Web revista La Flamenca. Isidoro Pérez Fernández Granada (Teatro Alhanbra) 4/5/2012
Con el Teatro Alhambra al completo, se desarrolló la final del III Certamen Andaluz de Jóvenes Flamencos, hecho que en Granada por la idiosincrasia de los granaínos, sinceramente, no era de esperar, más aún teniendo en cuenta que el mismo día 4 de mayo a la misma hora, las 21, se celebraba un gran festival flamenco en el Teatro Isabel la Católica. A destacar también que un miembro del Jurado, el bailaor Manolete y la artista invitada, Marina Heredia, participaban en dicho festival.
Los jóvenes finalistas han sido: en el baile, Alberto Sellés de San Fernando Cádiz y Richard Gutiérrez de Córdoba; en el cante Cristo Heredia de Almería y Bernardo Miranda de Fernán Núñez (Córdoba); en el toque Pedro Montesinos de Guarromán (Jaén) y Alberto López de Baza (Granada).
En el Jurado, los profesiones: Manolete, Miguel Ochando y Esperanza Fernández, a los que se unían un representante de la Confederación de Peñas, su presidente Diego Pérez y un miembro del Instituto Andaluz de la Juventud, organizador del Certamen, el Subdirector General, Alfonso Tierra.
El primero en “romper el hielo” ha sido Alberto Sellés, baile, y vaya si rompió el hielo. Un chico con una gran soltura y facilidad para moverse con gracia por el escenario. Con sus alegrías ha demostrado que el baile también es simpatía y sencillez. Un bailaor con todas sus letras, con su movimiento de manos no ha perdido masculinidad, con unos pies ágiles y veloces nos hace ver fácil lo complejo.
Le sigue en la escena el cantaor de Almería, Cristo Heredia, quien para esta noche ha elegido en primer lugar soleá por bulerías, con ese tipo de voz rozada, que necesita de un sobreesfuerzo, acamaronada. El segundo cante elegido ha sido alegrías, totalmente clásicas pero ejecutadas de una mantera intuitiva, nada académica.
La primera guitarra en salir ha sido la de Pedro Montesinos. El jiennense, con un toque limpio y reposado hizo en primer lugar granaínas para el cante, con un vistoso trémolo entre una y otra. El toque elegido para la parte solista ha sido bulerías en tono de rondeña, con una composición más pretendida que conseguida, mostrando un buen trabajo en cuanto al compás.
Tras un breve descanso, sale a las tablas en orden inverso de disciplinas el segundo guitarrista Alberto López. El bastetano, eligió para su primer toque, Taranta, en solitario. Con un concepto distinto de ejecución, de técnica y de armonía, demuestra de manera muy arriesgada en este toque una composición que rompe un tanto los esquemas clásicos, más modernista, nada ortodoxo. En su segundo toque bulerías, acompañando al cante. Es Alberto un gran guitarrista que se descubrirá a sí mismo cuando domine ese estrés que le provoca el escenario y disfrute de su propio toque.
El segundo cantaor de la noche es Bernardo Miranda sale en quinto lugar, quien elige tonás y tientos. Sinceramente me gustó más en la semifinal celebrada en Málaga. Cantó de la manera más ortodoxa que se puede hacer; este chico es un gran estudioso y un gran aficionado. En la toná puso gran fuerza y sentimiento, como los maestros; en los tientos resultó correcto. Ambos cantes los ejecutó con total autodisciplina aunque medio tono más bajo habría resultado más limpio y atractivo.
Cerró la velada el bailaor de Córdoba Richard Gutiérrez, quien viene muy bien arropado. Interpretó soleá de manera muy impetuosa, con un buen movimiento de manos, destacando la buena coordinación con el grupo que le acompañó. Posee Richard una gran fuerza en las piernas que resulta en ocasiones un tanto desmedida, exagerada, en el zapateado, lo que a mi parecer desluce un poco el resto del número, no obstante resultó ser el ganador en esta disciplina según el veredicto del jurado.
Los ganadores fueron en baile Richard Gutiérrez, en cante Bernardo Miranda y en guitarra Alberto López, enhorabuena y suerte a los tres.
A todos, esto no ha hecho más que empezar, hay que seguir estudiando, trabajando por el bien propio y del flamenco.
En definitiva una gran noche de flamenco joven pero serio, con nivel y con esperanza de cara a un futuro.