La esencia navideña de Jerez despide la programación de este año con doble función de villancicos flamencos
Web revista La Flamenca. Sevilla / Sala Joaquín Turina / 21/12/2013 Fotos: Remedios Malvárez. Fundación Cajasol
No sabemos si es el espíritu navideño o el ver una verdadera zambomba flamenca de Jerez, pero tras agotar las entradas para un pase único, tuvieron que ampliar a dos funciones en el mismo día y así satisfacer a los sedientos de este espectáculo. El éxito cierra el año en la sala Joaquín Turina de la sede sevillana cultural de Cajasol y es para celebrarlo por todo lo alto.
El barrio jerezano de San Miguel se trasladó a Sevilla, con compás, alegría y mucho arte, como ya anunciaba el nombre del espectáculo "Pura esencia de la Navidad en Jerez". Y la zambomba allí estaba, delante de Gregorio Serrano que acompañaba los cantes curtidos de Rosario Rosillo Flores "Rosario Zarzana" cantaora que ha vivido de siempre en este ambiente navideño de su barrio, su voz no se cansa de cantarle a la Navidad pero añora las antiguas premisas de las zambombas, letras de nochebuena en los patios de vecinos, la participación de cualquiera que se supiera la copla y espontaneidad.
Abrieron con un popurrí, siguieron con "Cañaveral", "Con el corazón en la mano", "Venga la alegría", "Vecinita", "Machaca", "Galilea", el conocido "Échale carbón" y "Los quintos", despidiéndose en el fin de fiesta por bulerías, como manda la tradición de la tierra que visitaba la capital andaluza. Un repertorio tradicional y festivo, trasladado de las candelas de las calles a las tablas de la Sala.
Las guitarras de Paco Lara y Juan Diego Santos rasgueaban las cuerdas a tiempo de cuatro y doce, a tempo flamenco, mientras se cantaba a la Virgen, San José y al Niño Manuel, como se le llama al Niño Jesús en la mayoría de sus coplas, cuánto menos suena más flamenco. Si que faltó caracterización por parte del cuadro en la indumentaria, que iban ataviadas poco canasteras para la ocasión, pero la esencia no se pierde en la vestimenta. Sabemos que las zambombas no se perderán, sino, todo lo contrario, han salido de sus escondites anónimos y forman parte del flamenco profesional ya, haciendo sentir al público forastero ese sentimiento de estas fechas, calor y buena compañía, algo que a nadie le debería de faltar en esta época, y para ello Cajasol ha querido que así sea, que se respire la admiración por estas personas que continúan con sus tradiciones fuera de casa, que son entrañables, que despiertan admiración, que han hecho sentir en Sevilla que la Navidad en clave flamenca tiene un sabor diferente.
Ficha artística:
Espectáculo: "Pura esencia de la Navidad en Jerez"
Cante: Rosario Rosillo Flores "Rosario Zarzana", José Domínguez Garrido "Tío Zorri", Rocío Parrilla, Sandra Rincón, Davinia Jaén, Malena Parrilla, María del Mar Barea, Luis Peña Santiago y Gregorio Parrilla.
Guitarras: Paco Lara y Juan Diego Santos.
Zambomba: Gregorio Serrano
Juan José y Ramón Amador con Pepe Torres y Miguel Lavi: Un regalo al aficionado. `Polivalente´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina / 5/12/2013 Fotos: Remedios Malvárez. Fundación Cajasol
Polivalentes tiene mucho de regalo. Que cuatro artistas de enorme calibre se expongan a intercambiar oficios encima de un escenario debe conmovernos. Sobre todo en dos señores como Juan José y Ramón Amador, que aceptan hacerlo con una trayectoria de más de tres décadas.
El aficionado debe apreciar esta muestra de generosidad de los artistas flamencos, que nos abrieron las puertas de una reunión. En la noche de su estreno, ayer en los Jueves Flamencos, Polivalentes es sobre todo un espectáculo intencionado, que pretende ser más bien un encuentro. Hay espacio para que los artistas se relajen, obvien el abismo de pasar de una disciplina a otra. Anoche todos tocaron, cantaron y bailaron. Y lo hicieron con naturalidad, pero pueden convertir esa dicha de sus cualidades en una auténtica juerga.
Inició el recital con la madre del lío: la guitarra. Por bulerías, con el motor de los Amador, Pepe Torres y Miguel Lavi descargaron sus falsetas con mucho respeto. La guitarra nos acompaña en la vida cotidiana con una familiaridad tremenda, pero cuando tomamos consciencia de su importancia se torna en un objeto casi sagrado. Juan José y Ramón Amador hicieron gala de su casa tocaora, sin duda la más importante de Sevilla desde finales del siglo veinte.
A continuación el adelantado momento estelar. Pepe Torres le tocaba la guitarra a Miguel Lavi para que imprimiera un sello radicalmente jerezano a las bulerías por soleá. Lavi atesora un metal rajado que impacta por la visceralidad de sus acometidas, su forma de mascar las letras sin imposturas, dentro de una interpretación acuchillada. Pepe Torres es un artista tremendamente completo. Debió resultarle difícil coger la bajañí, ya que proviene de la casa de Diego del Gastor. Abrazaba el símbolo totémico de su saga, a la madre de la gitanería de Morón, y lo hacía en público. En su toque late la sabiduría chamánica del toque moronense, con su sonido oscuro y tenso, con su característica contundencia rítmica. Inspirado por la simbiosis de los dos jóvenes, Juan José Amador se lanzó inesperadamente al escenario para dibujar unos cuantos marcajes por soleá. Esa es la gran baza de Polivalentes: cuatro grandes artistas con capacidad para la sorpresa.
Tras el baile por seguiriyas de Pepe Torres, en el que cada uno tomó rango en su especialidad (qué decir de cada uno de ellos en su terreno) llegó una bonita tanda por martinetes, con un Lavi abrasador y un Juan José de enorme musicalidad, que coloreó la línea melódica de las tonás con giros de gran belleza.
Toque en solitario por rondeñas de Ramón Amador, al que le aguardaba el toque de su sobrino por tarantos, en los que dejó una voz mayor, un paladar que acude a lo esencial del cante. Fue una letra cortita, de las que hablan de las fatigas de la mina. Una porción de su vida que nos brindó el maestro.
El recital alcanza su culmen en la soleá de Pepe Torres, en la que tomamos consciencia irremediable de la magnitud de estos flamencos, que con un sencillo fin de fiesta cierran la primera entrega de esta aventura que es la vida flamenca.
Ficha artística:
Espectáculo: “Polivalentes”
Guitarra: Ramón Amador.
Cante: Juan José Amador y Miguel Lavi.
Baile: Pepe Torre.
Pastora Galván: Sevilla baila en Pastora
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina / 28/11/2013 Fotos: Remedios Malvárez. Fundación Cajasol
Uno de los rasgos más profundos del flamenco es su cualidad telúrica. Pastora Galván es un cuerpo danzante que dibuja Sevilla de la forma más inverosímil, a través de una genuina conjugación de elementos tan dispares como jugosos: la geométrica radicalidad de su hermano, el virtuosismo académico, la rigurosidad clásica…pero sobre todo, un sentido del humor ausente en el baile de hoy. Esa mirada despreocupada y lúdica le permite esquematizar los gestos y maneras del baile flamenco en su ejecución más esencial. Basta un giro de muñeca, un golpe de cadera, una falda arremengá para que nos quede claro que Pastora es la bailaora de Sevilla.
