El cantaor pule confinado la grabación de nuevas versiones orquestales con grandes temas de la de Jerez como Maldigo tus ojos verdes, Antonio el del Cante Jondo o las bulerías a la Perla de Cádiz
Revista La Flamenca. Xavier Grau. 17/4/2020
Cuando Jesús Méndez le canta por bulerías a su hija Alba aquello de “eres mi bella flor, la rosa más fragrante del jardín que floreció...” se desboca la pasión por su niña. No en vano tituló Voz del Alba su segundo disco allá por 2017.
Unos añitos después, cumpliendo confinamiento por la pandemia de coronavirus en su cuartel general de Jerez, el cantaor llamado a agradar la historia de su saga, los Méndez, tiene en sus retoños, Alba y José -de cuatro y dos años- su principal motivo de orgullo.
Así los cita hablando para esta especial radiografía del momento de emergencia de la Revista La Flamenca. Y no siempre para los buenos momentos. Háganse cargo de llevar ya un mes encerrados junto a dos pequeños. “Poca cosa nos da tiempo a hacer en casa porque con el niño y la niña ya tenemos bastante... imagínate lo que son los chavales y sus peleas”, detalla con divertimento.
Méndez ha cambiado las apariciones en el escenario cada atardecer por las salidas al balcón de su casa, cada día a los ocho de la tarde, “momento que dedico con los críos a salir y aplaudir a todos los que están trabajando para combatir esta situación”. Los momentos antes los aprovecha para entretener a los chiquillos, escuchar música y bailar con ellos. Así, suenan estos días en su casa los temas de Marc Anthony, una debilidad para su mujer, y de Niña Pastori, preferida de ambos.
Al él primero, y a su mujer Isabel también, el frenazo de la pandemia les ha sorprendido y les ha descolocado por la obligación de quietud domiciliaria. Este contundente stop sanitario ha recluido al artista en casa tras doce días de gira por Japón que venían enlazados con varios conciertos en Francia y una semana de actuaciones en Madrid.
“LO COMPLICADO SERÁ ATRAER DINERO A LA MÚSICA Y AL FLAMENCO”
“Este parón es un crimen para el mundo entero”, lamenta el heredero del aura de la gran Paquera de Jerez, mítica matriarca familiar. Para los artistas con los que está en contacto, dice, la situación es muy grave. Desconocen la magnitud de la pérdida de conciertos que van cayendo de las agendas. No saben cuánto durará la congelación de su actividad profesional. Ignoran cómo será la vuelta a los escenarios.
Explica Jesús “lo complicado que será atraer dinero a la música y al flamenco”. Le inquieta pensar qué sucederá este verano con el circuito de las peñas que para la dinámica flamenca es tan importante. El panorama general del arte en España tampoco anima a ser muy optimista, dice, “teniendo en cuenta que estamos hablando de cachés con los que los cantaores deben hacerse cargo de todos los gastos de sus guitarristas, de sus músicos y de sus extras”.
Igual que todo el mundo, el cantaor sufre por el horizonte económico que luce nublado a la vuelta de la esquina. “Tenemos todos los gastos de autónomos, pagos de coches, casa, iva, trimestres, impuestos... y pienso en la situación de otros compañeros percusionistas, palmeros, músicos que, como yo, sin trabajar no podemos pagar recibos”.
“ES NECESARIO GARANTIZAR INGRESOS A LOS ARTISTAS PARA PAGAR SUS GASTOS Y VIVIR DIGNAMENTE”
En este tiempo especial reclama ayuda para los profesionales del arte. “Es necesario garantizar unos ingresos a los artistas, equivalentes a cuando uno trabaja con normalidad, razonablemente, para poder pagar los gastos y vivir”.
“Aunque el músico nunca descansa”, cuenta recordando la cita de su gran valedor, Gerardo Núñez, quién le echó el ojo al principio de su carrera y con quien ha recorrido el mundo de éxito en éxito. El guitarrista produjo su primer disco, Jerez sin Fronteras, en 2008 que le supuso el Premio Nacional de la Crítica al Mejor Disco Revelación del año.
“Ni con esta crisis sanitaria, ni estando de vacaciones” -aclara- “somos capaces de desconectar”. Sin embargo, en estas semanas aciagas, sí reconoce que este frenazo obligado le permite recapacitar, sacudirse de encima ese imperceptible estrés de cantar cada día que su cuerpo y su mente van acumulando con disimulo, pero con eficacia demoledora también. Pareciera, y coincide en esto con otros muchos creadores, que las brillantísimas carreras profesionales en el flamenco consumen energías de un modo del que las figuras no son ni conscientes.
“Me estoy relajando de tanta presión escénica y de tanta responsabilidad por subir cada día al escenario; con todo, parado estoy descansando bien”, aclara. Pero para, no para. En sus cuadernos va juntando textos y letras. Para una soleá, para una seguiriya. Escribe sobre la primavera. Y a ratos, tocando la guitarra.
