Que un festival de nueva creación arranque con el vigor que ha tenido el Suma Flamenca en estos cuatro años es algo que hay que valorar y aplaudir. Realmente Madrid tiene un compromiso ineludible con el flamenco y este acontecimiento es algo que encaja en lo que debe ser el estado natural de las cosas: Madrid necesitaba un festival. El caso es que ha habido grandes momentos, como la presentación de "Paseo de Gracia", último trabajo discográfico de Vicente Amigo, el espectáculo "Oro Viejo" de Rocío Molina, la XXVI Semana Flamenca de Alcobendas (con Nano de Jerez, El Torta, Fernando de la Morena, José de la Tomasa, Miguel Poveda y Canela de San Roque), Mayte Martín (este año la Suma rindió homenaje a la Catalunya Flamenca), la propuesta "Dos tiempos, dos pianos" de Diego Amador Quinteto / Mie Matsumura, Leonor Leal y Rafael Campallo. También ha habido espacio para jóvenes valores como Toñi Fernández, Juan Manuel Mora o Tamara Escudero. Y, por supuesto, volvimos a disfrutar con una nueva edición de La Música de los Espejos. Además, la fotografía ha estado presente con las exposiciones Madrid flamenco de Paco Manzano y Movimiento Flamenco de Mika de la Cruz, sin olvidarnos de la presentación del libro Bases Armónicas de la Guitarra Flamenca, de José Sabán Ruiz.
Espacios como Las Tablas, Casa Patas, Corral de la Morería, Zanzíbar o el Juglar han tomado protagonismo en esta nueva edición de la Suma Flamenca incorporando el ciclo La Noche en Vivo. Asimismo, y al igual que otros años, el festival ha querido "descentralizar la cultura por toda la región" -según comentó el consejero Santiago Fisas en la presentación oficial- y de esta forma han sido catorce los municipios que, al margen de la capital, han programado dentro de este festival ofreciendo recitales como el de "Diego el Cigala & Tomatito", el concierto de Enrique Morente en El Escorial, las actuaciones de Paco del Pozo y Alicia Gil en la Plaza Mayor de Chinchón o el espectáculo ‘Raíces y alas' de Carmen Linares en la Universidad Cisneriana de Alcalá de Henares. Lo más destacable informativamente, por lo que tenía de novedad, fue la presentación pública que Vicente Amigo hizo de su último trabajo "Paseo de Gracia". El guitarrista arrancó con un repertorio clásico, pero después atacó con los temas de ese nuevo álbum. Composiciones de una gran intensidad rítmica magníficamente interpretadas tanto por él como por la banda que le acompañó. Los cantaores Rafael de Utrera y Miguel Ortega brillaron con luz propia y los percusionistas Paquito González y Patricio Cámara tuvieron que dar lo mejor de sí mismos. Así fue la audiencia conociendo y disfrutando de "Autorretrato", "Azules y Corinto" (tema dedicado a Manzanares hijo), "Bolero del Amigo", "Pan Caliente", "Luz de la Sombra", "Paseo de Gracia", "Y será verdad"... El nuevo disco fue engullido y digerido sin problemas por el público que llenaba la Sala A de los Teatros del Canal
Igualmente reseñable por la originalidad del concepto y por el resultado artístico que suele desprender es el ciclo La Música de los Espejos. El Olivar de Castillejo es un verdadero oasis de paz en medio del corazón financiero y de negocios de la capital. Este encuentro entre la palabra y la música flamenca. quedó reducido a dos noches en esta edición, protagonizadas por Miguel Mora y José Mercé con Moraíto, y por Antonio Gala con Esperanza Fernández. En la primera noche Miguel Mora ejerció de lo que es, de periodista, en el sentido de que no vino a leer un texto, sino que su propuesta fue dar protagonismo a los artistas que estaban en el escenario: José Mercé y Moraíto. Previamente y sin mediar palabra, Manuel Moreno Junquera, Moraíto, interpretó su seguiriya en solitario. Era su homenaje a Parrilla de Jerez, fallecido recientemente. En realidad, el homenaje fue de todos los presentes allí. Mora fue indagando en Jerez, en el barrio de Santiago e incluso en los lazos familiares de los gitanos santiagueros, y de hecho nos enteramos de que Moraíto es sobrino nieto de Mercé... Como lo oyen... Mejor dicho, como lo leen. El caso es que Miguel Mora, fue sacando al escenario aspectos del flamenco jerezano y tanto Mercé como Moraíto apostillaban o contaban sus experiencias personales, llenas de anécdotas, como debe ser en el mundo del flamenco. En medio de ese proceso de interacción planteado por Miguel Mora, los jerezanos iban desgranando también su arte por soleá, por seguiriya, alegrías, bulerías y martinetes. Mercé estuvo menos excesivo que en alguna ocasión, e incluso varió algo el repertorio. Aunque la noche estaba fresca, la función se hizo corta.
Más cálida se presentó la noche siguiente, aunque con menos afluencia de público, incomprensiblemente, porque fue muy interesante. El director del ciclo presentó a Antonio Gala como alguien que "ha vivido el flamenco con la indisimulada emoción del que ha sentido esta música en lo más hondo de su ser". Así, Gala fue hablando de Sevilla y Esperanza cantó por soleá a Triana. Y tras otro recitado bellísimo, Esperanza cantó por seguiriyas. Después se habló de Tartesos y la cantaora hizo fandangos de Huelva. Y para finalizar, Gala se acordó de Cádiz y la trianera cantó por bulerías, empezando por las de Cádiz y terminando por Lebrija. Y de esta forma, entre los trincherazos al alma de Antonio Gala, y los pellizcos de Esperanza Fernández, se pasó casi en un suspiro la segunda y última noche de "La Música de los Espejos", en un espacio ideal para el disfrute. Esperamos y deseamos que el ciclo vuelva en la próxima edición del Suma, que este año ha recibido uno de los premios más prestigiosos que se conceden en la Comunidad de Madrid: los Premios Madrid que concede el decano de la prensa digital madrileña Madridiario.es. Como anécdota, contar que la Viceconsejera de Cultura y Turismo Concha Guerra y el director del Festival, Juan Verdú, recibieron el galardón de manos del joven pero prometedor cantaor Jesús Corbacho, que se encontraba entre el público y que fue invitado a cantar de forma improvisada. La Viceconsejera le prometió un hueco en el próximo Suma. Nuestra enhorabuena al Suma y esperemos que este tipo de premios sirvan de aliciente para que el festival sume y siga. Madrid lo merece.