Lola Pantoja: Sevilla / Teatro de la Maestranza, 28/9/2012
Fotos: La Bienal
A pesar de que no contamos con ningún estudio sociológico que nos aclare las razones de la atracción y admiración que sienten los japoneses hacia el flamenco, lo cierto es que es un hecho irrefutable. Tenemos una prueba más que constatable en este ballet flamenco promovido por Shoji Kojima, uno de los primeros bailaores japoneses que apostaron por hacer de este arte, tan nuestro como universal, una forma de vida.
Pero además, este empresario y bailaor, mítico entre los flamencos por su labor respecto al baile flamenco en su país, expresa con este espectáculo su admiración por otros tipos de música y otras disciplinas artísticas como la pintura o la literatura de habla hispana. De ahí que eligiera meterse en la piel La Celestina, un personaje universal y clásico donde los haya, para elaborar esta deliciosa propuesta de ballet flamenco en la que Javier Latorre derrocha talento y maestría. Y de ahí también que se inspirara en la pintura de Pablo Picasso, la música de Pau Casals y la poesía de Pablo Neruda.
La obra presenta un corte de ballet clásico con todos sus ingredientes, cuerpo de baile incluido, un magnífico ramillete de bailaoras japonesas que derrochan sensualidad y dominio escénico dotando la escena de un peculiar colorido. Claro que, para ello, han contado con la coreografía de Javier Latorre quien, sin duda, hoy en día es el coreógrafo de flamenco más capacitado para afrontar el reto de un ballet de estas características
La dramaturgia, fiel a la obra de Fernando de Rojas, se ciñe a contar la tragicomedia clásica de Calixto y Melibea, que es una tragedia en toda regla pero en su época no podía ser calificada como tal porque su protagonista es una vieja alcahueta que no pertenece a la nobleza, cosas de otras épocas. No obstante la escenografía, inspirada en la admiración que el bailaor japonés siente por la obra del insigne pintor malagueño, otorga a la puesta en escena una impronta contemporánea y universal.
En ese sentido cabe destacar que, mientras el baile se ciñe a un esquema narrativo que define con fidelidad a los personajes, las letras de los cantes llevan a cabo un curioso ejercicio de contextualización incorporando algunos poemas de Pablo Neruda -que ahondan en la admiración de Kojima por la literatura de habla hispana- como ese ‘Me gusta cuando callas porque estás como ausente’ que en con la música flamenca adquiere una dimensión pasional mucho más dramática. Aunque, en realidad, la música que Chicuelo ha compuesto para la ocasión emociona no tanto por su hondura y pasión sino por su dulzura y sensualidad, sobre todo en las escenas que describen el amor de Calixto y Melibea -que Tamara López define con un baile tan elegante como etéreo- aunque también al principio cuando Calixto, interpretado con brillantez y dominio técnico por Cristian Lorenzo, da rienda suelta a su euforia bailando por bulerías al recibir el cordón de su amada a manos de Celestina. Aunque cuando de verdad se luce el bailaor, y por ende el personaje, es en el trio con Hugo López y Pablo Freire -magníficos bailaores que ahondan en el carácter pasional y salvaje del flamenco- y en las escenas con Celestina, donde el baile se pliega al personaje y a su interpretación. Lástima que las bailaoras que dan vida a las dos protegidas de Celestina no acabaran de darle la réplica. Y lástima también que las escenas en las que Kojima se queda a solas con su personaje resultaran un poco largas y alteraran el ritmo del espectáculo con un intimismo excesivo.
Cabe destacar la apuesta de Kojima por respetar el formato del ballet ofreciendo a esta proyecto una cuidada y brillante producción que no escatima en medios técnicos y humanos. Gracias a ello el espectáculo cuenta con el colorido la elegancia del vestuario de Naoki Yamada y el juego de magnificencia y sencillez de la escenografía de Chiaki Horiskshi, que por una lado enmarca la acción con imágenes abstractas al más puro estilo picassiano, y por otro se sirve de algunos elementos tan sencillos como una escalera, unas cuantas mesas y algunos utensilios de atrezo para recrear un espacio escénico que remite a los primeros ámbitos del flamenco: los patios de vecinos y las tabernas que aglutinaban a un público fundamentalmente masculino.
Ficha artística.
Obra: La Celestina
Lugar: Sevilla / Teatro de la Maestranza 28 de septiembre
Dirección y coreografía: Javier Latorre
Idea original: Shoji Kojima
Dirección musical: Chicuelo
Baile e interpretación: Shoji Kojima, Cristian Lorenzo, Tamara López, Hugo López, Pablo Fraire, Ayumi Yanagiva, Kanako Maeda, Mieko Imaizumi, Antonio Ventura, ‘Kiko’, Tomoya Matsuda, Satoyo Kamata, Haruna Kobota, Yoko Saito, Tamaki Kinoshita y Ayako Obayashi.
Cante: El Londro, Jesús Méndez y Mónica Navarro
Música: Chicuelo, J.S. Bach y música popular
Letras: Pablo Neruda, Javier Latorre y Chicuelo