Hoy vivíamos el ecuador del Festival Internacional del Cante de las Minas con un lujo de cartel: Marina Heredia y Arcángel.
Salía al escenario la cantaora granaína con poderío y fuerza. Salía pregonando sin micro, ataviada con mantón de manila de los antiguos. En el silencio sepulcral se le escuchaba hasta respirar, se preveía que llegaba dispuesta a romperse.
Empezaba ya con su cuadro flamenco un recital que nos dejaba unas alegrías a la guitarra del maestro "bolita" con una voz clara y gitana. A continuación se marcaba unas malagueñas con remate en fandango muy sentida y con su personalidad en la melodía. Marina se quita los tacones y se queda descalza porque esta mujer tiene los pies en la tierra y a nosotros nos ha dejado las alas para volar esta noche. La personas que se descalzan en público siempre merecen mi respeto.
Tiene delante a un público que la respeta y la ovaciona con aplausos largos y que calla para escucharla poniendo todos los sentidos. Se adentra en una soleá que mece su voz quebrada y muestra una soberbia apasionante. Merecido el homenaje a La Unión con cantes de levante que con modestia y cariño le dedica a Encarnación Fernández, esta emocionada, no se si es esta noche, el momento, el lugar, o que ella es simplemente así de excepcional. Recuerda a la Paquera con su seguiriya, Marina canta grande y nos hace pequeños; está agusto y se pelea con genio y rabia, de los mejores cantes que se han escuchado en lo que va de edición. El público se le entrega en cuerpo y alma y ella que parece que tiene dotes de su marido nos torea y nos torea saliendo siempre airosa. Se mete en unos tangos con sabor, jaleados, lentos y con pausa. Flamenco, por donde lo mires, hoy estamos presenciando una noche de ternura y enfado, de cante gigante que nos come y nos devora. Marina Heredia es elegante por dentro y por fuera y después de demostrarnos que es una cantaora que se viste por sus pies desnudos llega la Marina artista, su saber estar en el escenario llena de arte las escasas sillas vacías, pobres de los que no han venido y lo que se están perdiendo. Remata la noche por bulerías recordando a Camarón, cantar este palo es fácil, pero cantar como lo hace ella es sentir la vida y la muerte al mismo tiempo. Tira el abanico al suelo con despojo, necesita los dedos libres, las manos, los brazos... necesita sentirse ella para sentir nosotros y es que sabe transmitir como nadie. Ole.
Y era el turno del onubense Arcángel. De los cantaores de hoy que divulgan su flamenco por donde quiera que van y que se permiten sellarlo de forma personal.
Comenzaba la noche por malagueñas, rondeñas y remataba de Lucena. Venía fuerte pero se iba apagando, canta despacio, Arcángel te susurra y te enamora porque dice mucha verdad. La caña era el segundo palo con el que nos deleitaba de forma personal, a su manera y con la cejilla en el séptimo traste. Ahí es nada. Se marca su tercio de levante, conocedor de los cantes de esta tierra, el cantaor esta serio y esta como ausente. Sigue con el cante recio y por seguiriyas remata la primera tanda de esta obra creada por él llamada "Desde la tierra" bien cantado, y mejor interpretado.
Se quedan solos en el escenario las guitarras que le acompañan, Dani Morón y Miguel Angel Cortés daban una clase en solitario de malagueñas el primero y tarantas el segundo.
Sale al escenario explicando un problema con la voz esta noche, y se muestra apenado por esta causa. El público lo ovaciona con cariño y lo anima a continuar con más fuerza.
Pone empeño en unos tangos en los que desgrana el compás en cada tercio, el de Huelva saborea los cantes con un paladar especial que la vida le ha dado y sabe aprovechar su potencial. Sigue con cantes de compás, en este caso por alegrías con una introducción de gusto exquisito aunque se le va notando la voz rozada, la modula y busca una correcta colocación de la misma en su infinita garganta.
Se despide con los fandangos de su tierra y de su Quijote, con luces y contraluces, porque en las sombras no hay cabida para él.
No ha sido su mejor noche claro está, pero ante esas cosas no se puede luchar y ha salido más que airoso de su recital.
Esta noche estábamos más lejos de una Catedral del Cante, más allá de cualquier límite o nivel puesto por los humanos. Rozábamos lo divino y con la mano abierta y llena de flamenco auténtico nos despedíamos de dos artistazos y les decíamos adiós.
Hasta la próxima, maestros.
Ficha artística Marina Heredia.
Cante: Marina Heredia. Guitarra: José Quevedo "Bolita de Jerez"
Palmas: Anabel Ribera y Jara Heredia.
Ficha artística Arcángel:
Cante: Arcángel. Guitarras: Dani Morón y Miguel Angel Cortés.