La mayoría de edad de “La edad de oro” de los Galván, “en el ciclo Flamenco Viene del Sur”.
Revista La Flamenca. Jaime Trancoso. Sevilla. Flamenco Viene del Sur/Teatro Central. 4/3/2020 Foto: ©OscarRomero
Dieciocho años hace ya del espectáculo La edad de oro de Israel Galván. Motivo mas que suficiente para celebrarlo ofreciendo la versión femenina del espectáculo. Desde la pasada Bienal de Flamenco Pastora Galván ha retomado en femenino el espectáculo que tantos éxitos le diera a su hermano.
Sería interesante contabilizar el número de actuaciones que la antigua oficina de Israel Galván conseguió colocar este espectáculo de laboratorio, con mas que interesantes giras principalmente por el país galo. Un espectáculo de formato muy reducido ideal para girar: 3 artistas y 2 técnicos mas road manager.
Aunque es inevitable el visualizar imaginariamente a Israel cuando Pastora interpreta la obra de su hermano e incluso compararlos, se trata de un trabajo memorístico inconmensurable, 1 hora 30 minutos con infinidad de efectos y movimientos con todo un recorrido entre bulerías, fandangos y seguiriyas.
A pesar de ello, Pastora consigue montar y calcar la virtuosa pieza. Incluso calzó las botas del maestro Vicente Escudero, fuente de inspiración de su hermano. La alternancia de números de baile con cantes está muy rodada y suceden de forma natural a pesar de la extrema complejidad del espectáculo: introducción de Pastora, Granada de Albéniz, soleá, caña, soleá por bulerías, malagueña, verdiales, fandangos, martinete, seguiriya, farruca, tientos, tantos, alegrías y bulerías con castañuelas, entre otros palos.
La obra es interesante en todas sus formas y estructura llamando la atención lo tardío que se exponen el solo de Cante y otro de toque casi al final del espectáculo. El espectáculo fue acompañado originariamente por los hermanos Lago (o por Fernando Terremoto y Alfredo Lagos), pero en esta ocasión acompañaban a Pastora José Valencia y Juan Requena, que hicieron un trabajo muy destacado.
La iluminación, muy parca y sobria, crea una zona de baile rectangular, al igual que para los dos músicos, casi sin crear ambientes con colores. Lo único particular, pero también sencillo, es un foco en boca en el suelo para crear sombra sobre el telón de fondo y algún que otro gobo. Sin utilería, ni cambios de vestuario (solo las castañuelas momentáneamente), las botas de Escudero es lo mas cercana a ella. El espectáculo solo necesita tres sillas, un monitor para el cantaor y genelec para el guitarrista. Todo es reducido al mínimo común denominador. Esta sencillez e incluso la duración de la pieza hace que el espectáculo se haya movido tanto en teatros de medio como pequeño aforo, ya que el interés radica en ver la genialidad de los Galván.
Ficha artística y técnica
Baile: Pastora Galván
Cante: José Valencia
Guitarra: Juan Requena
Dirección artística: Pedro G. Romero
Asistente de dirección: Balbi Parra
Coreografía: Israel Galván
Asistente de coreografía: Marco de Ana