Continuando con las “curiosidades” sobre las letras flamencas, encontradas en los “cilindros de cera” de la grabación del Centro Andaluz de Flamenco, nos vamos a detener en determinadas cuartetas , que fueron interpretadas por tangos, soleares, saetas, guajiras y peteneras:
Web Revista La Flamenca: Ricardo Rodriguez Cosano 20/2/2013
Una noche entré en tu cuarto
y vi que estabas soñando;
un beso te di en la boca
porque me estabas nombrando.
Agua le pedí a una fuente,
y sombra le pedí a un olivo;
se me ha puesto tu querer
que no sé lo que me digo.
En aquel pocito inmediato,
donde bebe mi paloma,
me tengo que estar un rato,
por ver el agüita que toma.
Sordo como una tapia
y ciego de nacimiento,
más valía que mi mare
me hubiera parío muerto.
La tierra con ser la tierra
se comerá mi dolor;
estuve al pie del almendro,
pero no le corté la flor.
¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús de Nazareno?
La Virgen estaba lavando,
y tendiendo en el romero,
los pajaritos cantando
y el romero floreciendo.
De noche, me salgo al campo,
y hago a las piedras llorar,
y el eco con las fatiguitas
que me comenzó a llamar.
Si nos fijamos bien en el contenido de estas letras flamencas, nos daremos cuenta de que las mismas se siguen interpretando, por algunos cantaores y cantaoras, en la actualidad. Sin embargo, las mismas fueron grabadas a finales del siglo XIX, cuando, con toda seguridad, muchas de ellas serían populares con anterioridad.