Farruca
La palabra ‘farruco' hace referencia a los gallegos emigrados de primera generación, y es más que probable que la farruca hunda sus raíces en alguna melodía popular del folclore galaico o asturiano. Su adaptación definitiva al flamenco se atribuye a El Loli. Su estrofa es de cuatro versos octosílabos que riman segundo y cuarto. Musicalmente hablando se trata de una pieza en modo menor con ritmo binario similar al de los tangos pero más reposados que éstos. Melódicamente se articula en dos frases, una por cada versos, que se ejecutan con gran libertad melismática y ornamental. En la actualidad se escucha en pocas ocasiones, salvo cuando se acompaña al baile, una danza creada por Faíco que sólo suelen interpretar los hombres. Los intérpretes más relevantes han sido Manuel Torre, El Mochuelo, Pepe Marchena, Manuel Vallejo, Manuel Pavón y Rafael Romero ‘El Gallina', entre otros.
Y arriba la oliva
y abajo el limón,
limonada de mi vida
limonada de mi amor,
y allá arriba y arriba,
y allá arriba los dos
después de pasar fatigas.
El Garrotín
La etimología del término nos conduce, como en la farruca, al norte de España y su folclore. Porque hay un asturianismo garrotiada que se utiliza para designar una suerte de trilla empleando el bastón o el garrote. Es un estilo que bien podría traer resonancias de Asturias, empero en los registros más antiguos, como es de Antonio Morón, hay cierto matiz hispano-americano (de hecho, en la guitarra se hacen preludios de milongas y vidalitas), y también se aprecia cierto parentesco con los Tangos del Camino de Granada, por cuanto hay que señalar necesariamente a los grupos de Zambras del Sacromonte. Para más complicación de su génesis, autores como Hipolito Rossy, afirman que, al menos su baile, se debe a los gitanos de Cañaret de Lérida y Valls (Tarragona), de ahí que se prescriban también "pellizcos de la sardana". Comparte con la farruca su proceso de integración en el plano flamenco, al incluirse dentro del género rector de los tangos, que le otorga su compás binario (2x4 ó 4x4) pero, a diferencia con aquella, va en tonalidad mayor y no menor.
Su mayor popularidad vino de Amalia Molina que lo llevó al escenario, aunque su baile, tal como lo conocemos se deba al Sr. Caetano y la fijación coreográfica de Vicente Escudero. Como cante se compone de estrofas y estribillos, siendo el más comúnmente interpretado el popular:
Al garrotín,
Al garrotán,
De la vera vera vera
De San Juan