La estrella onubense congela su próxima grabación con Rafael Riqueni y Dani de Morón y nos regala una saeta inédita y una guajira para los que “ayudan a quienes sufren quebrantos”.
Revista La Flamenca. Xavier Grau. 8/4/2020
El honor, por la generosidad de Rocío Márquez, primero. De su puño y letra, escrito por ella en estos días de catástrofe y también de grandeza:
Saeta de cuarentena
A la vida hoy le pido
salud, paz y libertad
que nuestro pueblo esté unido
“pa” podernos levantar
y no darnos por vencido
a las ocho de la tarde
mi aplauso se vuelve canto
por quienes cuidan y ayudan
a los que sufren quebrantos
Y el lujo, por la grandeza de su talento, a continuación:
En mitad del campo, en Sanlúcar, junto a su pareja y descubriendo momentos propios hasta ahora escondidos por la vorágine de su éxito, Rocío Márquez apura el valor de pisar la tierra de su huerto. De cuidar de sus gallinas. De mirar lejos para respirar hondo. Escribe y reflexiona. “Yo que estoy poquito en casa, este es un cambio gordo, y de golpe descubrimos que tenemos un tiempo grande para ser conscientes de lo que pasa y pensar en las necesidades que tenemos en global como seres humanos”.
La estrella, sí, estrella, como sentenció a la primera Jesús Quintero, aprovecha este gran socavón causado por la pandemia del coronavirus para profundizar en la calma de su espíritu. Para ganar ánimo dedicando ratos a la familia, a la cocina, a la escritura, “para estar conectada conmigo misma”. Y lo más importante, “para salir de ese pensamiento de producción que nos arrastró en los primeros días del confinamiento con miles de propuestas de acción que incluso me agobiaron: ni aún frenándonos somos capaces de dejar de producir”, lamenta.
Intentando desconectar del miedo, asumiendo con flexibilidad mental la situación, desde la efervescente creatividad de su introspección, Rocío bulle intelectualmente. Ahí está plasmando por escrito su ensayo: “no tengo intención de publicar pero sí me sirve para reflexionar sobre la situación que vivimos, y lo voy escribiendo a modo de diario...”
Lo mismo que estas Décimas en cuarentena que escribe y canta por guajiras:
Un día la vida se frena
de la noche a la mañana
y en cada casa cercana
se sabe que fuera truena...
Para este especial de entrevistas de La Revista La Flamenca sobre el estado de alarma, Rocío explica que el viernes anterior a su declaración la pilló camino a las clases del Máster en Investigación y Análisis de Flamenco de Universidad de Córdoba.
Junto a sus compañeras Alicia González, Trinidad Jiménez, Inmaculada Morales y Estefanía Grao se encarga de la asignatura de Metodología de Investigación del Flamenco. Comparte con sus alumnos y alumnas los esfuerzos y alegrías del camino hacia doctorarse.
Ella mismo lo logró en 2017 al ser reconocida “cum laude” doctora por la Universidad de Sevilla. Su tesis, dirigida por Paco Escobar, se titula La técnica vocal en el flamenco: Fisonomía y Tipologías. En ella observa “la velocidad y la precisión de Pastora frente a la fuerza y el volumen de La Paquera. El desgarro de Camarón y el sonido redondo de Naranjito. Marcheneros y Mairenistas luciendo estandartes”. Pero lo más destacado, “trata de evidenciar que el intérprete es un sujeto activo en la evolución de su técnica vocal”.
Muy concentrada en su crecimiento personal y artístico, muy pendiente de la situación de emergencia planetaria, confiesa que “me preocupa el debate cerrado entre salud y libertad; no deberíamos descuidar ninguna de ellas”.
Las redes sociales la mantienen en contacto con sus colegas artistas y con sus seguidores, más de 31.000 entre Facebook y Twitter. Cuelga destellos de su cante y cadenas que le proponen compañeras como la pianista y Premio Nacional de Música Rosa Torres-Pardo en las que enlaza con su vecino el pintor Manuel León y la bailaora Patricia Guerrero. “De momento, no me ha dado por hacer directos, prefiero ver, pensar y esperar a cómo evoluciona todo, también qué supone esta nueva forma de presentarnos al público”.
Está considerando que las actuaciones online ganan en cercanía por ver a los artistas en el salón de su casa pero son decisiones personales y yo en este momento no lo tengo claro… ni tengo claro cómo utilizamos las redes ni tampoco cómo las vamos a utilizar en el futuro”.