Sus tremendas cualidades técnicas le permiten desarrollar un carisma único, que el público saborea con franca simpatía. El baile de Galván parece no tomarse en serio, bromea, y sin embargo incide en las claves de la expresión flamenca. Una gestualidad demodé, un espíritu travieso, la comunicación directa de las emociones, le sirven para alcanzar el fin último del baile: ilustrar la vida.
El espectáculo de anoche tiene una intención arcaizante, pero no le falta modernidad. Que una artista se exponga continuamente en el escenario tiene la dosis de riesgo necesaria para que hablemos de una idea contemporánea. La guitarra patriarcal de Ramón Amador, el compás juguetón de Bobote y el cante afanoso de Cristian Guerrero sirven para que Pastora agite un abanico impresionante de palos flamencos, en los que consigue trazar una infinidad de ideas. En los fandangos, en la soleá, en los pregones, en las marianas… asistimos a un inspirador encuentro con formas singulares y vitalistas. La energía es la gran baza de esta jovencísima bailaora, lo que la distancia de sus compañeras. Mientras que muchas de las bailaoras de hoy rozan lo gimnástico, Pastora Galván subraya tan magistral como jocosamente los elementos típicamente femeninos: un vuelo de muñecas incomparable, unas caderas arrebatadoras, una cara intencionada.
En los tangos junto a Bobote aireó toda la voluptuosidad de sus recursos, recuperando el espíritu caribeño del baile trianero. Sexualidad descarada e inofensiva para gozar la vida desde un rincón único del mundo. Por bulerías, y con el abrazo del público que se saluda así mismo, salió Pastora del escenario. Imaginaremos Sevilla, hasta que volvamos a verla.
Ficha artística:
Espectáculo: “Pastora Baila en Sevilla”
Baile: Pastora Galván.
Cante: Cristian Guerrero.
Guitarra: Ramón Amador.
Palmas: Bobote.
José Quevedo `Bolita´, presenta su primer disco en solitario en los Jueves Flamencos
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina / 7/11/2013 Fotos: Remedios Malvárez. Fundación Cajasol
En la noche del jueves, José Quevedo “Bolita” presentó su primer trabajo como solista, titulado Fluye, que en unos días estará disponible en las tiendas. Era un estreno emocionante, pues nadie en la sala había escuchado el disco.
En un concierto ameno y cercano, fuimos viajando con el jerezano por los temas que reflejan su idea del flamenco; no sólo como tocaor, sino también como compositor, productor y arreglista. En Fluye se cristaliza la labor profesional de un artista con más de veinte años de oficio. José Quevedo es un gran obrero del flamenco, por eso sus composiciones están sólidamente construidas sobre ideas claras y defendidas con una interpretación más que enérgica.
Su música es tremendamente asequible, y en un panorama repleto de guitarristas sesudos su mensaje resulta refrescante. Desgranó un repertorio absolutamente rítmico; no en vano se acompañó de percusión y batería, para una guitarra ya de por sí bastante percutida. Antonio Coronel con las baquetas, y sobre todo Paquito González al cajón; gozan casi del mismo protagonismo que Bolita, que junto a ellos construye un directo que coquetea descaradamente con el jazz latino y el rock. El latido ancestral del compás flamenco recorre el concierto por entero, incluso en la taranta. De igual modo sucede en los fandangos de Huelva, de enorme sabor, y magistralmente en los tanguillos, de espíritu africano. Sólo hubo un momento en el que el jerezano prescindió del músculo, y fue en su fantasía con motivo de su mujer, Eva.
El público se mostró apetitoso y entusiasmado, y Bolita supo crear el ambiente necesario para que devorásemos sus bulerías con avidez, aun cuando no encontramos en ellas las sutilezas del toque jerezano. Como plato final la rumba, single del disco, que no alcanza la categoría de clímax por el enorme dinamismo del repertorio, pero que nos hizo salir bailando de la sala.
Fluye es una propuesta golosa, con un formato ágil y apetecible para un público diverso. Seguro que este Bolita va a rodar mucho.
Ficha artística:
Espectáculo: ”Fluye”.
Guitarra: José Quevedo “Bolita”.
Cajón: Paquito González.
Batería: Antonio Coronel.
Pedro Cinta y Antonio Suarez `Guadiana´: dos voces para Extremadura
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina / 31/10/2013 Fotos: Remedios Malvárez. Fundación Cajasol
Pedro Cintas y Guadiana son ambos extremeños. Ahí terminan todas las similitudes. Pertenecen a generaciones distintas, y sus caminos profesionales trascurren por las veredas más alejadas. Mientras que Antonio Suárez Salazar “Guadiana” siguió la estela familiar hacia Madrid, donde puso su arte en los tablaos más importantes; Pedro tomó el camino contrario, hacia el sur, y se hizo cantaor en Andalucía. Y se les nota muchísimo.
El cante de Guadiana es nocturno, imprevisible, dramático. Está forjado en la ambivalencia de la noche madrileña, tiene los sobresaltos de la ciudad, la complejidad de la vida urbana. Pedro Cintas es clarividente, un cantaor donde pega el sol de lleno. No hay recovecos, todo está expuesto, como en el campo. En su cante todo pasa como tiene que pasar; no en vano es uno de los jóvenes con más primeros premios en concursos. Su mirada al cante clásico de la casa de los Mairena lo posiciona ante los tercios con solemnidad, con máxima fidelidad, con toda la entrega. Ha estudiado la ejecución del cante desde el temple hasta el cierre, y quizás por eso destacó más en los cantes aprendidos a conciencia (malagueña, seguiriya) que los de su propia tierra (tangos y jaleos).
Guadiana fluyó en la soleá, con deliciosos atrevimientos, giros de enorme dulzura en un repaso por los estilos básicos: Alcalá, Serneta, Cádiz… En las tarantas y cartageneras agradecimos su mordiente, la ejecución directa de los estilos mineros, donde nos hizo sentir más la fatiga del trabajador que la grandeza musical de estos cantes, que a menudo soterran su intención dramática. Tras una tanda de tientos en los que no se sintió cómodo, volvió a su tierra por tangos, dejando claro cuál es el aire de esos cantes.
Entre esos dos mundos se situó una guitarra que ha creado su propio universo. El acompañamiento de Dani de Morón tiene algo de experiencia extrema. Quien no pueda seguirle en el viaje fantasioso de su mano izquierda, aquel que no encaje los disparos plateados de la derecha, el que no entienda la sutilidad de su pie… está perdido. Quien las capte, se agarra a la corriente musical más ambiciosa del flamenco de hoy.
Ficha artística:
Espectáculo: “Vengo de la Extremadura”
Cante: Guadiana y Pedro Cintas.
Guitarra: Dani de Morón.
Iván Vargas: la tiranía del tablao
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina / 24/10/2013 Foto: Remedios Malvárez. Fundación Cajasol
El baile del joven granadino Iván Vargas está genéticamente configurado por el efectismo y la sobreactuación del tablao. El Sacromonte es una singular cuna de nuestro arte, que sin embargo lleva implícita la mirada deformada del turista.
