Web revista La Flamenca. Judevelo. Jerez de la frontera. Sala Paúl 3/3/2013 19:00 H. Fotos: Javier Fergo
Desde hace años venimos siguiendo el trabajo que este joven bailaor está haciendo por la normalización de la discapacidad física y psíquica a través del flamenco. Conocíamos más sus investigaciones en el campo pedagógico y de la nueva flamencología que su trabajo coreográfico. Anoche se dio en la Sala Paúl la cuadratura perfecta. Apreciamos la complementariedad entre sus líneas de trabajo y como el convencimiento y la honestidad con la que José Galán afronta los retos son los mismos en ambos terrenos. Hay que creer firmemente en lo que se predica y contar con una sensibilidad especial para embarcarse en un proyecto de este calado. El sevillano ha sido valiente y decidido y eso se aprecia en el escenario. Ha creído en la capacidad de transmitir y conmover del ser humano por encima de barreras de cualquier tipo y la ecuación no ha fallado. Ayer él y su compañía lograron emocionarnos, nos llenaron de ternura, nos hicieron reflexionar e incluso nos arrancaron alguna sonrisa con un espectáculo que marcará un hito en esto que ha venido a llamarse “flamenco integrado”.
Pero como el propio Galán mantiene, los discapacitados han estado integrados en el flamenco desde los inicios. Es precisamente a través de referencias directas a artistas que sufrieron minusvalías como el bailaor articula la obra. A esto le añade una cuidada selección de estilos y coplas alusivas al tema que, interpretadas con entrega por un nutrido y solvente atrás, combina con alguna proyección, una simple, aunque simbólica, escenografía y un uso muy original y vistoso de los complementos del baile –el sombrero, el pericón y el mantón-.
Las rarezas de Tomás Pavón, la demencia del Loco Mateo las baila Galán por soleá, rematada con fandango, ocultándose el rostro con el cordobés. Guajira a la Sordita que interpreta Vanesa Aibar con el simbólico detalle de los abanicos de distinto tamaño. Fogonazo que ciega al público y los campanilleros de la Niña de la Puebla que la cantaora le dice al oído a Helliot para que éste dé rienda suelta a su expresión. Reyes de rojo se erige después en protagonista al ritmo de garrotín. Mesa contrahecha que se saca a escena y Galán se convierte en Enrique el Cojo. El maestro marca con ímpetu el compás sobre la mesa ayudado de un listón de madera y ejecuta un vistoso baile por alegrías que hace olvidar cualquier discapacidad. Bulerías de cierre y sevillanas que bailan los cuatro en armónica composición.
Se produce entonces uno de los momentos más bellos y emocionantes de la obra. Las dos bailaoras se alternan en el braceo, comparten mantón, se adornan con la bata de cola y componen estampas de gran hermosura y flamencura sobre una variación por malagueñas que culmina por abandolaos. Después el contraste entre el flamenco y lo contemporáneo, paso a dos por siguiriyas entre José Galán y Helliot Baeza que recuerda a Miracielos y Enrique el Jorobado. Manuel Molina que aparece de traje blanco y guitarra a lo barbero en escena. Alma de trovador, voz tenue y gastada que pese a todo llega hasta las entrañas. Reyes y Helliot lo acompañan en escena, asintiendo, convencidos de la plenitud de sus capacidades comunicativas.
Ficha artística:
Espectáculo: “En mis cabales”
Ciclo: De la Frontera
Baile: José Galán, Vanesa Aibar, Reyes Vergara y Helliot Baeza
Artista invitado: Manuel Molina
Cante: Inma la Carbonera y Paco el Trini
Guitarra: Javier Gómez
Percusión: Luati
Violín: Leslie Ann Jordán
Dirección artística, coreografía e idea original: José Galán
Dirección escénica y coreográfica: Juan Carlos Lérida
Música: Javier Gómez / Popular