Más de dos mil personas abarrotaron la Casa Palacio de los Duques de Arcos en la LVII Gala del Festival Antonio Mairena.
Web Revista La Flamenca. Luis M. Pérez. Sevilla. 3/9/2018 Fotos cedida por el Ayuntamiento de Mairena del Alcor
Es la noche grande de Mairena del Alcor, la de la Gala de su Festival, no llegamos, no te preocupes, que estas cosas nunca empiezan a su hora. Si dice a las diez y media, no será antes de las once. Da gusto ver las hileras de familias bajando la calle Real, los hombres de traje, las mujeres de noche. Muchos mayores llevan un cojín en la mano, que eso dura hasta las tantas, no te pierdas la obligada ronda de tonás y martinetes.
Lo que iba a ser la Gala de la polémica se quedó en la Gala de los abanicos. “Los toros, las avispas y el flamenco, con calor, pero no tanto”, suelta Manuel Curao para romper el hielo. “De todas maneras, cójanse el compás con los abanicos, que es una magnífica imagen que tengo desde aquí arriba”. Amigos en el ambigú auguraban lo peor, espero que no silben a Arcángel, no estaría bonito. Y no lo hicieron, bueno, cuatro fueras a repartir entre tres cenutrios. Es por aquello de su espectáculo Zambra 5.1., tú sabes, yo ya no me acordaba de eso.
Arcángel había encargado un traje de faena y otro de entrega, hondura y transmisión. Y salió con ellos bajo el terno de su voz laína y prodigiosa, esta vez al servicio del cante jondo. Tras la media granaína se permitió el único fandango que se escuchó en toda la noche, de Lucena, el de “Lo he visto en la barrera”, inmortalizado por el Cojo de Málaga, seguido de la verdial lucentina de Vallejo, “En criticar y murmurar”. Le dio un repaso al álbum de las soleares, con valentía y verdad. Y las mejores seguiriyas que se oyeron en la Gala, donde el onubense se entregó como nunca, a clavito y canela, el reniego y eran dos días señalaítos. Dominado aún por el resuello, manifestó su inmenso respeto por don Antonio Mairena, todos nos equivocamos, y el pueblo le concedió su perdón. Los Mellis y Miguel Ángel Cortés lo miraban con admiración.
Y llegó la triunfadora de la noche, acompañada de su marido, José Salazar, Kiko de Tiriti y la sonanta malagueña de Antonio Pozo. La Cañeta de Málaga nació en 1936 en la calle de los Negros del barrio de El Perchel. Le molesta que en las páginas web le pongan cuatro años más, que tiene ochenta y dos. Pero sus facultades físicas y vocales son las de una mujer madura y no más. Hay que verla apoderarse del escenario, lo mismo que se hace dueña del público antes de haber cantado siquiera. No me llames Teresa, que es nombre de portera. Bulerías por soleá, tangos soberbios y bulerías en todos los registros imaginables. Emocionada, anunció una próxima retirada de los escenarios, lo que quiero ya es descansar, me lo merezco.
Tanto tirarle a la quincuagésimo séptima, y solo por las dos primeras actuaciones ya merecía la pena haber venido. Cuando Juan Manuel Fernández Montoya Farruquito acabó de bailar, uno se dio cuenta de por qué le gusta tanto el flamenco. Un cuadro de lujo ayuda bastante, Antonio Villar, Pepe de Pura, Encarna Anillo y Mary Vizárraga, nada más que para cantarle al rey del baile gitano. Su primo Polito con su percusión, pero sin abusar, todo en su justa medida. Y el soniquete del barrio de Santiago pegado a los bordones de José Gálvez. Nunca vi bailar a Juan así, ni yo tampoco. Qué elegancia, cuántas veces se oyó esa cualidad en el Auditorio. Cada día baila mejor, sin duda. Bueno, puede que sea que hoy se está entregando al máximo. La silueta perfecta del bailaor sevillano se proyectaba en forma de sombra en la fachada de la Casa Palacio, como ese Nazareno que camina tan despacio por la Madrugá sevillana. Porque Farruquito sabe bailar despacio y cambiar la velocidad hasta casi salirse de pista. El día que deje de abusar de esos desplantes innecesarios, ya no sabremos qué decir.
Marina Heredia salió de su barrio del Albaicín y subió la cuesta del Sacromonte granadino en busca de unos tangos con que obsequiar al exigente público mairenero. De ahí se fue hasta Jerez de la Frontera a buscar a su guitarrista, José Quevedo “Bolita”, que aportó solidez al conjunto, con la inestimable ayuda del soniquete innato de Roberto Jaén, que hizo doblete esa noche al acompañar a Juan de Mairena. Fueron destacables la milonga “En los brazos de mi mare”, inmortalizada por el Corruco de Algeciras, y unos cuplés por bulerías de Adela la Chaqueta que Marina desperdició entre las primeras filas al prescindir de la megafonía.
Y cerró la noche Juan de Mairena, muy querido entre sus paisanos, que aplaudieron todo lo que les ofreció. Una muy buena tanda de soleares, otra de tientos tangos desdibujados, y seguiriyas magníficas del sentimiento. Terminó tarde, muy tarde la cosa, pero el Festival de Cante Jondo Antonio Mairena sigue vivo, muy vivo.
Ficha artística:
Espectáculo: Gala del LVII Festival
Ciclo: Festival de Cante Jondo Antonio Mairena 2018
Lugar y fecha: Auditorio Municipal Manuel Mairena, Mairena del Alcor. 1/9/2018
Cante: Arcángel, La Cañeta de Málaga, Marina Heredia y Juan de Mairena.
Guitarras: Ángel Cortés, Antonio Soto, José Quevedo “Bolita” y Rubén Lavaniegos.
Baile: Farruquito, acompañado por Pepe de Pura, Antonio Villar, Encarna Anillo y Mary Vizárraga (cante); José Gálvez (guitarra) y Polito (percusión)
Palmas y coros: Los Mellis, José Salazar, Kiko de Tiriti, Diego Montoya, Roberto Jaén
Presentador: Manuel Curao