Y sigue escribiendo:
Algo bueno hay que sacar de esta cuarentena larga
para aminorar la carga
y sumar más que restar
El parón forzado por el coronavirus ha zarandeado toda la agenda de Roció Márquez. Forzando suspensiones como el preestreno en Pamplona de Gurumbé de Accademia del Piacere junto a, Nuria Rial, Ellavled Alcano y Dani de Morón con la coreografía de Antonio Ruz y la dirección musical de Fahmi Alqhuai. Suspendidos también los ensayos presenciales en Francia -que no telemáticamente- junto al Ensemble Aedes dirigidos por Mathieu Romano. Ambos espectáculos se han reprogramado y serán acogidos por el próximo Festival de Granada entre junio y julio.
Por el camino han quedado las actuaciones previstas y la gira del último disco Visto en el jueves junto a Juan Antonio Suárez “Canito” a la guitarra en lugares como Banyoles o la presentación en el Flamenco Festival de Nueva York, Miami y Los Ángeles junto a Miguel Ángel Cortés.
Igualmente suspendida ha quedado la grabación, “sólo hemos tenido un día de estudio”, de su próximo disco en el que Rafael Riqueni desbordará con su guitarra y Dani de Morón pulirá la producción. Un disco “tradicional, voz y guitarra”, puntualiza.
“Es muy importante que en tiempos críticos como los que estamos viviendo tengamos presente la fuerza de la unión; como sector tenemos que poner el foco principalmente donde hay más vulnerabilidad”, razona la artista.
Y continúa la décima:
Le podemos regalar
más tiempo a los que están cerca
y pensar que aquella alberca
que pedía en su canción
menos contaminación
su sueño ve que se acerca
Tiene muy claro que “a todos los autónomos, del comercio, del turismo, del campo... nos costará levantar cabeza y me preocupa el parón de ahora mismo pero más cómo será de lento el regreso”. Los artistas tendremos problemas graves, como por ejemplo el cierre de los espacios aéreos que “nos van a impedir salir al extranjero a trabajar, pero también a los turistas venir a España a disfrutar de tablaos y de teatros”. Además, “persiste el temor a la limitación del aforo para evitar la propagación del virus y el cese de actividad en caso de ser necesaria la vuelta al confinamiento”.
“Creo que todos estamos de acuerdo en que existe un orden de prioridad -precisa Rocío- y que en la cúspide del ranking está la vida de las personas enfermas y los refuerzos a la sanidad”. “Ahora bien -continua- teniendo en cuenta la vulnerabilidad del sector cultural, si no empezamos a trabajar en un plan de ayuda, estamos condenándolo al naufragio”.
La artista, ganadora de la Lámpara Minera en 2008, considera necesario que “nuestro ministerio, las instituciones y el mundo de la cultura nos reunamos, hagamos piña y vayamos actualizando cada día la situación, las necesidades y las posibles medidas específicas a tomar”.
Su propuesta en estos días, según confiesa, pasa “por avanzar en la unión de artistas y creadores y tomar conciencia de las necesidades a tener en cuenta para adoptar medidas específicas y acometerlas en los próximos meses analizando cada nuevo escenario que se vaya planteando”.
Y acaba su letra:
Que no hay un gesto más puro
que abrazar con la mirada
a un alma que esté calada
cuando el viento sopla duro
Desde su punto de vista, Rocío insiste en “reforzar el sentimiento de unión y de colectivo, compartiendo lo que hacemos, lo que vemos y lo que sentimos en estos momentos tan inciertos y complicados para todo el mundo”.
Alejada de cualquier sensación de miedo, de angustia, de ansiedad, Rocío Márquez se esfuerza en mantenerse serena para trasladar “como todo artista, lo que cada uno siente y lo que puede dar”.
“Tal vez algo bueno de este confinamiento sea que nos permite conectar con nosotros mismos, salir de ese continuo pensamiento de producción y poner en orden nuestras preocupaciones por todo y todos los que nos rodean”, formula midiendo muy bien palabras y pensamientos para no ser malinterpretada; con sinceridad y tiento.
Lo que decíamos al empezar. Con ese lujo de pensamiento y de obra, con esa generosidad y ese nombre para “recordar siempre, siempre” -vuelvo al enorme Quintero-, Rocío Márquez guarda para el final su mejor razonamiento. Pregunta: ¿qué aporta el arte en tiempos de crisis? Respuesta: “el arte tiene el poder de colorear paisajes y ahora que todo es blanco y negro, los artistas imprimimos color”.