Revista La Flamenca. Valencia, Palau de la Música 17/1/2008. Foto: Pepe Zapata
El festival valenciano, con una docena de ediciones a sus espaladas, ha reunido a un gran número de figuras, como la compañía de Eva la Yerbabuena, o el grupo de Miguel Poveda, presentando sus propuestas actuales y un concierto muy emotivo del que denominamos Rey Midas del Flamenco, todo ello en concordancia con la gran calidad que presenta el espacio escénico.
En eta ocasión concurrían muchas efemérides, por un lado se celebraba el cincuentenario de la fundación de la Orquesta Chekara de Tetuán, y el décimo aniversario del fallecimiento de su mentor Abdessadaek Chekara, unos de los mejores músicos de la historia de Marruecos. Nacido en Tetuán, se acercó al ambiente flamenco que corrió por la Calle Luneta y el Teatro Español, admirando y aprendiendo esas melodías, ritmos y armonías, y que se tradujo en ese proyecto denominado “Macama Honda”. Igualmente se producía un reencuentro entre dos grandes artistas que llevaban años sin compartir un escenario.
La colaboración de Pepe Habichuela con Enrique Morente dio lugar hace treinta y dos años a uno de los mejores discos de la historia del Arte Jondo, nos referimos al “Homenaje a Don Antonio Chacón” (Hispavox) que supuso una mirada hacia esa gran figura que por aquellos años estaba un tanto olvidada debido a las corrientes mairenistas.
Para rizar el rizo, Morente ya estuvo de gira con la Orquesta Chekara hace una veintena de años. Morente miró al pasado, pero ese pasado en su momento fue un futuro. El más vanguardista de los artistas de su generación supo ganarse enemigos por su forma de entender este arte que ahora lo ha catapultado a la cima de los grandes intérpretes y que corroboró de la mano de Pepe Habichuela y su magistral guitarra, haciendo unos de los recitales más clásicos de los que le hemos podido escuchar en los últimos tiempos con un repertorio lleno de compás interpretando alegrías, el polo, soleares de Triana, tientos y fandangos. Con el resto del grupo solamente ejecutó las bulerías y martinetes como nos tiene acostumbrados, todos alrededor de un micrófono marcando compás, donde Kiki Morente y Angel Gabarre también tuvieron su participación en los cantes.
Tras el descanso aparecería Jallal y su orquesta tetuaní para interpretar con suma belleza una serie de extractos de varias nubas. Composiciones musicales que tuvieron su origen en Andalucía en la Edad Media en las que se encuentran parte de las raíces del flamenco, aunque solo sea por el hecho de interpretarse alguna de ellas en el modo de mi o lo que conocemos por cadencia andaluza.
Luego llegó el encuentro final, no podemos hablar de fusión propiamente dicha, sino que los músicos tetuaníes se pusieron en su piel andaluza e interpretaron flamenco. Puede que asistiéramos a unos de los mejores hermanamientos de artistas de ambas orillas del estrecho, y es que la jabera y la seguiriya que interpretaron nos remontaron a tiempos en los que dichas riberas eran solo una y el Alcázar Rojo que se contempla desde la casa de Enrique en El Abayzín era la meca de la cultura medieval europea.