Revista La Flamenca: Revista nº 10 / año 2005 Mayo Junio
Trato de hacer las cosas de una forma transparente´
Cinco años pueden ser mucho o poco. Todo depende desde el punto de vista con el que se mire. En este largo periplo Vicente Amigo no ha parado ni un instante, ni un momento. Para muchos será una eternidad, para él no. El guitarrista cordobés acaba de editar un nuevo álbum titulado ‘Un momento en el sonido'. Esta vez en solitario. Regresa con un trabajo con el pretende dar un mensaje nuevo a la vez de mantener lo que siempre ha sido, un gran músico. ‘Un momento en el sonido' cuenta con la colaboración de músicos como Joan Albert Amargós, Tino di Geraldo y el cantaor Potito.
Cinco años sin grabar en solitario, ¿no le han dejado tranquilo?
No me he dejado tranquilo yo (Sonríe). Es verdad que no he dejado de estar inquieto. Pero pienso que las cosas llevan su tiempo y algunas veces hay que tardar un poquito más. A lo mejor había más gente que tenía más prisa que yo. Lo lógico hubiera sido haberlo hecho hace unos dos años o dos años y medio, pero en este tiempo he hecho el disco de El Pele, que es tan mío como suyo. Pero creo que ha merecido la pena esperar. Para el próximo espero no hacer esperar tanto.
¿Desde cuándo lleva trabajando en este disco?
El año pasado me puse a trabajar con este disco. Me fui a Rocamador a ordenar mis ideas. Un sitio de Extremadura. Un monasterio que hay en medio de las encinas. Un lugar maravilloso. Aquello es un lugar ideal para irte a componer. Me fui allí con mi ordenador y mi guitarra. Me daban las doce de la noche y no me daba cuenta. Ahí ordené y desarrollé las ideas. Lo hice a lo largo de varias semanas que tenía por ahí sueltas. En enero me metí en el estudio y en marzo ya estaba hecho el disco. A ese monasterio tan bonito, a esa paz que se respira allí le he dedicado uno de los temas.
‘Un momento en el sonido'... ¿qué busca en este trabajo?
Siempre hay que ponerle título a las cosas. Yo siempre digo que algún día haré un disco que no lleve título. Como la "pescá en blanco" (bromea). A mí, además, me gusta meterme en todo lo que hago. Cuando hago los temas me gusta ponerle el título. Soy muy delicado para esas cosas. Le he puesto este título porque estaba allí, en Rocamador, componiendo la taranta. Mientras lo hacía, escuchándola, hubo un instante que era un momento en el sonido. Era ese momento en que el corazón te da un vuelco. Y por eso le he puesto ese nombre a este disco. Partiendo de que las notas son lugares en el sonido, yo estoy buscando ese momento, ese lugar en el sonido que te hace sentir algo especial. Es una manera de enfocar el arte. Esta taranta se la dedico a mi compañero de fatigas, José Manuel.
¿Ese es el mensaje que trata de mandar en este disco?
Por supuesto. Es lo que siempre he buscado, no solamente en este disco. Sería absurdo decir que esto es lo que he buscado en este disco y en los demás no. Ese momento en el sonido lo busco desde que empecé a tocar la guitarra. Es difícil explicar este título cuando es tan fácil escucharlo.
¿Nos puede comentar el resto de temas que aparecen en el disco?
La rumba ‘Demípatí' es una palabra sin compuesta. Ahí le meto una patada al diccionario de la RAE (se ríe). Es una especie de juego que tiene su cosa. Es una rumba donde la melodía no es sencilla. Tiene su armonía y sus juegos rítmicos. Es como un juego entre los tres. No es una rumba facilona. Hay que escucharla más de una vez. Este tema me gusta mucho. Nació de una forma natural. Me convenció desde que nació. No le tuve que dar muchas vueltas. Aquí Tino di Geraldo acaricia la batería.
‘Campo de la verdad'...
El título tiene un doble sentido. Hay un barrio en Córdoba que se llama ‘Campo de la verdad', donde se batían los hombres hace muchos años. Es un barrio humilde y tiene un nombre con mucha riqueza. Me acuerdo una vez que le pregunté a Curro Romero dónde vivía y el me respondió: "En el campo, donde está la verdad". Y todo coincide porque este tema lo pensé para el torero José Tomás. Él es un torero de verdad. Todo lo que he vivido con él es esencia. Ha marcado la historia. Es un personaje maravilloso y yo tenía la necesidad de regalarle una faena que quedara ahí para mucho tiempo para la gente que escucha mi música. Es una manera de agradecerle lo que él me ha dado en las tardes que he ido a verlo. La amistad para mí es muy importante. La música es una forma de expresar mi vida. Y ellos son parte de ésta. Me encantaría hacer la música más buena posible y expresarla de la manera más clara.
‘Mezquita'...
Una vez que estaba hecho, me vi dentro de la Mezquita tocándolo. He tratado de hacer una soleá muy tradicional. En los tonos más tradicionales. Por arriba, como decimos los flamencos. La, Sol, Fa, Mi. Trato de respirar esos silencios, de tocar muy despacio. Toco muy rancio, recordando lo que yo entiendo por el flamenco tradicional. Esta soleá se la he dedicado a El Pele, con el que he pasado mucho tiempo.