Se afanó en demostrarnos que tiene fuerza, velocidad, escuela. Y realmente cuenta con todo eso, pero no sabe conducir esos valores hacia un discurso nítido, variado, alejado de la exposición machacona de los ritmos flamencos. Su recital fue un viaje lineal por los cuatro palos que bailó: seguiriya, tarantos rematados en tangos y alegrías. Abusó de la dramatización de los gestos y las poses, a lo que contribuyó su tío y mentor, Juan Andrés Maya. En un recital de una hora justa se produjeron demasiados movimientos en escena, con tres chiquillas entrando y saliendo del escenario sólo para dar palmas, la mayoría de las veces sentadas. El paisaje granadino del Camino del Monte tiene que estar evocado en el baile de Iván, no en las proyecciones, ni en la estampa romántica de estas tres gitanas.
Estuvo algo mejor en su recuerdo a Mario Maya por alegrías, donde puso en valor su precioso giro de manos. El panorama actual está necesitado de la versión granadina del baile, e Iván es un bailaor dotado, con las simientes suficientes para convertirse en embajador de ese estilo tan característico que puede llegar a resultar extravagante. Pero antes tiene que dejar de cebar al público hasta el aplauso al final de cada remate. Un Vargas dosificado, erguido y más relajado será sin duda una mejor versión de él mismo.
Ficha artística:
Espectáculo: “Yo mismo”. Cía. Iván Vargas.
Baile: Iván Vargas, Estela Rubio, Rocío Vargas y Sandra Córdoba.
Cante: Moi de Morón, El Galli y Manuel Tañé.
Guitarra: Juan Campallo.
Percusión: José Carrasco.
El Pele: Esplendor de la Soleá
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 10/10/2013 Fotos: Remedios Malvárez. Fundación Cajasol
Este recital de El Pele, que abre el ciclo de otoño de los milagroso. Jueves Flamenco de Cajasol , es tremendamente significativo. El flamenco de hoy vive de espaldas a los maestros, y este año han pasado unas cuántas cosas entorno al El Pele de tremenda importancia. En la otorgación de reconocimientos y premios, el flamenco ha caído (en eso también) en lo anodino, lo intrascendental. Sin embargo, el maestro cordobés ha dotado al Giraldillo y al Compás del Cante de una categoría artística renovada.
Con estos galardones, El Pele reconquista el espacio natural de los maestros, es decir, en el centro de toda la atención. Él y otros como él deberían ocupar un lugar si no privilegiado, al menos más aristocrático en un panorama flamenco de adolece precisamente de las cualidades que estos viejos (viejo es lo mejor que se le puede decir a un cantaor) poseen. Y qué es ser viejo: pues trascender las formas, no tener que pensar en ellas, si no dejar que las cosas fluyan con total naturalidad. La naturalidad es el don más preciado de este arte, y sólo el Pele y algunos más (los cuento con una mano) la alcanzan aún en los extremos más duros del cante: por soleá y por seguiriya.
El cante de El Pele es absolutamente dual: ciclónico, abrasador; o balbuceante e íntimamente dulce. Su forma de cantar por soleá es tan genuina que resulta difícil de explicar. Está basada en estas ondulaciones entre la explosión y la contención, entre el grito y el susurro, entre la rigidez y la elasticidad. De lo casi operístico a lo hablado. En El Pele los silencios cobran de veras el prestigio que se les supone en el flamenco. Todo lo hace despacio, tremendamente difícil, y aún así incuestionablemente esencial. Es un arte redondeado por los avatares de la vida, en el que el género y la propia personalidad, aún siendo tan extravagante como en este caso, van radicalmente unidas.
El Pele representa todos los valores del flamenco, incluso esa cualidad de poder rastrear en su cante intransferible el eco de los maestros del siglo XX. Sobre todo Caracol yTomás Pavón.
Inició precisamente con ecos caracoleros por zambra, para inmediatamente meterse en la seguiriya y la primera soleá, donde apareció El Güito, otro maestro al que habría que reconocer aún no estando en el estado de gracia que bendice a su compañero cordobés. Lo vimos mayor, pero con el mismo empaque y fuerza que lo hizo sentarse en el trono de la soleá, símbolo totémico de esta noche y del espíritu flamenco al que estos dos genios representan. Continuó El Pele por malagueña en una línea tremendamente personal, llena de reposo, matices e incluso guiños de humor en los abandolaos. La guitarra de Patrocinio Hijo asume la labor de acompañamiento más difícil de todo el flamenco; y no solo la salva, si no que deja continuamente muestras de un gusto exquisito, una sensibilidad irremediablemente unida a la de su mentor. Es su guitarra tan delicada y visceral como lo requieran los mutables estados del cante. Está además llena de fuerza, precisión y musicalidad. Regó de tonos preciosos todos los vericuetos de la garganta de Manuel Moreno.
Retomó el Pele la soleá, esta segunda cantada casi al completo al filo del escenario, sin la ayuda del micro, en un alarde de carisma único. Fue el momento álgido de la noche. Ya hemos referido su emotividad, tan directa que nos recuerda a un llanto infantil, y no pocos lloramos efectivamente como niños. Finalizó por alegrías, ya con el público derretido a sus pies, al que regaló un cante por tonás que acabó de confirmarnos que habíamos vivido una noche mágica. Gracias maestro.
Ficha artística
Espectáculo: “Monumento a la Soleá”
Cante: Manuel Moreno “El Pele”
Guitarra: Patrocinio Hijo
Artista Invitado: Eduardo Serrano Iglesias “El Güito”.
Presentación de los Jueves Flamencos de la Fundación Cajasol 2013
Web revista La Flamenca 9/10/2013
Una de las programaciones fijas con el flamenco en Sevilla ha sido presentada en la Sede de la Fundación Cajasol con la presencia del Director de Acción Social, Emprendimiento y Deporte de dicha entidad social Luis Miguel Pons y el coordinador del ciclo Jueves Flamencos Manuel Herrera, acompañados por varios de los artistas que conforman la nueva propuesta de flamenco.
El nuevo cartel se compone de nueve espectáculos de flamenco con gran variedad, mezclando a veteranos del arte con jóvenes promesas que llegan por primera vez a la Sala Joaquín Turina.
La primera actuación de esta temporada tendrá lugar el 10 de Octubre con el cante de unas de las mejores voces de hoy y siempre, Juan Manuel Moreno Maya "El Pele" la voz cordobesa por excelencia se subirá a las tablas acompañado por la guitarra de Manuel Silveria y el baile mítico de "El Güito". Tras este trío de ases reunido para la inauguración de la programación otoñal, el baile magistral de Granada lo traerán las botas de Iván Vargas, con esencia y tradición, toque de frescura y raíz añeja.
También estará presente la tierra extremeña, que tanta personalidad aporta al arte flamenco, desde allí vendrán el maestro Guadiana y la voz de Pedro Cintas como uno de los cantaores que se afianzan en el mundo del flamenco y que lleva como bandera a su tierra pacense.
El estreno absoluto que acogen los Jueves Flamencos es la presentación del primer trabajo en solitario de uno de los mejores guitarristas de acompañamiento que tiene el flamenco, inseparable de Marina Heredia o Argentina. José Quevedo "El Bolita" bautiza a su primera joya bajo el nombre de "Fluye".
"Desde el alma hasta la boca" es la carta de presentación de la cantaora Rocío Bazán que llega a Sevilla como artista en solitario ya más madura y resabiada tras ganar hace años el Giraldillo Joven del Cante. El baile sevillano por excelencia lo pondrá Pastora Galván, una de las grande figuras de la sevillanía y la elegancia, además de pertenecer a una estirpe en la que el arte brota por los poros.
