El mítico local cae víctima de la crisis por el covid-19 pero no descarta reinventarse dentro de unos meses si se recupera la normalidad y el turismo extranjero que supone el 80% de su facturación
Revista La Flamenca. Xavier Grau. 31/5/2020 Fotos: Victoria Guerrero
“Adelantarnos al futuro sería imprudente pero nuestro objetivo a medio y largo plazo será mantener la estructura empresarial y la imagen de prestigio de Casa Patas y estudiar en un año, año y medio, si la situación permite reemprender la actividad o reinventarnos”, explica Martín Guerrero, el director general del popular tablao madrileño que anuncia que baja la persiana víctima de la onda expansiva del coronavirus que arrasa el tejido empresarial del país.
“Las consecuencias sociales y económicas de la pandemia del covid-19 nos dan múltiples señales de la dificultad que habrá para recuperar a nuestro público nacional e internacional y como empresa del flamenco no podemos mantenernos”, aclara vía telefónica para Revista La Flamenca quien está en el frente empresarial de este emblemático negocio que obtiene un 80% de su facturación del público turista extranjero en Madrid.
La empresa ha decidido detener su actividad y “esperar tiempos mejores para volver a abrir o reinventarnos cuando se pueda”, expone Guerrero pensando que sólo el retorno a la normalidad anterior al brote del virus con el hallazgo de profilaxis o vacunas efectivas acabe con el temor en todo el mundo.
La emergencia sanitaria ha hundido el mercado turístico de la capital y del conjunto de España y ha puesto contra las cuerdas al público nacional que en el caso de Casa Patas representa alrededor del 20% de su clientela a través de actividades especialmente dirigidas a colectivos y empresas que pasan por la capital.
“LA SALIDA DE LA ALERTA SANITARIA VA A DIEZMAR EL CONSUMO EN NUESTRO SECTOR”
“El crítico horizonte económico que augura la salida de la alerta sanitaria va a diezmar y reducir el consumo en nuestro sector”, detalla Guerrero comparando la situación actual con la pasada crisis económica de 2008. Y relata que “entonces sobrevivimos mejor porque nos faltó el público nacional, minoritario en nuestra facturación, y ahora hemos llegado a esta crisis con menos músculo económico como empresa, nosotros y el resto del sector de la hostelería en general”.
Guerrero, sin ahondar en el pesimismo de la situación ante el terremoto causado por su anuncio, señala que “el de Casa Patas es el primer cierre de un tablao, pero no será el único, vendrás más, y tal vez por eso la noticia ha impactado tanto que nos ha desbordado y sobrepasado”. “Las reacciones de apoyo y consuelo están siendo sobrecogedoras”, añade “porque ha sido como un puñetazo en el estómago de muchos que creían que esto sería pasajero y ahora lo nuestro les obliga a poner los pies en el suelo de la cruda realidad”.
“SEVILLA PUEDE ASISTIR A LA DESAPARICIÓN CASI TOTAL DEL CIRCUITO TAL Y COMO LO CONOCEMOS HOY”
Madrid, pero también otras ciudades con el sector organizado de los tablaos, como puede ser Sevilla, con un 90% de dependencia del público internacional, puede asistir a la desaparición “casi total” de circuito tal y como lo conocemos hoy por hoy, considera Guerrero.
Francia, Grecia, Italia... están recomendando su turismo nacional y descartando España como destino para este verano por lo que el sector da por perdido el verano y teme las consecuencias de próximos rebrotes hacia septiembre y octubre. Se acentúa la inquietud por ver cómo el público aceptará la nueva situación de aforos reducidos, de 200 a 70 personas de público en Casa Patas, y las normas de distanciamiento total en las salas.
“¿Quién aceptará ir a un espectáculo con mascarilla en un local cerrado? ¿A quién le venderemos las entradas? se pregunta el director general del mítico establecimiento que llega a programar entre 120 y 150 espectáculos diferentes al año con unas 500 actuaciones.
