La mayor parte se la voy a dedicar al Maestro Paco de Lucía.
Revista La Flamenca. Murcia 30/12/2019 Texto y Foto: Alberto Garcia
La época de José Fernández “Tomatito” (1958) junto a una de las grandes leyendas del flamenco como Camarón de La Isla (1950/1992), te puede arrastrar a una conversación que únicamente abarque esa etapa de su vida. Pero no es este el motivo de esta entrevista. Solo un par de preguntas relativas a declaraciones que hizo en su momento, intentando aclarar algunas dudas.
Lo que realmente nos interesa es el músico, compositor e intérprete, que con el tiempo se ha convertido en uno de los grandes de la guitarra flamenca y mucho más, como demuestran la infinidad de giras, colaboraciones con músicos de muy distintos ámbitos, premios y reconocimientos cosechados.
Afirmas que Camarón te enseñó a tocar la guitarra (El País, 2010). Un cantaor enseñando a un guitarrista ¿Tan especial era la relación entre ambos?
He estado toda la vida con él, que me enseñó a tocar para el cante, por supuesto; para mí, el mejor de todos los tiempos. El guitarrista, para acompañar bien, tiene que aprender del cantaor todas sus formas. Con Camarón imagínate. Empecé muy niño junto a José Monje, si decía aquí suave, pues suave, aquí para… Si cantaba como cantaba, es porque toda la documentación del flamenco, la sabía. Era un purista en todas sus formas. Tienes que conocer muy bien todos los cantes y a partir de ahí puedes crear, evolucionar, pero siempre desde el conocimiento. Pero aprender a tocar… Yo vengo de una familia de grandes guitarristas y ya tocaba antes de que me reclamara; pero lo que me aportó a lo largo de tanto tiempo, ha influido mucho en lo que vino después.
Otra afirmación: “Sin Camarón, no existiría Tomatito” (Diario de Sevilla, 2019), ¿Es lo que realmente sientes? Como editorial y homenaje queda muy bien pero… Hiciste cosas en solitario estando todavía vivo (en el 84 Bienal de Sevilla, Festival de Jazz de Madrid 86).
Si lo creo. Pero hasta cierto punto. Fueron muchos años juntos. Cuando anunciaban “la guitarra de “Tomatito” salía Camarón. Cierto que hice cosas sin él. Un artista, si tiene inquietudes, siempre tiene cosas propias que expresar. Pero lo que quiero decir con esa frase, no es un homenaje al maestro. Si Camarón estuviera vivo, lo primero sería acompañarle a él. El resto estaría en segundo lugar y hubiera tenido menos tiempo para hacer lo mío. Desgraciadamente, murió. No afortunadamente. Es posible que hubiera hecho lo mismo que he hecho, pero con menos intensidad y mucho menos tiempo. Creo que nací para tocarle a él. Si me llamaba para un bolo, una gira, lo dejaba todo y allá estaba yo.
Hacía cosas por mi cuenta, pero de alguna forma estaba presente. Cantaba en mis discos, “Rosas del Amor”, “Barrio Negro”, un temita, pero ahí estaba. Era Camarón quien me indicaba “haz algo tuyo”, me animaba a hacerlo. Nunca lo hubiera dejado. Con haber tocado para él y con Paco de Lucía, estoy más que pagado. La vida viene como viene y así la he vivido.
Tras su muerte pasas de ser un guitarrista de acompañamiento a solista. ¿Cuál fue el motivo real?. Muchos piensan que tras tocar con el mito, no podías acercarte a otro cantaor…
Mira, la verdad es que me hice solista porque los cantaores no querían que los acompañase, no me llamaba nadie y había que comer. O me retiro o sigo tocando la guitarra. Y me gusta tanto el instrumento, estoy tan enamorado de él, que fue la solución más natural. Además como has dicho, ya había tocado y grabado en solitario, sabía lo que era y que podía hacerlo. Así nació el Tomatito que soy hoy.
Por supuesto que cuando acompañaba al maestro, yo ya existía como músico. Las falsetas, los acordes que cantaba él, eran míos… Aunque realmente fue Paco quien nos enseñó a crear, el primero; por eso como ya he dicho muchas veces: “Paco escribió el libro y los demás lo leemos”. Algunos sabemos leer ese libro, otros no… Pero aprender ¡eh! Todo el mundo que ha querido competir con Paco, ha salido con tendinitis en la cabeza y en las manos (risas), porque se han quedao colgaos. No se puede competir con él, hay que ser diferente.
El tiempo ha demostrado que eres uno de los grandes solistas del momento…
Eso lo afirmáis vosotros, no yo (risas).