Juan José Amador será otro de los artistas que conforman esta estación flamenca, con Ramón Amador, Pepe Torres y David Lavis. El programa cierra con un homenaje a Miguel de Molina del que se encargará la bailaora y coreógrafa sevillana Pilar Astola. Un proyecto que se estrena en la Fundación Cajasol y que hará vibrar al público asistente.
Y como va siendo tradición, la programación la cierra en Navidad donde se despide con una zambomba flamenca, esta vez del barrio de San Miguel de Jerez de la Frontera como guinda a este pastel flamenco lleno de emoción, sabiduría y conocimiento.
Todo los espectáculos se llevarán a cabo en el Centro Cultural Cajasol (c/Laraña, 4. Sevilla) y las entradas podrán adquirirse en la Taquilla del Centro Cultural y en la web http://www.ticktackticket.com/cajasolticket/Turina.html
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Los Jueves Flamencos 2012
La flamencura de Marina Heredia cierra el Ciclo de los Jueves Flamencos en Sevilla
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 30/5/2013 Fotos: Jaime Martínez. Fundación Cajasol
El concierto de anoche acrecienta la figura de Marina Heredia, que paso a paso va cobrando una dimensión gigantesca, situándola ya casi incuestionablemente a la cabeza de las cantaoras del momento. Tras cantar recientemente a Falla con la Filarmónica de Chicago y triunfar en Madrid en todo un Teatro Real, esta artista de proyección internacional se nos presentó cercana y accesible, emotiva y sencilla, en un recital lleno de pundonor, verdad, gracia y calidad flamenca.
Porque Marina es muy flamenca. Hay que aclarar esto para quienes advierten en ella la capacidad para la canción, donde también expone su dominio de la afinación, el balance de las cargas emotivas y por supuesto la actitud escénica que compromete al espectador gracias a una presencia física apabullante. Es tentador descubrir en Marina una gran cantante, y de hecho esa cualidad le ayuda a sonar con esa frescura envidiable.
Sus cantes por soleá y seguiriya están llenos de una feminidad agresiva, desafiante y grave. Es una excelente cantaora de estos dos palos, en los que advertimos el desgarro, la mirada directa al dolor. Se mostró mucho más melancólica y dulce en la malagueña seguida de fandangos del Albaicín, donde apreciamos ternura y delicadeza a base de una media voz maravillosa; al igual que ocurrió con los pregones y tonás, en los que se mostró inventiva, valiente y finísima, haciendo gala de su elegancia natural.
Precisamente la mejor cualidad de Marina, y lo que realmente la eleva por encima de la media, es su capacidad innata para trasmitir, para exponer certeramente los sentimientos específicos no ya de cada palo, si no de cada letra. Esto parecería una obviedad, pero el peso emotivo de un artista además de incalculable, es esencial. Podría agarrarse a esa voz carismática, afinada y potente, pero prefiere conocer el vacío, el riesgo y el abandono… escoge siempre el camino de la naturalidad, es decir, del flamenco. Conoce que además de una música maravillosa, en el cante late una tradición sentenciosa, visceral y anti retórica que ella aborda siempre con maestría. Directa y preciosista a la par.
Inició por milonga del Corruco de Algeciras, uno de los temas de “A mi tiempo” su nuevo disco, que recoge sus mejores momentos dentro de la gira del mismo título. Con un Bolita especialmente solícito, completó un extenso recital en el que destacaron las bulerías por soleá, llenas de garra y enjundia, además del cuplé por bulerías dedicado a Adela la Chaqueta, incluido también en su último trabajo. Un amplio repertorio que se completó con un sentido homenaje a Morente por tangos, además del bis por fandangos, en el que sentimos su vena chocolatera. En las bulerías se adueño del ambiente a base dos coplas, “Compromiso” y “Se nos rompió el amor” que hicieron las delicias de este público general y afable que sólo las artistas como Marina Heredia son capaces de poner de acuerdo, en esta la última cita del ciclo de los Jueves Flamencos de Cajasol.
Ficha artística:
Cante: Marina Heredia.
Guitarra: José Quevedo el Bolita.
Palmas y coros: Jara Heredia, Anabel Rivera.
`Belén Maya ofrece un recital clásico y desigual´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 23/5/2013 Fotos: Jaime Martínez. Fundación Cajasol
Grandes cosas ofreció Belén Maya sobre el escenario, y también otras más inconsistentes, como la caña, en la que se vio incomodada por el mantón, demasiado pesado al menos aparentemente. Inició a dúo con Chloe Brulé por cantiñas. Ataviadas con sendas batas de colas, jugaron al contraste entre la gracilidad y la redondez femenina de Belén y la verticalidad atlética de Chloe.
El baile flamenco ha asumido una serie de rigideces agresivas y metálicas, sobre todo de cintura para arriba, y en el recital de anoche comprobamos como las bailaoras no renunciaban a adoptar poses marciales, karatecas, para expresar ansiedad, liberación, ímpetu. La conjugación de las formas clásicas e innovadoras en el baile de Belén Maya es singular, y tiene algo de arte oriental, por su sobriedad y precisión. Su victoria es expresar un mensaje único y contundente caminando por los dos paisajes: la expresión directa del flamenco tradicional y las formas que logra incorporar con total fluidez.
Tras el toque sereno e íntimo de Miguel Pérez por farruca, Belén construyó una pieza compleja y hermosa en torno a los tangos, los tientos y el taranto. Un ensamblaje rítmico en el que el cuadro funcionó con solvencia y gusto para que la protagonista expusiera su liviandad, su vivacidad básica, casi de insecto. A continuación, Brulé bailó unos abandolaos que no alcanzaron mayor relevancia que el de una transición. No acabamos de entender algunas cuestiones de ese personaje secundario encarnado por Brulé, ya que nos dejó con la sensación de una Maya algo esquiva. Pero lo cierto es que Brulé es muy ágil de pies y tiene mucho peso, incluso superando a su mentora en esa faceta.
Tras la citada caña, se produjo un anti clímax. José Valencia –soberbio cantaor, poderosísimo y perfecto toda la noche- se enredó en una larguísima tanda por bulerías lebrijanas. Incompresiblemente, este cante festero resultó sin embargo lánguido y repetitivo. Pudimos comprobar que Miguel López no colocó la cejilla en el tono adecuado y esto explicaría que una vez solventado el problema José decidiera alargar. Pero lamentablemente habíamos perdido la atmósfera tan concreta que había conseguido crear Belén.
Como cierre, la hija de Mario Maya se atavió con pantalones para bailar por martinetes en un claro homenaje a su padre, con el famoso número de la silla incluido. Sin duda emotivo y pertinente, unos momentos en los que pudimos reconocer las formas tan exclusivas del maestro granadino. Sin embargo no pudimos recuperar lo que habíamos ido construyendo y el recital de Belén Maya en Sevilla no alcanzó la plenitud deseada.
Ficha artística:
Baile: Belén Maya y Chloé Brulé.
Cante: José Valencia.
Guitarra: Miguel Pérez.
