El violonchelista José Luis López Fernández ha encontrado una identidad propia como solista, tejiendo una relación particular entre el flamenco y este instrumento.
Web revista La Flamenca. Rocío de la Villa 16/12/2014
Aunque en el arte universal del flamenco, la pureza de la tradición es prestigio y virtud, la innovación también tiene su hueco siempre que se haga desde el respeto y sabiendo conservar la esencia más pura de este Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Por tanto, hoy en día no debe ser extraño ver y escuchar los acordes de un violonchelo por bulería, por soleá o incluso por farruca. Y es que este instrumento de cuerda frotada con tintes de música clásica, cada vez más, se está abriendo su hueco en el mundo del arte flamenco.
De ello se han encargado un puñado de artistas, como José Luis López Fernández, Nicasio Moreno, Matthieu Saglio, o Batio, que han ido tejiendo esa relación tan particular entre violonchelo y flamenco.
José Luis López Fernández y el Flamenco
En el caso del violonchelista José Luis López Fernández , nacido en Madrid en el 1965, lleva ya 15 años interpretando flamenco a través de las cuerdas de este instrumento. Con él ha conseguido hacerse un hueco en este mundo, no sólo acompañando a artistas consagrados del cante y el baile, sino que también ha sabido labrarse su identidad propia como solista.
José Luis recibió formación musical de la mano del maestro Enrique Correa en Madrid. Sus primeros éxitos empiezan a llegar en el año 1990 donde se hizo con el Primer Premio de interpretación en el certamen de Música “Madrid Joven 90”. Posteriormente perfecciona su formación artística con el maestro Mikhail Khomitser.
Pero esta fusión del violonchelo con el Flamenco, tal y como relata el propio artista fue el resultado de un encuentro providencial con José Monje Cruz “Camarón de la Isla” y José Fernández Torres “Tomatito” en 1992, durante una de las últimas grabaciones realizadas por el cantaor poco antes de su muerte. Un entonces joven José Luis acudió contratado para hacer playback con una orquesta y quedó fascinado por la capacidad de improvisación que Tomatito desplegó en diferentes tomas de un mismo tema.
Sus años dedicado al desarrollo e investigación de la inclusión del violonchelo en el flamenco hacen que el artista sea diferente y único, dotándolo de un estilo totalmente personal en sus diversos ámbitos, y con el que ha conseguido diferentes reconocimientos como en el año 2002, el Premio de composición a la mejor música original para danza en el “XI Certamen Internacional de Coreografía de Flamenco y Danza Española”.
Durante 12 años, López ha compartido escenarios por el mundo con la bailaora Rafaela Carrasco, actual directora del Ballet Flamenco de Andalucía. Junto a esta bailaora, en el año 2002 funda “Camerata Flamenco Project” con la que graba y presenta en el Joyce Theater de Broadway (New York),“Burlador”. En 2013, colabora también con la CIA de Rafaela Carrasco en el espectáculo “Con la música en otra parte” que se presenta en el festival de Flamenco de Jerez en el Teatro Villamarta y en el Festival Flamenco Original en el Teatro Compac Gran Vía de Madrid en Agosto de 2013.
Momentos de arte, duende y compás que también compartió con el guitarrista Rafael Riqueni, o el bailaor Juan Ramírez.
Precisamente acompañando a Juan Ramírez, en una actuación en el Conde Duque de Madrid interpretando la “Nana del caballo grande”, le escuchó el guitarrista José Monje Beijín, quien quedó enamorado del sonido del violonchelo y le propuso colaborar en su disco Algo que decir (1999).
Una gran oportunidad artística en la que tuvo la oportunidad de compartir un tema con el recientemente desaparecido Paco de Lucía. Momentos, con el genio del Algeciras, que el violonchelista recuerda con mucha emoción.
Del clásico al flamenco pasando por el jazz y el tango
Durante 12 años, entre 1987 y 1999, José Luis López Fernández fue componente del grupo “Malevaje” con los que grabó 7 discos, pero su bagaje se remonta al clásico académico tocando durante 15 años, música de cámara, Mozart, Haydn, Beethoven, Bach, Shostakovich...
En su biografía también destaca las diferente grabaciones discográficas y bandas sonoras para cine con Víctor Manuel, Carlos Baute, Pablo Alborán, Enrique Urquijo, Carlos Saura en “Salomé”, Emilio Martínez-Lázaro en “El otro lado de la Cama”,Luis Eduardo Aute ”Un perro llamado dolor”, Bigas Luna “Volaverunt”, Manuel Martín Cuenca “La flaqueza del Bolchevique”…. Sus conciertos junto a músicos como Rafael Riqueni, Rafael Jiménez “Falo”, Juan Antonio Suárez “Cano”, Jesús Torres, José Antonio Galicia, José Monje “Viejín”, Paco del Pozo, Jorge Pardo.... y su acompañamiento a coreógrafos como la ya anteriormente mencionada Rafaela Carrasco, Daniel Doña, Adrián Galia, Manuel Reyes, Merche Esmeralda, Juan Ramírez, Antonio Márquez, Rafael Amargo y Eva Yerbabuena, y un largo etcétera.
En la actualidad, el flamenco ocupa un lugar importante en la carrera artística y profesional de este violonchelista. De modo que en este mes de diciembre cerraba en tierras irlandesas el Festival de Flamenco de Dublín con el grupo español Camerata Flamenco Project.
Sin duda alguna, tal y como señala el artista, “el flamenco, que es música, tiene que seguir su camino, llegar a más instrumentos, llegar a más ámbitos y globalizarse en el mejor sentido de la palabra”, y él ha sabido ofrecer este arte a través de la melodía de las cuerdas de su violonchelo.