Ahora tocas con Mercé. Se ha dicho que no habías tocado para otro cantaor después de la muerte de Camarón, pero lo hiciste con Pansequito (2008) y Duquende (2014).
No. Con ellos grabé. Lo que quiero decir, es que es el primer cantaor con quien he hecho una gira. Además es un disco bonito, bien hecho… Una presentación muy flamenca donde hemos conseguido hacer soleás, seguiriyas… José es un gran artista, un gran cantaor, con una trayectoria, que con el tiempo que lleva en esto, domina todos los palos.
En este disco con José Mercé, se aprecia un cambio. No tocas “para” si no “con”…
En eso llevas razón… Con Mercé, no toco para él, sino con él. Por eso nos sentimos tan cómodos. Los dos somos amigos, con una personalidad musical propia y en escena uno respeta al otro. Es lo que hemos pretendido. He grabado un disco con Pansequito, como has dicho antes (no aparezco en los créditos, pero la producción es mía) y el primero de Duquende, que también produje. Pero no es lo mismo.
¿El guitarrista flamenco nace o se hace? Quiero decir, ¿se puede llegar a tocar flamenco sin haberlo mamao desde niño?
Un poco de todo. Si tienes la suerte de nacer con… ese don, ese ritmo, ya hay mucho hecho. Si además en la infancia estás rodeado de flamenco… Vengo de una dinastía de grandes guitarristas, Miguel Tomate, Niño Miguel, luego voy yo, mi hijo José y mis nietos, que ya verás como sale más de uno… Pero la guitarra, sin hincar los codos, no me lo creo. En mi casa siempre lo digo “Si no estudias y escuchas, no vas a tocar bien”. Serás un guitarra más, pero no un grande.
La vivencia que hay ahora no es la de antes. Me he criado en un barrio, La Chanca de Almería, donde se tocaba en la calle, en las puertas de las casas. Esos barrios ya no existen. Pero ahora tienen el Youtube. Puedes escuchar lo que quieras. Paco de Lucía, tac. Vicente Amigo, tac. Manolo Sanlúcar, tac, Ramón Montoya, tac… y ya lo tienes. Distinto. Pero eso no basta.
Están las fiestas, que de verdad, te ayudan mucho. Me gusta, cuando tengo tiempo, ir, por ejemplo, a Jerez, coger a todos los “niños” de allí e irnos de fiesta. Uno con la guitarra, otro el cante, el compás… Lo he hecho toda mi vida, vengo de ahí. Te engrandece mucho y te enseña más. Eso es vivir el flamenco.
Hay que asistir en vivo. Buscar esos sitios, que todavía existen y escuchar mucho. Encerrado solo, no. Tienes que juntarte con otros, acompañarles y experimentar. Pegarte a más guitarristas, intercambiar y analizar. Si sabes estar, recoges de todas partes. Después, entonces ya tú solo, estudiar, tocar y tocar… Aprendes mucho así.
Mira Paco cuando se trajo el cajón del Perú. Si no hubiese tenido esa inquietud, la curiosidad de oírlo todo… Hoy es un instrumento imprescindible en el flamenco. Paco… Uff. En el cielo ha dejado la guitarra. Es la mayúscula, luego estamos los demás.
Hoy día la guitarra es un instrumento que, para dominarlo, necesitas saber de armonía, no solo compás. Sin eso no puedes componer flamenco, ni fusión, acercarte al jazz, al bossa. A nada.
Transgresión, revolución, renovación… ¿Cuál es el futuro de la guitarra flamenca?
De todo un poco. Porque la verdad, hoy todos sabemos mucho. Pero cuando me pongo a hacer una taranta, una soleá, me digo… Que armonía más bonita, que melodía y me he inspirado en el tío más flojo; aún así me ha gustado. Pero tienes que echar mano de lo antiguo para que suene, sin eso, no sabes si es una taranta, una malagueña, una granaína… ¡yo que sé lo que es! Siempre tienes que volver a lo antiguo, porque todo está hecho y bien hecho. Ahí es donde metes lo tuyo y creas algo nuevo. Llámalo revolucionario o como quieras, pero desde el conocimiento. Esa es la única manera de hacer las cosas bien. Alguna vez tiene que sonar eso, después de una falseta o una armonía moderna. Si no se sabe de dónde viene… mal vamos. No olvidar lo fundamental que tiene que perdurar siempre.
En tus incursiones en otros ritmos sobresale un nombre, Michel Camilo. Una relación que ha dado tres grandes discos “Spain” (2000), “Spain Again” (2006) “Spain Forever” (2016). Jazz, bossa ¿Vais a seguir colaborando?