`Carrete de Málaga hace felices a los Sevillanos´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 9/5/2013 Fotos: Jaime Martínez. Fundación Cajasol
Cumbre flamenca alcanzó la cima al final. Poco a poco fuimos ascendiendo la escala emotiva que nos proponían estos flamencos enraizados, seguro que puros y si se quiere tradicionales. Abrir un recital con una ronda de tonás es una declaración de intenciones, aunque ni Mari Peña ni Herminia Borja se sintieran cómodas en ese palo. Juan José Amador conoce los recovecos del cante y propulsado por su compás salió indemne. Tras el toque solista de Antonio Moya por seguiriyas, Amador arropó la soleá de Carmen Ledesma, que si bien resulta siempre un encuentro con la fuerza, la vitalidad y la negrura de una madre del baile, quedó algo deslucida por pequeñas imprecisiones del cuadro. Sirvió no obstante para caldear el ambiente, que más tarde sería ardiente.
Mari Peña y Herminia Borja se lanzaron a la aventura solitaria de la bulería: de pie, al borde del escenario, cantándose y bailando. Mari Peña es pura entrega. Es una cantaora rotunda y vivaz, que sabe conectar con el público, pero anoche no parecía del todo convencida de lo que hacía. Herminia estuvo más contundente, un clavel gitano en ciclón. Siempre arremolinada, arrebatada y personal, es un espectáculo por si misma aunque su cante no trascendiera.
Y en estas que por la punta del escenario vemos aparecer una vara chalanera, y tras ella, como anunciado en su bamboleo, un señor que bien podría protagonizar un musical de Broadway. Se trata del Carrete de Málaga, 71 años según las buenas lenguas. Y a partir de ahí es cuando cobra sentido la advertencia que incluía el programa de mano: el recital está sujeto a imprevistos. Porque quién puede prever que este hombre baile como un niño. Claro, hay que ser muy mayor para no tomarse nada en serio, y redondear la vida parodiándola. Pero no olvidemos que el compás es un juego, y en los juegos las normas son mucho más estrictas. Por eso el baile de Carrete es de una precisión total, es más bien una actitud corporal, un latido imprevisible y travieso. A destacar la habilidad de Moya rebañando soniquete.
Un Carrete que nacido en fecha imprecisa en Antequera, empieza a bailar siendo un renacuajo, y que quizás por su extraña biografía (lleva muchos años viviendo en la Costa del Sol, después de ser errante antes de bailar con los mejores) hace al público enloquecer con su capacidad de trasmisión absolutamente excéntrica. Cuando los parisinos vean este espectáculo, nos preguntamos qué pensarán de este gitano incombustible, alocado, rabioso y entrañable a la par.
Finalmente, con una Carmen Ledesma entregada a su inspiración, se fue construyendo un fin de fiesta desordenado y excesivo pero maravilloso. Unos cuantos momentos que justifican todo el espectáculo y que nos reconcilian con la categoría de ser flamencos.
Ficha artística:
Espectáculo: Cumbre Flamencas
Cante: Juan José Amador, Herminia Borja y Mari Peña
Baile: Carmen Ledesma y Carrete de Málaga
Guitarra: Antonio Moya
`Ángeles Gabaldón ilumina La Sala Joaquín Turina´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 2/5/2013 Fotos: Jaime Martínez. Fundación Cajasol
Me pregunto si en su apresurada visita a nuestra ciudad, este espectáculo de Ángeles Gabaldón ha servido de revelación a los numerosos turistas que anoche poblaban la sala Joaquín Turina. Si han captado que los pasos y melodías de este recital dibujaban un mapa emocional de este territorio tan deslumbrante y abstracto que llamamos Sevilla. Desde luego el carisma flamenco es universal, su mensaje elemental es comprensible para todo el género humano. Pero la escuela sevillana del baile, cuando encuentra un cuerpo danzante como el de Gabaldón, encierra un código íntimo, lleno de insinuaciones, de miradas, de medias sonrisas. Me estremece pensar que una bailaora pueda demostrar que nuestra tierra se explica en los detalles.
Como sevillano, me afecta de una forma primordial, genética, que para emocionarnos Ángeles Gabaldón prefiera el gesto a la acción contundente. Y por ejemplo discurra tan ligeramente por la escueta identidad del garrotín, o que demuestre que los cosas mínimas y prescindibles son las más importantes del mundo: el sombrero, el abanico, la mantilla, la bata de cola, un giro de muñeca… Este tipo de baile no requiere perfección ni atletismo, sino una redondeada naturalidad, una actitud provocativa y esquiva que nos adentre en el oleaje carnal de la guajira, en la gracia desbordante de las cantiñas. Es un baile ultramarino, que abrillanta la Sevilla colonial, transmarina. Con Cádiz y la Habana para ser el centro del mundo.
Para esta propuesta es imprescindible la complicidad del cuadro, la gesta conjunta. A ello se entregaron con esmero los jerezanos David Lagos y el Londro, pero sobre todo el maestro Rafael Rodríguez. Su guitarra habla, tiene un vocabulario íntimo y susurrante. Es diáfana, convincente y sin duda la más emotiva del flamenco. Su toque solista pone de manifiesto una vez más la importancia del sonido personal y la tremenda demagogia de la música flamenca, que de nuevo nos saca unas lágrimas aún en su interpretación más coloquial y autoconsciente.
Pero en este dulce baño de sensaciones, la seguiriya se presenta como una mirada interior. El sonido de las castañuelas tenía la precisión de las plañideras. La seguiriya de Gabaldón sugiere un llanto estoico, firme; tan sólo tembloroso, nunca derrumbado. Es el momento en que su feminidad cobra mayor dimensión, se muestra por encima de las emociones presumibles y despliega piedad y pundonor. Con escasísimos elementos, con la desnudez del luto, consigue crear una atmósfera callada que engrandece este palo, en contra del uso machacón que otros artistas hacen de él. La sevillana prefiere vivir las historias, no conformarse con los discursos previos. Si la seguiriya es drama explica por qué.
Y así, tras las bulerías gaditanas, poquito a poco, con el hedonismo que nos merecemos, desaparece la bailaora que tanto nos ha revelado.
Ficha artística:
Espectáculo: Con Corriente
Baile: Ángeles Gabaldón
Cante: David Lagos y El Londro
Guitarra: Rafael Rodríguez
`Dorante conecta con el público de los Jueves en un concierto solista´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 11/4/2013 Fotos: Jaime Martínez. Fundación Cajasol
`Un flamenco al piano”. En el título del espectáculo se enfrentaban los dos condicionantes de este recital: un músico amplísimo que se siente flamenco y un instrumento total. Todo estaba abierto, por resolver. Sin programa de mano previo, sin otros compañeros, Dorantes fue construyendo una actuación que lo alejó del sonido de su último disco hasta el final, cuando interpretó a petición del público “Errante´, una pieza que pone de manifiesto su capacidad de síntesis, un don para desarrollar melodías familiares pero de enorme frescura.
El piano flamenco es un género si no nuevo, por lo menos escaso. El instrumento es muy tiránico, una tiranía deliciosa. Porque este dinosaurio negro está ligado por tradición al jazz, incluida su vertiente caribeña, pero sobre todo al clásico. Así que el lenguaje heredado de este músico lleva escritos nombres que no se parecen al de su abuela la Perrata. Pero Stravinsky y Bartók son flamencos a su manera, del mismo modo que los negros americanos. El ritmo es un lenguaje universal, no mancha tanto como las tonalidades, y eso es algo que Dorantes parece apreciar.
