El cantaor jerezano cumplió su sueño de hacer por fin una Antología del Cante Flamenco.
Web Revista La Flamenca. Luis M. Pérez. Sevilla (Teatro de la Maestranza) 3/10/2016. Archivo Fotográfico: La Bienal de Flamenco. Fotógrafo: Óscar Romero
Había máxima expectación por clausurar esta Bienal 2016, que, como el estío sevillano, pareció por momentos no quererse marchar nunca. Y se engalanó la ciudad con sus mejores terrazas, un Guadalquivir de pega salpicado de barquillas y de efímeros restaurantes flotantes; y centenares de abanicos de colores que relegaron de nuevo a las estolas a hacer guardia en los armarios. Sevilla acogió con su mejor abrazo la llegada de José Mercé, el último maestro del cante jerezano, y le ofreció el mejor de sus teatros, a los pies de la Torre del Oro.
José Soto Soto (Jerez de la Frontera, 1955) lleva años queriendo grabar una Antología del Flamenco y ha aprovechado cada aparición pública, cada entrevista, para dejar caer que él es el único que está en disposición de “dejar grabado para la posteridad cada cante como se tiene que hacer“. Anoche agradeció al público la calurosa acogida y lanzó una declaración de intenciones: “espero que esto sirva para esa antología que tanto tiempo llevo detrás de ella y que, afortunadamente, se va a hacer”.
No es éste espacio para hablar de lo que debe o no ser una antología del cante, de los modelos históricos que ya tenemos en la discografía, y de los cantaores y cantaoras extraordinariamente largos o antológicos, caso de La Niña de los Peines, don Antonio Chacón, Pepe Marchena, Antonio Mairena o Juanito Valderrama, que dominaban no solo todos o casi todos los palos de la baraja del flamenco, sino también innumerables estilos y letras de casi todos ellos. Anoche José Mercé se marchó igual que llegó, siendo una figura del cante jondo, cantaor y gran artista reconocido por público y crítica, dentro y fuera de su tierra. Pero de cantaor largo y antológico, poco o nada.
Y es que solo brilló en los palos básicos, aquellos de los que se amamantó en su casa, las seguiriyas de Paco la Luz, su tío bisabuelo, cuyos estilos no cantó ayer. Anoche, arropado por el gran Pepe Habichuela, cantó como siempre por los rincones, que parece que no hay otra forma hoy en día de acordarse de Manuel Torre por seguiriyas, y emocionó con las dos coplas dedicadas a su hijo Curro, por el estilo del Marrurro y el primero de Francisco la Perla, como hace siempre.
Se movió con soltura por las bulerías por soleá, haciendo un barrido generoso por su familia, a su tío Enrique el Sordera de Jerez, por los estilos de Antonio la Peña y de María la Moreno, acabando con el macho del bisabuelo de José, que, aunque él lo desconozca, era un grandísimo cantaor llamado Francisco José Monge Valencia, apodado el Sordo la Luz.
De regular tirando a mal estuvo el jerezano en la primera parte, y no precisamente por culpa de Tomatito, que volvió a destilar pureza en rama en todo lo que hizo. Con el saco de extraordinarios cantes de fragua que hemos tenido la suerte de escuchar en esta Bienal, compararlos con el martinete y la debla de ayer sería injusto. Algo mejor, aunque no mucho, vinieron los cantes de levante, sin ligazón y sin fuelle para terminar los tercios de un jipío. Y si al final se saca un disco de la grabación de ayer, habrá que hacer magia de sonido para sustituir “Taranta” donde Mercé quiso decir “Cartageneras clásicas” y quitar la palabra “Taranto”, y poner en su lugar “Rondeña o taranta de Manuel Torre”. Nada que no se arregle estudiando antes de sentar cátedra.
Lo peor estaba por venir, echando a perder tres cantes magníficos: la malagueña-granaína del Torre, una mala copia de la grande del Mellizo grabada magistralmente por el Sernita; y la granaína de Chacón en versión Juanito Mojama. El maestro Habichuela lo llevaría todo por dentro.
Y fue con el soniquete de Alfredo Lagos, cuando el maestro Mercé se encontró a si mismo, cuando José se encontró de nuevo en Santiago, o como en su casa de Chipiona. Las alegrías y cantiñas llevaron de principio a fin su sello, igual que los tientos, mucho mejores que los tangos. Hasta entonces se había guardado para sí su enorme sonrisa blanca, y el público, deseoso de entregarse, se desató el cinturón que siempre te proporcionan en el Maestranza junto con el programa de mano. Y llegaron los fandangos del Niño Gloria y los del Torre, que no son del Torre sino de Dolores la Parrala. Y bulerías a tres guitarras, cada cual más linda, y esa percha de José Mercé dejando su pataíta. Y ovación y vuelta al ruedo.
Ficha artística:
Espectáculo: Antología del cante flamenco / La Bienal de Flamenco de Sevilla/ Lugar y fecha: Teatro Central 1/10/2016
Cante: José Mercé.
Toque: José Fernández “Tomatito”, José Antonio Carmona “Pepe Habichuela” y Alfredo Lagos.
Palmas: Mercedes García, Chícharo de Jerez, Macano y Manuel Cantarote.