‘Tangos del Arco Bajo'...
He buscado hacerlos de la manera que lo entienden los flamencos. Con ese pellizco. Hay una parte en el principio donde busco ese pellizco, pero también trato que te duela en la piel. Hay unos arpegios que tienen sus esperas que me hacían pensar en lo que es la piel. Ese contacto, ese roce con el aire. Es un tema muy flamenco. Lo ha cogido la compañía como primer single. Yo pensaba que iban a coger la rumba porque tiene más velocidad. Pero lo tangos son muy flamencos.
El bolero se lo ha dedicado a su hijo Marcos, ¿no?
Yo siempre digo que es para que no se ponga celoso. Pero es que en este paréntesis que no he grabado ha nacido mi hijo Marcos. En otro disco ya le había dedicado un tema a mi hijo Vicente. Realmente yo compongo los temas y luego los dedico. El único tema que yo he hecho premeditado para dedicarlo ha sido el de José Tomás. Ahí sí he pensado en él desde el principio. Como ves, casi todos los temas tienen su dedicatoria. Trato de regalarlos, de brindarlos a personas importantes para mí. Es como cuando el torero brinda su faena. Un disco son muchas faenas y yo trato de brindarlas todas. Son muchas tardes las que estás toreando para sacar un disco para delante.
Hábleme de la farruca
Es un compromiso conmigo mismo que yo tenía desde hace mucho tiempo. Hay pasajes, hay apuntes que tienen más de veinte años. Desde que aprendí la farruca de Manolo Sanlúcar. Eran unas ideas, unos apuntes que tenía y que he ido dejando y dejando. Creo que las cosas las desarrollas cuando llega su momento. Con lo que tenías antes y con lo que tienes ahora. En este momento todo cuadra. Le he podido dar mi visión, que es lo que yo quería. Esto demuestra que en la música hay cosas que no tienen tiempo, que son atemporales. He tenido experiencias muy bonitas con esta farruca.
¿Y ‘Oriente mediterráneo'?
Es un zapateado que está en la onda del que hice en ‘Vivencias imaginadas'. Pero tiene otro enfoque rítmico donde entra por bulerías. La melodía parece por unos momentos que está traída de la música clásica.
"El flamenco es una cosa muy vieja en la que tienes que haber profundizado"
¿De qué premisas parte a la hora de crear sus composiciones?
Eso sale de forma natural. Pero naturalmente, tienes que trabajar para conseguirlo. Tienes que buscarlo. Cuando encuentras es porque estás buscando. Siempre estás pensando en melodías, en música. Aunque no tengas la guitarra en las manos, la música la tienes en tu cabeza. Por eso te puedes encontrar con una melodía en la propia calle. En cualquier momento puedes encontrar algo.
Ahora que el público tiene unas expectativas creadas con su música, ¿le resulta más difícil satisfacerlo?
La otra pregunta era buena. Pero esta es buena también (bromea). Me resulta más complicado satisfacerme a mí mismo. Yo soy vulnerable desde que soy consciente. Entonces uno es consciente de lo que está pasando y empieza a tener miedos. Pero esto es desde hace muchísimo tiempo. Eso siempre está ahí. Tengo muchísimo respeto a todo eso.
¿Qué intenta transmitir con su música?
Mi vida. Trato de hacer las cosas de una forma transparente. Decirte lo que tú ya sabes, porque todo el mundo sabemos a qué sabe el dolor, lo dulce y lo amargo. Pero yo lo digo a mi manera. Plasmo mi vida en mi música.
¿En qué momento se encuentra la guitarra flamenca de concierto?
En un momento maravilloso. Hay muchísimos guitarristas muy buenos. Aunque siempre ha sido difícil brillar, ahora lo es más. Después de donde ha puesto la guitarra Paco de Lucia, Manolo Sanlúcar, ... las cosas que han hecho. Pero con trabajo se consigue brillar.
¿Están consiguiendo educar al público?
El público está educado. Lo que pasa es que esto es un camino que no se hace de un día para otro. Que consideren la música flamenca ha llevado su tiempo. Creo que nosotros no somos nadie como para educar al público. Creo que esto está en manos de quien tiene el poder. Los intereses están ahí. Las compañías discográficas también. Muchas veces difieren un poco de lo que los artistas quieren.
Últimamente, los guitarristas que he entrevistado me plantean el problema de que la guitarra corre el peligro de perder el sonido flamenco al evolucionar y mezclarse con otras músicas. ¿Qué opinión tiene al respecto?
Yo creo que no. Un guitarrista flamenco lo es porque lo ha mamado desde chico, y por culpa de un flamenco no se va a perder el flamenco. Lo que sí se pierde es en el momento en el que se llama flamenco a lo que no lo es. Muchas veces se dice que algo se sale del flamenco, y a lo mejor es que no ha entrado nunca. El flamenco es una cosa muy vieja en la que tienes que haber profundizado. Debes haber estudiado, haber asimilado. Pero además, yo no soy nadie para hablar de esto (bromea).
Muchas gracias, Vicente
Gracias a ti.