Andando por el tiempo y otros caminos
Revista La Flamenca: Revista nº 11 / año 2005 Julio Agosto José María Castaño Fotos: Antonio Cid
Nos citamos con Gerardo Núñez en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde organiza cada verano unos cursos internacionales. Es un viernes de julio y el ambiente es muy agradable en el marco de las bodegas Caydsa de la ciudad de la manzanilla; al fondo casi más de 50 guitarristas, llegados de todas las partes del mundo, utilizan el lenguaje universal de su guitarra para ponerse de acuerdo por bulerías. Casi el mismo número de bailaores refrenda la propuesta y se suma el cante de tres jóvenes jerezanos, Jesús Méndez, Niño la Fragua y Juanillorro. Es una fiesta fin de curso. Pero no una fiesta cualquiera; está formada por personas de más de 20 países. A todos los reúnen Gerardo, su esposa Carmen Cortés, el Cepillo y Rafael de Utrera, entre otros, bajo la atenta mirada de la hija de Gerardo y Carmen, quien colabora en todas las gestiones del curso. Como un guitarrista más, ni siquiera sentado en el centro de todos y con la escolta de su amigo José Manuel Gamboa, el guitarrista parece disfrutar mucho de la velada. El toque es su profesión, pero también su ocio y su amor. Al finalizar el curso, nos paramos a charlar un poco bajo una ligera brisa de poniente sanluqueño y el olor a dama de noche y botas de la bodega.
Cada vez más y más gente, eh Gerardo...(por los cursos)
Ni me lo cuentes, cada año más y más y vamos a tener que llevarnos la gente a la playa digo yo. Ya no se nos comienza a plantear el problema del alojamiento y el de gestionar tantas cosas a la vez . Menos mal que mi hija nos echa un cable con todo el papeleo. De todas formas, Carmen y yo le tenemos mucho cariño al curso
Gerardo, aprovechando que estamos en una bodega, ¿Qué te evoca este aroma? ¿Cuánto hay de aquel Jerez en tu toque de hoy?
Mucho como es lógico. Sobre todo, unas ilusiones y unas ganas por aquellos chavales de entonces de aprender de todos, de los viejos, de los más jóvenes, de conquistar tu propia personalidad. Date cuenta que uno de los grandes problemas de hoy, en general, es que se les da todo hecho a los jóvenes, no tienen una motivación de prosperar como aquellos. Ya con 11 años mi padre me llevó a Rafael del Águila, profesor por el que han pasado casi todos de Jerez: Parrilla, Cepero, Fernando Moreno... y ahí comencé a estudiar la guitarra.
¿Es cierto que Rafael era tan raro?
Sí, mucho. Era un magnífico profesor pero en el terreno personal era bastante bohemio, llevaba una vida muy al margen de la sociedad que le rodeaba. Se levantaba pasado el medio día. Allí iba Gerardo todos los días con su bici y la guitarra a cuestas. Claro que eso está, son los cimientos.
Y luego, la bendita oportunidad de acompañar a algunos que hoy son vacas sagradas.
Sí, eso ocurrió algo más tarde cuando ya me fui soltando un poco. La oportunidad me vino de la mano de la Cátedra de Flamencología. Organizaba cursos y conferencias y con 13 años, más o menos, me vi acompañando a ilustres como El Mono, Terremoto o Tío Borrico, con el que tengo esa foto por ahí muy jovencito. De ellos aprendí muchas cosas, sobre todo lo esencial del arte flamenco. Imagínate esa voz de Tío Gregorio, es imposible de olvidar. Claro que, yo pertenecí a una época sometida a otras muchas influencias externas, ya no era sólo el Jerez de los tabancos o señoritos y con mis colegas también escuchaba cosas modernas.
Pero tú no me negarás que te despegas un poco del toque esencialmente jerezano y has ganado en el terreno de la técnica que te permite otras cosas.
Bueno, bueno... son dos pregunta en una. Mira, por una parte está ese que tú llamas el toque jerezano, que muchos creen se ha quedado anticuado técnicamente, pero a ver quien toca con ese sabor. La dificultad no está la mayoría de las veces en meter notas y cuántas más mejor, sino a veces en quitar notas. La guitarra está para decir algo, no sólo como se dice. Eso es, ya he dicho otras veces que los guitarristas más jóvenes se han dado cuenta que con la técnica pura y dura no se llega a ningún sitio, hay que contar. Yo digo siempre: cuanto más técnica mejores posibilidades de contar y dialogar con tu público. Y un consejo que doy a todos los jóvenes es que lo que hay que buscar es la calidad de estudio, como nos decían en los colegios.
¿Y cómo ves el tema de la fusión?
Pero ¡vamos a dejar de una vez los clichés! -dice un poco más resaltado-. Yo y otros muchos como Vicente (Amigo) o el Tomate, lo que hacemos es emplear nuestras guitarras y nuestros lenguajes musicales para dialogar con otros músicos. Ellos hacen su música, nosotros la nuestra. Lo que ocurre es que te alimentas de todo. Eso viene muchas veces de mentes obstusas que no ven más allá, como ha dicho Paco en alguna ocasión les da coraje justo aquello que no saben o no controlan. Además no sé bien porque se habla de pureza precisamente en esto del flamenco que es el fruto de un gran mestizaje.
