Miguel Poveda encabezó un elenco de grandes figuras en el concierto homenaje al cantaor más prohibido de la dictadura.
Web Revista La Flamenca. Luis M. Pérez. Sevilla (Palacio de Congresos y Exposiciones) 18/11/2016 Fotos. Inma Rodriguez
Era de recibo. Estaba escrito, mas no estaba cantado. Manuel Fernández Gerena (La Puebla de Cazalla, 1946) se está cobrando los cincuenta años de oro que han transcurrido desde la primera vez que alzó su voz de protesta sobre un escenario.
Ocho días han pasado desde que se estrenara el documental sobre su azarosa vida “La voz en lucha”, un reconocimiento político más que artístico que el cantaor morisco merecía sin duda, y que, como dimos cumplida cuenta en la Revista la Flamenca, ha recibido durante el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Fue en el Teatro Lope de Vega, allí donde se le prohibió cantar en marzo de 1976 y donde Manuel pudo por fin cantar aquellos martinetes para la libertad.
Con los mismos martinetes comenzó anoche la velada Gerena, que ofició de maestro de ceremonias de su propio homenaje, algo incomprensible se mire por donde se mire. Como difícil de mantener hoy en día es la vieja fórmula de los homenajes de cuatro o cinco horas de duración en un teatro, por muy atractivo que resulte, y éste lo era, el rosario de artistas que fueron desfilando por las tablas del auditorio del Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (FIBES).
Manuel Gerena ya tuvo un gran homenaje en Madrid en octubre del año pasado. Y tiene su Medalla de Andalucía desde 2013. Pero le faltaba el reconocimiento de los flamencos sevillanos, que nunca lo han tenido por lo general en muy alta consideración, salvo honrosas excepciones como el guitarrista Ricardo Miño Álvarez (Triana, 1949), que siempre se mantuvo a su lado, y en los momentos más difíciles. Anoche también estuvo ahí, como estuvo el joven y curtido pianista Pedro Ricardo Miño, hijo del guitarrista y de la gran bailaora Pepa Montes. También estuvieron el sevillano Gualberto y su inseparable sitar, que durmieron a buena parte del personal dado lo avanzado de la hora. La trianera Esperanza Fernández no pudo finalmente asistir por motivos familiares de salud. Para cuando salió el cantante Víctor Manuel, con su corazón tendido al sol, se habían marchado la mitad de los asistentes. Y el grandísimo Arcángel en persona fue el encargado de apagar las luces y echar el cierre.
Pues quedó claro desde el principio que los sevillanos venían a ver a Miguel Poveda. Ni Rancapino Chico, que fue el encargado de abrir plaza con unas dignas soleares de Alcalá y de Triana, y que levantó los ánimos del público con sus fandangos del Gordito de Triana por bulerías; ni el cordobés Manuel Moreno El Pele, con su derroche de facultades y su casi insultante capacidad de afinación, pudieron enfervorizar al respetable como lo hizo Miguel con tan solo aparecer en el escenario. Tiene un halo y un carisma que lo sitúan a años luz de los demás. No es el que más duele, ni el que más llega a veces, pero sí el mejor profesional y uno de los que mejor cantan. Ayer lo demostró, aprendiéndose en unas horas la letra de una nana de Manuel Gerena e interpretándola a palo seco y en soledad sobre el escenario. Por eso es el número uno, dicen.
Ficha artística
Espectáculo: Concierto homenaje a Manuel Gerena. Lugar y fecha: Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla FIBES. 17/11/2016
Participantes: Miguel Poveda, Arcángel, Víctor Manuel, Rancapino Chico, El Pele, Ricardo Miño, Pedro Ricardo Miño, Gualberto, Miguel Ortega, entre otros.