Atentísimo a su salud, al estado de su garganta y de sus cuerdas vocales, Jesús sigue la rutina de cuidados indicada por su médico: “yo no puedo estar, y él no me deja estar más de cinco días sin cantar para mantener bien mis cuerdas vocales y conservar activa esa fuerza que me permite defender un recital de una hora con ocho o nueve cantes intensos sobre el escenario”. ¿Y cómo se mantiene la prescripción médica en época de encierro? Pues improvisando espacios de ensayo en la ducha, o cuando los pequeños de la casa están durmiendo y “se despegan de mí, que no están acostumbrados a tenerme y no me sueltan”, ríe.
El estropicio profesional y el vértigo por cómo retomaran las carreras los artistas flamencos crece a medida que avanza la incógnita sobre el control futuro de la enfermedad en el mundo. El planeta entero es su escenario. La fuente de ingresos global de los grandes artistas del cante como Jesús Méndez.
“PARA MÍ LA PAQUERA LO BORDÓ TODO Y QUIERO QUE SU ARTE SE RECONOZCA TODAVÍA MÁS”
El mayor descalabro está siendo la paralización obligada en la grabación de un disco más que especial en el que quiere rendir homenaje a la grandeza de La Paquera con la mirada fija en una presentación en Jerez y Sevilla próximamente. Esta obra pretende reinterpretar a la luz de su creatividad algunas piezas del repertorio de zambras, coplas y sevillanas flamencas de la gran cantaora desaparecida en 2004.
A la grandísima reina del clan artístico de los Méndez, esencia del arte flamenco del barrio jerezano de San Miguel, quiere Jesús tributar un disco con orquestación y arreglos de Julio Lozano, dirección técnica en el estudio de Domi y las insignes guitarras de Diego del Morao y de Dani de Morón.
El presupuesto necesario para una grabación de esta envergadura, que le ronda al cantaor por la cabeza desde hace tres años, ha requerido un año intenso de preparación. Un delicado mecanismo a las órdenes de la productora Almudena de la Maza, de Lady Amontillado, que va a encargarse a partir de ahora de dirigir su carrera en solitario.
“Para mí La Paquera es todo un referente, porque es de mi familia y porque es la figura del cante que lo bordó todo, las bulerías, los fandangos, los cantes más populares... y yo quiero que su arte se reconozca todavía más”, confiesa el jerezano.
Sin embargo, adelanta pistas, y avisa que “no pretendo forzar comparaciones”. “Lo mío -explica- “es un brindis y un homenaje”. Aspira con él a dar un giro más en la rueda de una carrera que inició hace ya cerca de veinte años en la Asociación Cultural Antonio Chacón de su ciudad.
“HOY POR HOY CREO QUE ES MUY DE DESTACAR EL TRABAJO DE MUCHOS COMPAÑEROS A TRAVÉS DE LAS REDES PARA HACER DISFRUTAR A LA GENTE”
Trabajo adelantado para el disco ya tiene. La grabación interrumpida por la pandemia tiene listas cuatro piezas. Se augura bombazo y golpe de autoridad artística sobre la mesa cuando Méndez elogia la fuerza evocadora de grandes grabaciones dejadas por La Paquera. Y una enorme curiosidad y atención por escuchar pronto cómo reviste con su arte algunas piezas clave de La Paquera que ahora él ha grabado: por tientos en Maldigo tus ojos verdes, por bulerías en Homenaje a La Perla de Cádiz y por tangos en Antonio el del Cante Jondo.
Al margen de este cuarto trabajo discográfico, en la cuneta de estos meses de miedos y parálisis quedan cosas que ilusionaban a Jesús. La fuerza mayor la ha obligado a suspender un proyecto junto a Enrique Ponce vinculado a la mitología taurina y otras propuestas artísticas diferentes junto a La Macanita y Rancapino Chico.
En su valoración de este momento grave, Jesús Méndez no quiere dejar pasar el dolor que las palabras del ministro José Manuel Rodríguez Uribes han causado en un sector que no esperaba tal desatino y muchísimo menos por parte del titular de la cartera de Cultura desdeñando ayudas urgentes a a la indústria cutural española a pesar del hachazo del covid-19.
“Por suerte -razona- no todos los políticos piensan igual, y muchísimo menos el común de la gente y el público que reconocen el esfuerzo que los artistas están haciendo por el conjunto de la sociedad”. Y ¿cúal destaca como mayor aportación del sector artístico en estos tiempos de pandemia? Lo tiene claro: “Hoy por hoy creo que es muy de destacar el trabajo de muchos compañeros a través de las redes y otros medios intentando hacer disfrutar a las personas en sus casas y ayudando a hacer pasar mejor estos días tan duros”.