Por cierto, casi todos tus conciertos son fuera de España
Sí es así. Debemos reivindicar mucho más para la guitarra flamenca en España. Aunque fuera hay mucho. Pero también es lo más cómodo. Cruzar las fronteras y hacerte con un hueco en las importantes programaciones es trabajoso, a veces te vuelves si cubrir gastos al principio. Y parece que nadie ahora quiere ningún tipo de sacrificios. Mira Pepe, ahora mismo un tío que toque bien la guitarra, que tenga las ideas claras y comience a moverse un poco no tiene sitio para guardar el dinero. Así te lo digo. Hay que mucha demanda de artistas en festivales internacionales de música folkc, de músicas del mundo o étnicas, de clásica, de jazz... Además, te voy a decir una cosa preocupante y no te lo tomes a la ligera: ¡Hay pocos guitarristas que ofrezcan un nivel para estar ahí! Sí, altan tocaores y cantaores de alto nivel. Nos faltan.
Y es curioso como en cualquier país la gente participa
Ya me contarás. Bueno, tu estuviste conmigo en Alemania y viste aquella carpa de Mainz hasta la bola en un word music. Nuestro arte cada vez goza de un mayor interés. Pero hay que moverse. Mira, yo el año pasado firmé 100 conciertos que ya son decir y un día estaba en Alemania y al siguiente en Estados Unidos. El Flamenco necesita de gentes con la mente un poco más abierta, lo que ocurre es que hay mucho conformismo y no se sale del Candela, de Casa Patas o de las cuatro peñas flamencas.
Hablemos de tu último disco "Andando el Tiempo". Ya han transcurrido algunos meses desde su aparición. ¿Cuál es el balance?
Yo no creo que sea el indicado para hacer balance, eso los demás, donde yo me tengo que centrar es en la creación y luego ahí están los temas. Hay quien dice que me meto en muchas cosas a la vez, pero tampoco es así, si el proyecto me ilusiona y me motiva yo adelante, pero no cojo cualquiera. "Andando el Tiempo" fue un disco que tardó cinco años en aparecer, por lo que luego no digan que está echo por hacer. Algunos temas se incluyeron en el segundo volumen de Jazzpaña, ahí estaban más jazzísticos y para el "Andando el Tiempo" son más de guitarra. Porque siempre procuré que fuera un disco de guitarra flamenca, excepto en algunos que aparecen Paolo Fresu y Perico Sambeat, el resto es con mi gente de siempre: Pablo Martín y Cepillo.
Solo de guitarra me recuerda a la Bienal de 2004
Sí, no deja de ser curiosa la reacción del público. Resulta que me cuelo en el Teatro Central de Sevilla nada más que con mi guitarra y fíjate la que se armó, después de 14 toques pelados y la gente pidiendo otra y otra. Yo lo hice como un modo de reivindicar un espacio para la guitarra flamenca de concierto que creo aún no está donde se merece. O sea, que somos los suficientemente capaces para estar ahí sin más necesidad de protocolo. La que se armó. Sólo espero que sirva de estímulo.
"Hoy se trabaja muy cómodo en todos los sentidos y se tiene todo a mano"
Es que muchos confunden la faceta de compositor con la de intérprete...
Estoy totalmente de acuerdo. Es más uno de los problemas del Flamenco en general es cómo ponerle nombre a las cosas: que si puro, que si no puro, que si moderno que si antiguo. Al igual que pasa con esto. Mira, llegan dos chicos a una sala de teatro en España. El primero te hace un repertorio impecable haciendo cosas de Paco, de Manolo Sanlúcar, de Serranito... y todo el mundo lo flipa y dice que es un fenómeno. En cambio, si llega otro a lo mejor tocando más pobre pero interesado en mostrar cosas suyas, de su propia creación y ¿qué pasa eh?. Al primero todo dirán es un mounstruo. Pero debe ser al revés, hay que incentivar la personalidad. Este es una gran lacra del flamenco de hoy y de siempre. El no saber distinguir entre el intérprete a secas con el compositor. ¿Ves cómo hay que avanzar mucho en el flamenco?. Con el cante o el baile pasa ídem de lo mismo. Llega este chaval que ha estado aquí con nosotros hoy, Jesús Méndez. Si llega a una peña de Jerez y hace al milímetro los cantes de Manuel Torre todo el mundo le dirá olé cien veces. ¿Pero si el mismo Jesús intenta aportar algo suyo a lo de Manuel? A lo mejor se tiene que ir corriendo... Aunque hay que señalar que no todo el mundo está capacitado para crear. Son clichés.
¿Te debes pasar muchas horas en los estudios?
Las justas y suficientes para no volverse uno loco. Ahora tengo estudio en Tres Cantos (Madrid) y eso nos ayuda mucho a componer y a trabajar. Hoy se trabaja muy cómodo en todos los sentidos y se tiene todo, absolutamente todo a mano, que si el mp3 que si el pro-tools... A veces mi casa a la hora de comer parece el metro jajajaja. Pero lo más importante es divertirse con la música y amarla, es la función del músico. Debemos intentar que todas esas técnicas digitales no nos estandaricen demasiado
Te has acordado recientemente de Mario Escudero..
En cada disco procuro acordarme de alguién significativo, lo hice con Remache en Jucal y con Bills Evans en el disco de Nueva York. Mario que ha muerto hace poco ha sido un guitarrista injustamente olvidado y contribuyó mucho a las armonizaciones de la guitarra, sí a que esto no fueran seis falsetas unidas por un ritmo. Y pensé en Ímpetu y ahí lo hemos largado como algo de justicia y por su calidad.
Bueno, Gerardo esperemos que aproveches unos días para descansar en esta bonita tierra sanluqueña...
Ya quisiera, mañana doy un concierto en Finlandia y luego me voy a la otra punta. Son gajes del oficio, de este oficio de guitarristas por el que tanto hay que hacer aún todavía.
Suerte y gracias..