Michel Camilo, además de un gran músico, es un buen amigo. Tuve la oportunidad de introducir mi guitarra flamenca en otros ritmos, conseguir que sonara bien… “Spain”. Hay un tema “Two Mach Love” que sigo interpretando ahora, donde sustituyo el piano de Michel por una segunda guitarra con mi hijo José. Lo hago como un homenaje a Paco de Lucia. Siempre me emociona. Al terminar me dicen “Maestro, he llorado con este tema”. Yo también tengo que contener muchas veces las lágrimas. Está muy bien hecho, llega muy adentro…
Por supuesto que seguiremos haciendo cosas juntos. Salimos de gira este año, nos vamos a Japón; el que viene pensamos en el Festival de San Sebastián, aunque no está cerrado. Llevamos casi veinte años y no pararemos.
El Concierto de Aranjuez (2019), una obra clásica a la que varios guitarristas flamencos se han acercado. Aunque ya habías interpretado con orquesta en “Sonanta Suit” (2010), bajo la batuta de Josep Pons, la obra de Joaquín Rodrigo es un referente mundial de la música española ¿Cómo llegas a la idea de proponerte hacer un disco tan complicado sin saber leer música?
El “Concierto de Aranjuez” es, para mí, sobre todo orgullo de guitarrista. Un reto que te propones, como han hecho otros, Cañizares (2011), Serranito (200), Paco de Lucía (1991)… Paco grabó el disco y sólo lo representó dos veces. Decía que era puff… un coñazo! Pero algo que había que hacer.
Lo preparaste bajo la batuta de Víctor Pablo Pérez, y afirma que el secreto de esta grabación, estuvo en darte aire, dejarte volar. En el segundo movimiento (adagio), el más conocido, pone la orquesta a tu servicio para que puedas sacar esas notas de guitarra flamenca y gitana que lo hacen especial. ¿Qué piensas de esto? ¿Es así?
No lo sé. Empiezo a tocar y va saliendo solo. Por supuesto que tiene mis maneras, pero no es premeditado. Me ciño a lo escrito (es un concierto para orquesta) pero entre nota y nota se diluye mi propia forma y sello. Lo preparé como hizo Paco, con una guitarra clásica, Linares, un chavalito de Almería (como has dicho, no leo música), para poder memorizar todo. No veas el curro! Dos años nos llevó. Luego me supervisó Gallardo de Sevilla, el mismo que lo hizo con Paco.
¿Piensas seguir haciendo el directo?
Claro que pienso seguir representando el Concierto. Cada vez sale mejor. Sobre todo disfruto con el afán de superación, me hace sentir bien. Hay que estudiarlo todos los días. Para mí es muy complicado, por eso es tan bonito, porque te obliga a perfeccionar. Voy a Úbeda con la Orquesta de Granada, al Festival de Guitarra Clásica de Petrer. Me han llamado para Rusia… Tengo ilusión.
¿El secreto para llegar a esos niveles?
Ponerse todos los días y tocar durante horas. No sé cuantas horas le dedico. Empiezo a tocar hasta que me canso y entonces lo dejo. Pero tardo en cansarme, eh! (risas). Es muy necesario no fallar ni un día.
Tu hijo, José del Tomate, está aprendiendo contigo. En los tres últimos temas del disco, ya fuera del Concierto, metes su guitarra acompañándote. ¿Cómo lo lleva?
Bien, lo lleva bien. Es un chaval que pregunta con curiosidad por todo. Y aunque me llega muy dentro, que piense que su padre es el mejor (normal, orgullo de hijo), le digo: ”Hay que escuchar a todos, porque la guitarra es un abanico de muchos colores; el que te vaya bien, cógelo”. Ahora, cuando digo “eso no es así”, tiene que saber que se lo digo por su bien. Él dice, “pues yo lo hago así”, no, “tienes que hacerlo como es y no lo estás haciendo bien”. Están muy preparados los jóvenes guitarristas de hoy a nivel de digitalización, de armonía… Pero hay que estudiar todos los días. Con el tiempo llegará…
Háblanos de un nuevo disco que tienes en mente y que como has anunciado será flamenco. ¿Ya tiene nombre?
Es cierto. Estoy con un nuevo proyecto discográfico, y sí, flamenco, que es lo mío. Todavía no tiene título, pero ya hay temas acabados en su esencia, soleá, seguiriya, alegrías, bulerías, tangos... Ahora cada tema irá pidiendo las colaboraciones que necesite. Una vez hecha la melodía, es el tema el que te indica lo que le falta.
La mayor parte se la voy a dedicar al Maestro, Paco de Lucía.
Para últimos del año que viene, tengo la idea de que ya esté en la calle. Pero bueno, vamos a ver qué es lo que pasa.