Con la cabeza llena de posibilidades y las manos gráciles, Dorantes trasciende la música flamenca. Lo que nos regala va más allá –aunque sin olvidarlo nunca- de la cadencia andaluza y de la transcripción guitarrística. Por eso a veces las composiciones de David Peña son una guajira, una rumba o una taranta. A veces lo son, y con la misma facilidad con que toman forma desaparecen, se evaporan para recorrer otros cielos, en ocasiones reconocibles, otras no tanto. La concreción y previsibilidad del repertorio flamenco resultan antagónicas a este concierto de Dorantes.
Distinguimos una primera parte más aventurera –quizás también más íntima-, con piezas largas donde florecían melodías, armonías y ritmos en un Dorantes más huidizo pero de enorme profundidad; mientras que en los últimos temas se mostró más complaciente, abordando un repertorio familiar, incluidos los tangos y las alegrías de su último trabajo. Cedió además a nuestro apetito con “Orobroy” y “Semblanzas de un río”, que interpretó juntas.
Por tanto David Peña Dorantes se lleva el afecto del respetable sevillano por un concierto íntimo, musicalmente muy puro, que sentó en la sala Joaquín Turina a un público variopinto que disfrutó por igual de la calidez de este flamenco.
Ficha artística:
Piano: David Peña Dorantes.
`Jesús Carmona impresiona en los jueves flamencos´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 4/4/2013 Fotos: Jaime Martínez. Fundación Cajasol
Tras su paso por la Bienal, Jesús Carmona volvía a Sevilla con “Cuna negra y blanca” un recital dividido en dos: cuatro bailes de estética tenebrosa y otros tantos llenos de luminosidad y liberación. En ese sencillo discurso antagónico, Jesús parcela efectivamente todo el espectáculo con una equidad celular: dos colores, dos emociones, dos bailarinas. Ana Agraz, del Ballet Nacional, y Lucía Campillo, del Ballet Flamenco de Andalucía, lo secundaron con excelente rigor coreográfico. A Lucía se le encomendaron los palos con mayor carga dramática, los más flamencos, los enlutados. Ana aportó una estética más abierta y dancística en la segunda parte, la más ligera y grácil, la blanca.
Inició el bailaor catalán con una curiosa trilla, tanto por el ritmo (a siete marcaba el programa de mano) como por la atmósfera multicolor que generan los hermanos Makarines (uno de los aciertos del Jesús director). En este primer baile comprobamos la compenetración exacta entre Jesús y Lucía, una compenetración profesional, de cuerpo de baile. Es una de las virtudes de Jesús: su paso por el Ballet Nacional le ha llenado de líneas de trabajo, de precisión e ideas. Sabe moldear una coreografía, y con sus compañeras mantuvo un perfecto equilibrio, no sólo en número de apariciones, también en peso emocional.
Tras los fandangos, Jesús expuso en solitario el taranto que le valió el primer premio en el concurso de La Unión. En esa pieza rastreamos las virtudes y debilidades de un Jesús muy flamenco, macho, lleno de fuerza y velocidad. Es una bomba. Tiene unos pies letales, una figura erguida y estilizada (herencia bailarina) y muchos recursos. Hay que acabar de encajar algunas cosas, como el respiro y el ataque, la caricia y el golpe (eterno choque flamenco) pero fue el momento en el que el espectáculo despegó y el público se abrió a la expresión más consciente de estos primeros bailes tiznados.
Inmersos en la oscuridad, la soleá cerró el capítulo negro a base de un Carmona literalmente ciego. Vendados los ojos, con la única guía de la respiración de Campillo, estos dos jóvenes cuadraron una coreografía sagaz y emotiva, más calurosa. Los cuerpos se necesitaban, huían del vacío.
Por eso llegamos a la plenitud, a la luz blanca de la sonrisa de Ana Argaz, que tuvo un valor más ambiental que estilístico. Vestidos de blanco, vírgenes e impolutos, como un bebé. De ahí la nana, que fue una bisagra ideal entre las dos atmósferas. Apetecía ahora cortejo de las sevillanas, los cuerpos anhelantes, que se buscan y se encuentran fugazmente, efímeros como lo mejor de Andalucía.
Un garrotín liberador, derroche de ritmo y contundencia, precedió al romance final, donde Jesús se revolvió, se olvidó de las divisiones exactas y vivió el momento. Le bailó al cante, se gustó y enseñó los colores que aún tiene que traernos.
Ficha artística:
Espectáculo: Cuna Negra & Blanca
Baile: Jesús Carmona, Lucía Campillo y Ana Argaz.
Cante: Jesús Corbacho y los Makarines.
Toque: Oscar Lagos y Daniel Jurado.
Giraldillos.`El talento joven de la bienal llena la Sala Joaquín Turina´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 14/3/2013 Fotos: Jaime Martínez. Fundación Cajasol
Aplaudimos que el Ciclo de los Jueves Flamencos de Cajasol sume a su programación esta oportunidad a los galardonados con el Giraldillo del toque y cante de acompañamiento en la pasada Bienal. José Ángel Carmona al cante y Juan Requena a la guitarra comparecían para hacer valer ese premio y demostrar sus capacidades en la tarea solista.
El talento de ambos es innegable, pero el espectáculo quedó deslucido en algunos momentos por la falta de compenetración, siendo el más perjudicado en ese sentido José Ángel Carmona. Además de su particular - y siempre delicado- viaje al adelante, tuvo que acompañar al baile de Joaquín Grilo, que acudió como estrella invitada. Ciertamente el bailaor jerezano eclipsó con su gracilidad y su compás dislocado; un baile lleno de bromas que el público recibe con regocijo, embelesado con su carisma. En la seguiriya no acudió al terreno trágico que proponía Carmona, y en las cantiñas tardó demasiado en saltar al centro del escenario, entretenido en la línea de palmeros, pero en las bulerías es irresistible. Qué gustazo. Por recurrir a un tópico, no podemos dejar de decir que el baile parece un juego para él, y seguramente lo sea.
Abrió plaza Requena en un toque por tarantas. Un estilo que abordó con sobriedad, convencido de su clasicismo. Alargó un trémolo cristalino que engarzó toda la pieza y que estableció un rango de excelencia que se vio secundado en el primer cante de Carmona. Armado con una mandola, abordó las tarantas lanzando desde el primer momento ese timbre precioso y tenso, tan extenso y oxigenado. Apreciamos dos maneras de cantar en José Ángel Carmona: la clara, precisa y elegante, y otra más añeja, atragantada y subterránea, que creemos tiene que ver en esa conciliación de las dos tareas: cantar solo o para el baile. Empellones de cantes viejos en la soleá por bulería, su mejor cante, que cuajó después de una malagueña y abandolaos menos trascendentes.
En las bulerías, con un Requena pleno de ideas y de felices encuentros, Carmona aireó el estilo fresco y personal del Chino de Málaga, en el que pudo exponer los manjares del compás, un terreno donde caminan muy bien ambos. De nuevo un toque solista de Requena, que eligió la colombiana, un estilo casi desaparecido del repertorio y que sin embargo tiene una constitución armónica y rítmica muy favorecedoras. Tras la seguiriya que supuso la primera aparición del Grilo, de nuevo Juan Requena para bordar una granaína llena de sencillez y dulzura.