Esto supone la contratación anual de alrededor de 400 artistas “también un punto de encuentro de los flamencos en Madrid, su segunda casa para algunos, espacio compartido de grandes figuras y leyendas con los que hemos mantenido lazos emocionales y sentimentales que ahora desaparecen con gran pena”, lamenta Guerrero.
El cierre de Casa Patas, que abrió sus puertas como taberna-restaurante en abril de 1984 y añadió el tablao en 1988, se ha decidido en estas semanas de alarma general, tras estudiar la dirección el sombrío panorama de futuro tras el covid-19.
“LA FALTA DE FLEXIBILIDAD DE LOS ERTE NO NOS DEJA ALTERNATIVA PARA EVITAR LA RUINA DE LA EMPRESA Y EL CONCURSO DE ACREEDORES”
Las mismas fuentes de la dirección del local, del que dependen entre 24 y 28 nóminas en función de la temporada, niegan que el establecimiento atravesara problemas económicos. “En los doce años que llevo como director general -apunta Guerrero- no hemos tenido que pedir ni un solo préstamo, excepto en estas semanas”.
Cierto es que el músculo económico de la sala, como del conjunto de la restauración en España, no se ha recuperado tras la debacle de 2008. Los números oficiales recogen que Casa Patas facturó en 2019 alrededor de unos 2 millones de euros, cifra similar a la facturada en 2007.
“LA SALA GARCÍA LORCA TAMBIÉN PARALIZA SU PROGRAMACIÓN PORQUE LA EMERGENCIA SANITARIA LA HACE INVIABLE”
En estos tres meses de pandemia, la empresa ha descartado acogerse a los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) y ha seguido atendiendo el pago de todos los gastos de Seguridad Social de su plantilla. Según Guerrero, se han visto abocados a ello “porque la normativa de los ERTE te compromete a mantener todos los puestos de trabajo hasta seis meses después y esta falta de flexibilidad no nos deja más alternativa para evitar la ruina de la empresa y el concurso de acreedores”.
El fin de la actividad del tablao no supone la paralización de los proyectos de la Fundación Casa Patas, conservatorio privado, que con más de 200 alumnos se dedica a la formación y difusión del arte flamenco desde 2000. El centro mantiene su programación presencial de cursos y está estudiando el desarrollo de nuevas oportunidades educativas a través Internet.
En 2013, la entidad impulsó la célebre Sala García Lorca que vino a cubrir el déficit de una programación estable de cante y guitarra flamenca en la capital de España.
Martín Guerrero confirma que este emblemático espacio “sí se verá afectado y se paraliza también su programación de recitales porque las restricciones impuestas por la emergencia sanitaria hacen inviable cualquier actividad”.
“ESTA CRISIS AFECTARÁ A EMPRESAS, ARTISTAS, PEÑAS Y COMPAÑÍAS DE UN MODO QUE NADIE IMAGINABA”
Guerrero se confiesa “abrumado y consternado” por las muestras de solidaridad y de cariño recibidas tras comunicar el cierre en las últimas horas y opina que “el fenómeno se ha agrandado por ser la primera noticia así en el sector”. “Pero habrá más, será una sucesión y quedarán muy pocos locales como los conocemos ahora”, avanza.
Desde su perspectiva empresarial, Guerrero no se muestra partidario “en general de que actividades privadas como la nuestra dependan del erario” pero sí reclama que el Gobierno invierta en la promoción del flamenco como activo cultural y económico del país.
“Esta crisis afectará a empresas, artistas, peñas y compañías de un modo que nadie imaginaba al principio de la pandemia pero si algo aprendimos de la crisis del 2008 es que cuando la Administración andaluza cerró el grifo del dinero, el sector flamenco lo pasó muy mal y sólo resistió mejor en Madrid y Barcelona donde no había esa dependencia del presupuesto público”, resume Martín Guerrero.