que buscabas?
Normalmente íbamos a día por tema, lo que ocurre es que ese tema lo repetíamos muchas veces, pero siempre entero. Iba a por el tema entero, no frase por frase, sino entero. Y, más o menos, lo que te digo, a tema por día.
Abres el disco con unas "Soulerías" ¿crees que aporta algo ese tipo de experimentos?
Son dos músicas puras: el soul y el flamenco. Las letras son tradicionales y lo diferente es el estribillo. La armonía de las voces es como en un coro de Gospel. Yo me tiré muchos años cantando con negros y creo que tenía que intentar hacer algo así.
¿Cantando con negros?
Sí, con un grupo de Gospel que eran seis hermanos. Empecé con ellos. Me gusta mucho el soul y aprendí todas sus voces, todas las armonías y los ritmos. Además me gusta mucho Aretha Franklin, María Carey, Whitney Houston...
Llevas una carrera muy rápida. No hace tanto que ibas por locales de Madrid donde estaba, por ejemplo, el guitarrista Alfonso Orellana y ensayabas con él ¿lo recuerdas?
Me acuerdo muchísimo. Yo llegaba y le preguntaba "¿qué me recomiendas?" y él contestaba "el polo de Fosforito". Yo me lo compraba, me lo aprendía y me iba a practicar con él hasta que salía.
Aparte de lo que dejas en el disco ¿qué más repertorio tiene Pitingo?
Está la cartagenera, los fandangos de Huelva, la caña, el polo... Intento siempre aprender todo lo que pueda.
Para ser aficionado ¿Qué es más importante, saber cantar o saber escuchar?
Saber escuchar. Un buen aficionao no tiene por qué saber cantar. Yo me he tirado muchas noches sin cantar nada: sólo escuchando y aprendiendo
Y para ser cantaor ¿qué importa más, tener buena voz o tener buen oído?
Tener buen oído. Si tienes buena voz y no tienes oído, no vale. Pero tener buen oído sirve, por lo menos, para afinar.
¿Qué consejos te ha dado Morente?
Muchos. Que aguante. Que no me vuelva loco. Y que haga siempre lo que me gusta. Él escuchó el disco y me llamó a las tres de la mañana. Me dijo que era precioso y que era diferente. Que le había encantado. También me ha dicho que siempre habrá gente que me quiera y gente que no.
¿Qué has aprendido de él?
He aprendido que tengo que seguir sus caminos, en el sentido de que Morente siempre hace las cosas muy bien, nunca le he escuchado hablar malamente de nadie, cantando es un fenómeno, innova y siempre lo hace con gusto y con cuidado... Es completo y yo creo que hay que ir por ahí.
¿A los veinticinco años, cómo vive Pitingo el flamenco?
Más intensamente que nunca. Me levanto flamenco y me acuesto flamenco, porque estoy todo el santo día pensando en el flamenco. Todos mis amigos son flamencos y toda la gente que me rodea es flamenca, así que no puedo pensar en otra cosa que no sea en el flamenco. Y cuando no, me pongo a tocar la guitarra, a estudiar, a escuchar música. Para quien de verdad se siente flamenco, esto es una forma de vida, más que un gusto musical.
Hoy día hay muchos cantaores, pero no todos tienen la posibilidad de presentar un disco en las mismas condiciones que tú ¿cuál es el secreto? ¿Qué tiene Pitingo para contar con esa suerte?
Creo que es porque he sido yo mismo. Nunca he intentado imitar a nadie. Me gusta muchísimo Camarón, Marchena o Caracol, por ejemplo, y he intentado coger una pizquita de cada uno y hacerlo. Puede ser que así dé para diferentes públicos, pero sin querer cantar como esos maestros. Además, me gusta salir al escenario y cantar de verdad. Intento transmitir a la gente, que es lo que importa. Más que pensar en que si esta soleá o aquella seguiriya era exactamente así o no, si no intentas transmitir no llegas a nada.
Para un buen aficionado al flamenco ¿qué le aconsejas de tu disco?
La granaína y la seguiriya. Tienen mucho peso, son muy flamencas, están cantadas muy bien y todavía están mejor tocadas.
Y a quien que no conozca el flamenco ¿Qué le sugieres?
La bulería "Celos"...Pero también la granaína y la seguiriya.
Texto: Manuel Moraga