En los fandangos Carmona advirtió su última oportunidad de trascenderse, conectar con el público verdaderamente y punzar con su cante. En el último fandango dejó que la guitarra lo esperara y se sacó de las tripas una letra potentísima, llena de rabia, hombría y regusto gitano. Para eso se está adelante, para arriesgar, para abandonarse a la emoción.
Cantiñas llenas de oficio para enlazar con las joviales bulerías del Grilo. Pinceladas llenas de simpatía y conexión, sin retóricas, con la única aspiración de pasar un buen rato, y eso es lo que hicimos anoche con los galardonados por la Bienal.
Ficha artística:
Espectáculo: Por los rincones
Cante: José Ángel Carmona.
Guitarra: Juan Requena.
Baile: Joaquín Grilo.
Palmas y coros: Los Mellis.
`La guitarra sentimental de Dani de Morón deleita a los aficionados´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 7/3/2013 Fotos: Jaime Martínez. Fundación Cajasol
Entre las butacas de la sala Joaquín Turina había numerosas guitarras enfundadas, porque Dani de Morón siempre consigue llenar la sala de afición. “Cambio de sentido” es un disco y un recital, no hay barreras entre una cosa y otra. Nada de efectismos, de recursos extra guitarrísticos ni de producciones enmascaradas. Un álbum y un concierto de guitarra y sólo guitarra, defendida a base de entrega, generosidad y afición, que es lo mismo que decir estudio y originalidad.
La propuesta guitarrística de Dani de Morón, aunque austera en los medios –es decir, alejada de efectismos- es rica en conceptos. En su primera obra, el juego, la travesura, tienen un papel primordial, pues nos sirven de nexo entre la guitarra heredada y la aspirada, entre el legado y la búsqueda. El centro de su toque sería la alteración rítmica o melódica: huir de lo previsible sin caer en lo irreconocible. La guitarra de Dani es eminentemente moderna porque su sonoridad está cargada de nuevas estrategias. La mano derecha es maternal, acariciadora, leve; pero también de repente durísima, acuchillada y letal. No recorre extasiada el puente, sino que alterna lo atmosférico y lo subterráneo, o mejor dicho, lo ligero y lo enraizado.
La izquierda es imaginativa y juguetona, astuta y nada rebuscada. Poner un acorde imposible no nos dice nada de un corazón. Y Dani de Morón está contando muchas cosas, a veces quizás demasiadas. Es difícil no dejarse llevar por la cantidad de información que nos facilita este tocaor, pero si abrimos un camino totalmente epidérmico a su música descubrimos un oleaje emotivo muy singular. Destacaría los silencios –trono de los flamencos- que funcionan como ínsulas temporales.
En la primera bulería Dani expone la tensión, la amenaza y la calma, la feliz liberación. En la última, recibimos un lengüetazo de cal en su mirada al Morón más popular, eso sí, desde la altura de un intérprete comprometido consigo mismo. La soleá tiene un sonido familiar, pero no nos permite una confianza excesiva. Está cargada de revueltas, de giros, de múltiples miradas a lo cotidiano. Algunos temas están divididos en dos, como “Inmigración” y la rondeña, con lo que advertimos de nuevo la coherencia expositiva del joven tocaor. En los tangos brillaron sus acompañantes tanto como él, pero en la seguiriya se embarcó en una prueba solitaria, y con ella comprendemos la concienzuda y emocionante aventura de Dani de Morón.
Ficha artística:
Espectáculo: Cambio de sentido
Guitarra: Dani de Morón.
Bajo: José M. Posada, “Popo”.
Percusión: Quique Terrón.
Palmas y coros: Los Mellis.
Eva la Yerbabuena, tres años es una eternidad
Web revista La Flamenca. Sevilla / Sala Joaquín Turina 28/2/2013 Fotos: Jaime Martínez Fundación Cajasol
Regresó la bailaora granadina tras tres años de ausencia en Sevilla con motivo de una gala especial organizada por la Fundación Cajasol para celebrar el Día de Andalucía en la sala Joaquín Turina del Centro Cultural Cajasol.
Esta vez, la artista eligió diferentes coreografías para deleitar al público de la sala, nada de grandes aspavientos, un espectáculo encerrado en un pequeño formato, acogedor y cercano como es el flamenco bueno, como una reunión de aficionados que dan calor. Sobre el lugar ya habló la bailaora en la rueda de prensa: “casi oyes la respiración del público por su cercanía, algo que para una artista es una gran responsabilidad y a la vez un subidón de adrenalina”.
Tras el nacimiento de su segunda hija, Eva vuelve con una inyección de vida y una ilusión renovada. Sus intenciones estaban claras: “que se lleven un antídoto de fuerza para que no nos olvidemos que hemos ganado muchas batallas y que ésta también la podemos ganar. Me gustaría provocar emotivamente a la gente”. Pues dicho y hecho, se presentó sencilla como es ella, a provocar y a revindicar su procedencia andaluza y flamenca, y esa gran labor que lleva realizando durante tantos años: dignificando el baile flamenco de la forma más humilde.
Abrió la noche por seguiriyas, seria y consciente de todo. Está en Sevilla, bien acompañada y tiene ganas de bailar, muchas. Se pasea con firmeza por el escenario y va recogiendo aromas de antaño y repartiendo su propio sabor por los rincones, está en un gran momento personal y profesional, disfruta y hace al público participe de ello. El cuerpo de baile formado por Mercedes de Córdoba, Eduardo Guerrero y Moisés Navarro suspira con la caña mientras la Yerbabuena se retira a respirar. Llega el paréntesis del baile con la guitarra de Paco Jarana y sus "encuentros" su momento no es menos especial en esta noche que supone un encuentro entre Eva y Sevilla.
Vuelve la bailaora por tarantas, su elección en las coreografías para el Día de Andalucía es flamenco, es tradición y es personalidad. Ella es una dialogante perfecta en un entorno que conoce bien, sabe entenderse con su cuadro musical, con los aficionados al baile flamenco y con Sevilla, que tres años después siguen hablando en el mismo idioma. Le deja al cuerpo de baile los corridos gitanos, como ella sabe, aquí cada uno tiene su espacio y nadie es menos que nadie. Por bulerías vuelve la ausencia de baile, y las voces de Segundo Falcón, Enrique el Extremeño y Emilio Florido traen la fiesta al Centro Cultural de Cajasol junto a Paco Jarana y la percusión de Raúl Botello.
Termina por soleá, templada y serena, habiendo demostrado en este evento que su baile flamenco es universal e infinito como Andalucía en general y como Sevilla en particular. Sentida y agradecida se va con el dramatismo de su baile que es ya un sello con nombre propio, de su seguiriya, de su taranta y de su soleá. Solos nos quedamos de nuevo, tres años de ausencia han parecido una eternidad flamenca.
Ficha artística:
Espectaculo: Gala día de Andalucía
Coreografía, dirección y baile: Eva Yerbabuena. Ballet Flamenco
Cuerpo de baile: Mercedes de Córdoba, Eduardo Guerrero y Moisés Navarro.
Guitarra: Paco Jarana.
Cante: Segundo Falcón, Enrique el Extremeño y Emilio Florido.
Percusión: Raúl Botello.
La Fundación Cajasol presenta a Eva la Yerbabuena en la Gala Especial del Día de Andalucía.
El espectáculo flamenco se celebrará el jueves 28 de febrero a las 21:00 H. con motivo del día de Andalucía en el Centro Cultural Cajasol.
