El director del certamen reivindica una nueva regulación de la Seguridad Social para que los artistas y creadores superen el mazazo causado del Covid-19.
Revista La Flamenca. Xavier Grau. 6/4/2020
“Sevilla es una ciudad creadora de reconocidos arquetipos festivos como la Semana Santa, el arte torero, la Feria y también... la Bienal...”. Así dispara, certero y de entrada, su director Antonio Zoido a la primera pregunta que va en boca de todos ¿cómo afectará la pandemia del coronavirus al certamen flamenco de la ciudad?
Confinado en su casa de Mairena de Aljarafe, Zoido abre la ronda de entrevistas de la Revista La Flamenca para una radiografía rápida y de urgencia sobre cómo la crisis sanitaria del Covid-19 y el parón económico han impactado en el arte y la creación del mundo flamenco.
Por la mañana, teletrabajando como todo el mundo, Zoido atiende las llamadas y las cuestiones de la organización para la Bienal. Habla con los artistas. Hoy con Andrés Marín, ayer con Rocío Molina. Y busca alternativas para avanzar en la organización de detalles que se complican por la congelación de toda actividad por el estado de alarma.
Por la tarde, algo más relajado, lee y escribe. Anda a vueltas con un artículo sobre cómo defender la cultura del flamenco, esa que en tiempos de Demófilo era llamada de tradición oral y que hoy, dice, él renombra como cultura de tradición generacional.
Por la noche, algo de cine. Y durante toda la jornada, música en alto. Nos cuenta que le ha dado en estos días por escuchar, lógico, algo de música sacra ya que estamos a las puertas de una Semana Santa castigada también por la pandemia.
“LOS ARTISTAS SE HAN QUEDADO DE GOLPE CON UNA MANO DELANTE Y UNA DETRÁS”
“La Bienal no dejará fuera a nadie y mantiene todos los compromisos de ese gran sudoku que es su programación”, explica Zoido para tranquilizar a todo el mundo. Certifica que la organización tiene cerrada toda la programación y cerrados todos los espectáculos. “Ahora estamos perfilando trámites, cachés y confirmando a todos que la Bienal se mantiene con sus fechas entre el 4 de septiembre y el 4 de octubre”, certifica.
“Los artistas y la gente de la cultura en general, y también los flamencos, claro, se han quedado de golpe con una mano delante y una detrás y la Bienal no puede reducir espectáculos ni dejar fuera a ningún artista”, añade.
La organización piensa apurar al máximo ese millón y medio de euros de presupuesto, “¿a que te parece muy poco?”, repregunta el director. “Lo cierto -matiza- es que siempre pedimos más porque es poco presupuesto pero vamos llegando a todo gracias a que teatros como el Lope de Vega del Ayuntamiento y el Central de la Junta, además de la Maestranza, también un poco municipal, nos permiten ahorrar en sedes”.
Antonio Zoido explica que la Bienal se mantiene a día de hoy con todo lo programado y con especial energía porque “somos el gran escaparate de todo lo que se da en el flamenco en este momento, somos el gran escenario de presentación y el trampolín que da a conocer espectáculos que rodarán por todo el mundo en los próximos años”.
“De ahí que vamos a darlo todo porque no sólo hay que dar de comer, hay que enseñar a pescar y dar la caña”, sentencia. Apunta así a poner en valor el empuje que el dinero y la promoción de la Bienal inyecta en artistas y compañías y lo mucho que esto supone para los creadores en los próximos meses.
“ME PROCUPA SI EL PÚBLICO TENDRÁ MIEDO DE VOLVER A LLENAR LOS TEATROS”
A Zoido le preocupa especialmente cómo reaccionará el público cuando se recobre la normalidad. Si tendrá miedo, si será capaz de volver a llenar los teatros. Pero no le inquieta que las fechas de la Bienal puedan coincidir con el traslado de la Feria de Abril sevillana al mes de septiembre.
