“Cuando se cumple un año de la muerte del genio, seis guitarristas se reúnen para recordarlo y rendirle declaración de amor y pleitesía. Interpretaron seis piezas del maestro y obras suyas en homenaje a Paco, por las seis cuerdas de sus seis guitarras…”. Este era el hilo conductor del homenaje a Don Francisco Sánchez Gómez.
Web revista La Flamenca: Jaime Trancoso. Sevilla (Teatro de la Maestranza) 26/2/2015
Mucha expectación en el coso sevillano del Teatro de la Maestranza para rendir homenaje al Maestro de Maestros de la guitarra. Sobre el escenario, con sillas colocadas en forma de semicírculo, parecía que iba a salir el septeto con el que volvió loco a medio mundo.
Las obras maestras de Paco de Lucía se han convertido en parte del folclore universal que pertenecen a la memoria cultural del inconsciente colectivo, piezas de obligado estudio para todos los jóvenes guitarristas. Pero su influencia va mucho más allá, es de calado más esencial y atañe a la transformación fundamental que Paco realiza en el lenguaje musical y en sus estructuras tectónicas y formales.
Por ejemplo, en el tratamiento de sus formaciones, añade por primera vez una dimensión espacial, una dimensión de cámara, implicando un incremento en el tamaño de las agrupaciones flamencas y también de la sala de conciertos, y por consiguiente del público, cambiando el papel social del concierto.
Paco de Lucía, con el precedente del maestro, Agustín Castellón Campos “Sabicas”, no sólo consiguió popularizar y “democratizar” a la guitarra flamenca sino que la hizo independiente. Mientras que anteriormente el instrumento se limitaba a acompañar al baile y a lo máximo que podía aspirar era a que le dejaran tocar un solo cuando las bailaoras se cambiaban de vestuario, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes lo llevó a los mayores auditorios y salas de concierto como instrumento solista.
Centrándonos en el homenaje, se escucharon composiciones propias del de Algeciras como piezas originales de los guitarristas encargados de homenajearle, pero sin lugar a dudas las más celebradas por el público fueron las reinterpretaciones de las obras del homenajeado, ya que forman parte del subconsciente universal.
En ese sendero, la admiración de su sobrino Antonio Sánchez, la brillantez de la guitarra de Dani de Morón, la calidad del sonido y elegancia de Gallardo del Rey interpretando el adagio del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo y su pieza “ Noches de San Lorenzo” de José María Gallardo, el virtuosismo de José María Bandera con Monasterio de Sal, la flamencura y sutileza de Juan Carlos Romero o la musicalidad y el toque magistral de Gerardo Núñez nos mostraron la huella del maestro. Tampoco podían faltar las palmas, aludiendo a la alegría de Cádiz y a cargo de Los Mellis, ni por supuesto el cajón peruano, otra de las grandes contribuciones del Maestro al Flamenco, en manos de El Piraña.
La dirección artística y producción también estuvieron muy cuidadas y cuando todos los artistas coincidieron en la pieza final no quisieron alargar innecesariamente el concierto. Además, la selección de los fragmentos audiovisuales estuvo muy acertada, mostrándonos en formato de entrevista algunos de los factores que más incidieron en su carrera: la afluencia de artistas flamencos acogidos en el entorno económico que giraba en torno a Gibraltar, los sabios consejos desinteresados de Sabicas al aconsejarle que creara su propia música, el enriquecimiento que supuso acercarse a otras músicas como el jazz, a pesar de que a veces se sintió perdido al tocar en un estilo que no era el suyo, y la penosa lucha que supuso exigirse y que le exigiéramos tanto.
Muerto Paco, no se acaba la guitarra, pero ¿cuántas décadas tendrán que pasar para que otro artista flamenco continúe y lleve más allá su revolución?.
Ficha artística
Espectáculo: Un año sin Paco. Teatro de la Maestranza 25/2/2015
Guitarristas: Antonio Sánchez, Dani de Morón, José María Gallardo del Rey, José María Bandera, Juan Carlos Romero y Geraldo Nuñez.
Palmas: Antonio y Manuel Montes Saavedra “Los Mellis”
Percusión: Israel Suarez “El Piraña”
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