Eva Yerbabuena vuelve a Sevilla después de tres años de ausencia, presentará su espectáculo de ballet flamenco “Eva en Concierto”, en una actuación especial organizada por la Fundación Cajasol.
Nos deleitará con un concierto extraordinario en el que la bailaora y coreógrafa reflejará
sus principales coreografías en solitario, una nuestra de sus diferentes espectáculo.
Acompañada de su propia compañía, Mercedes de Córdoba, Eduardo Guerrero, Moisés Navarro, con las voces de Segundo Falcón, Enrique El Extremeño y Emilio Florido. Raúl Dominguez a la percusión y Paco Jarana director musical, que le acompañará a la guitarra.
Las entradas pueden adquirirse desde 15 y 25 euros, en taquilla o en el siguiente enlace Compar entradas
Entrega y sobriedad de los granadinos en la segunda cita con `Meligrana´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 21/2/2013 Fotos: Jaime Martínez Fundación Cajasol
Muchísima pureza nos trajo Meligrana, un sencillo espectáculo que reúne a cuatro artistas de la ciudad de la Alhambra: Miguel Ángel Cortés a la guitarra, la bailaora Jara Heredia y el cante de Pedro el Granaíno y el Parrón.
Una propuesta donde prima el carisma y la veracidad, sin un solo gesto de condescendencia u oportunismo. El repertorio comprometía a los artistas hasta las últimas consecuencias, y ese es el mejor resumen del baile de Jara Heredia, que cerró la noche por soleá y tangos: seriedad, naturalidad y generosidad.
Pero fue Miguel Ángel Cortés el primero en subirse a las tablas para interpretar un solo. Su guitarra es un edén. En las alegrías, Miguel Ángel imagina todas las cosas que están más allá de la curva de la tapa, del precipicio de su mástil, de la boca de una guitarra que pronuncia todas las palabras del flamenco porque su pozo alcanza al silencio. Entre un acorde y otro, en el universo emocionalmente básico del flamenco, cabe la aventura por el traste, el camino a veces tortuoso y dolorido, el aliento salvador. La melancolía de las granaínas de Pedro pueden albergar la esperanza y la derrota, la rotundidad y la insinuación. En el acompañamiento, Cortés alterna el derroche y la contención, el virtuosismo y la iconoclastia. Propicia los silencios en los que una obra queda resumida, concentrada y suspendida, eterna hasta que los músicos ceden a la siguiente nota.
Pedro el Granaíno es el cantaor más impactante del momento. Su intuición le ha llevado a fijar su espejo en los maestros del cante sevillano: Tomás, Caracol, Chocolate. Su metal es una garantía, pero podría haberse vuelto en su contra. Sin embargo, lejos de la espectacularidad, Pedro Heredia se retuerce, se humilla ante la violencia de la copla, del cante, de la vida. Inició su recital por martinetes, sin micro, al borde del escenario. Se despellejó por dentro para liberarse de las tonás.
Con los fandangos llega el virtuosismo, el oleaje melódico y emotivo: la masculinidad arrogante, la noche traidora, el cariño impronunciable: “en las manos, que en la boca no quería…
Jaime el Parrón ostentaba el papel de patriarca, es decir, de aquel con quien pocas palabritas bastan. Baste su soleá, abrasiva, violenta, con la pujanza de un Manuel Torre. Decir las cosas de una vez, decirlas por fin, juntas y claras, y no volver a ellas, porque pocas palabritas bastan.
Ficha artística:
Espectáculo: “Meligrana”
Cante: Pedro “El Granaíno” y Jaime “El Parrón “
Baile: Jara Heredia
Guitarra: Miguel Ángel Cortés
Palmas: Raimundo Benítez
Milagros Mengíbar y Luisa Palicio, reanudan los Jueves Flamencos con `Piel de Bata´
Web revista La Flamenca. Alejandro Medina. Sevilla / Sala Joaquín Turina 7/2/2013 Fotos: Jaime Martínez Fundación Cajasol
`Piel de bata´ es el nombre de este espectáculo dual, que abre el ciclo de primavera de los Jueves Flamencos de la Fundación Cajasol. Sobre las tablas de la sala Joaquín Turina comparecieron dos mujeres: Milagros Mengíbar y Luisa Palicio, maestra y alumna, aunque como veremos, el empuje de Luisa desplazó esa línea divisoria hasta hacerla desaparecer.
Es necesario subrayar la peculiaridad de la escuela sevillana, que esta alianza generacional perpetúa, y ante la cual obtenemos la satisfacción de comprobar que en la discípula, el baile femenino e intencionado ha recibido un renovado vigor, unas posibilidades mayores y lo más importante: un nuevo corazón.
Luisa Palicio lo dijo todo, Milagros dijo lo esencial. Es hermoso observar el distinto efecto que los cantaores y el guitarrista generan en las dos bailaoras. Manuel Sevilla y Juan Reina son los más coquetos y nobles del acompañamiento al baile, y la genial guitarra de Rafael Rodriguez nos planta la técnica a los pies del sentimiento. El baile de esta escuela, inspirado en Pastora Imperio, codificado por Matilde Coral y desarrollado por Milagros Mengíbar, se basa en la intención, en una forma de ser mujer. Ofrecerse y huir, ocultarse y deslumbrar: pura seducción; pero sin descomponerse. La integridad es la roca inamovible del baile de mujer en Sevilla.
Por todo ello, siendo la coquetería protagonista, estas formas pueden caer en la parodia, lo teatralizado. Así, la verdad expresiva de Luisa Palicio, su flamencura, cobra una dimensión que nos deja deslumbrados. Arrancó el recital por malagueñas con el baile en solitario de la maestra. Se sumó Luisa en los abandolaos, que interpretaron a dúo. La joven malagueña aporta un dominio rítmico mayor y un equilibrio perfecto en la exposición de todas las partes del cuerpo: qué manos, qué cara, qué caderas. Traza todas las líneas, desde el hombro al talón. El uso de la bata puede catalogarse de virtuoso, sin ser artificial ni exhibicionista, sino sometido y arrebatador. El milagro de la noche se produjo en la guajira, donde Luisa se adueñó del espacio y el tiempo. Usó todos los elementos, y la gracia y originalidad con las que movió el abanico –que bailó con ella- nos hizo palpitar. No hubo imagen que no creara, bien con el mantón, bien con las manos o con el citado abanico. Tras ellos se ocultaba, dibujaba ideas perniciosas o dulces, nos regalaba y nos racionaba con un candor exquisito.
Al otro lado de los años, las peteneras y alegrías de Milagros son una estampa llena de recuerdos, un gran pedazo de vida. Quizás estén bailando para ellos -Juan, Manolo, Rafael y Milagros-. Comparten hasta la última gota del sentimiento. Celebran y lloran que se lo han dicho todo.
La soleá de Luisa Palicio pone de manifiesto el desarrollo de la técnica y subraya la importancia de la docencia. Milagros le ha mostrado un código, una forma, una idea. Además, le ha dicho cómo mover la bata, conseguir que sea su piel. Pero a dolerse, a comunicar valentía y prudencia, a susurrar algunos deseos de la sangre; en definitiva, a enamorarse, nadie puede enseñar.
Ficha artística:
Espectáculo `Piel de Bata´
Baile: Milagros Mengíbar y Luisa Palicio.
Cante: Manolo Sevilla y Juan Reina.
Guitarra: Rafael Rodríguez.