La organización del certamen espera mantener la confianza de esos espectadores que constituyen el público fiel de la Bienal, especialmente de los extranjeros.
La última edición de 2018, según datos oficiales, registró un total de 42.725 espectadores en los 11 espacios de la programación oficial, lo que supuso un 85,26% de ocupación media en los espectáculos programados.
Las entradas compradas por españoles a través de la web de la Bienal y del ICAS fue del 68’78% y por extranjeros de diversas procedencias del 30’22% (Francia, 4%; EE:UU, 3’7%; Japón, 3’58%; Alemania, 3’05%; Italia, 3’03%).
En conjunto, la recaudación total por taquillas ascendió a 798.450,05 €.
El súbito parón de la economía y de toda la actividad en España y alrededor del mundo ha caído como un mazazo entre los creadores obligados a cancelar o posponer contratos necesarios.
Zoido habla diariamente con cuatro o cinco artistas. Y cuenta que “están muy preocupados porque se han quedado colgados y desprotegidos”. Insiste en reivindicar que “deberían tener algo parecido a lo que funciona en Francia para la gente de las artes escénicas cubiertos con el paro en función de las actuaciones que realizan al año y que si no pueden trabajar reciben un sueldo mensual que les ayuda”.
“AHORA ES EL MOMENTO DE REFORZAR LA INDUSTRIA DE LAS ARTES ESCÉNICAS Y DARLE COBERTURA COMO SE HACE CON LA SEAT”
“Es una gran carencia, una gran laguna que los artistas flamencos estén tan desprotegidos y que además la falta de regulación y de cobertura fomente esa economía sumergida que nos perjudica a todos porque son ingresos que no llegan a las arcas del Estado”, reclama. “Ahora o nunca -pide Zoido- es el momento de arreglarlo y reforzar la industria de las artes escénicas que tienen en Andalucía y el flamenco algo muy importante”.
Industria cultural. Industria del flamenco. Esta es la clave a la que se refiere Zoido para insistir en la urgencia de “legislar y darle una cobertura y estructurarla como se hace en otros sectores económicos del país como pueda ser la cadena de producción de la Seat...”
“LAS AYUDAS ECONÓMICAS DEBEN LLEGAR A DIRECTORES, MONTADORES, ILUMINADORES, TÉCNICOS DE SONIDO, TRASNPORTISTAS...”
Junto a los artistas, Zoido reclama que en esta nueva cobertura legal y de ayuda económica que debe surgir de esta crisis sanitaria y económica, hay que incluir a todos los oficios de la cadena de creación: directores, montadores, iluminadores, técnicos de sonido, transportistas... Exige cuidar un sector como el flamenco que “es el que está llevando los espectáculos de gran formato por todo el mundo, ejerciendo de gran embajador de España”. Como ejemplo, cita las producciones de María Pagés, Eva Yerbabuena o Dorantes.
Todos los artistas flamencos, mayoritariamente cotizantes autónomos, reclaman un régimen especial de la Seguridad Social que atienda lo específico de su profesión. “Algunos, que tienen muchas actuaciones, pueden conseguir un buen salario; no la mayoría, y otros muchos deben combinar otras actividades como escuelas o academias”.
“Hoy están todos en sus casas y siguen estudiando, escribiendo, componiendo y reflexionando, y tal vez algunos agradecen el parón al que no están habituados porque llevan agendas trepidantes, pero todos están muy inquietos y preocupados por su inseguridad económica”, concluye Zoido.
Y como licenciado en Filosofía por la Gregoriana de Roma y la Complutense de Madrid, además de fundador del Sindicato de Obreros del Campo y del Partido del Trabajo de España allá por el siglo pasado, no olvida combinar lo divino con lo humano. Así concluimos. Pregunta: ¿cómo nos salva el arte y la creación en tiempos de zozobra? Respuesta: “nos da el impulso espiritual necesario para desarrollarnos y, aun estando en casa, seguir creyendo en los artistas y su creatividad”.