En un Teatro Campos con entradas agotadas, el cantaor Miguel Poveda, en gracia comercial y artística a sus 39 años, estrenó su show ‘arteSano’, un espectáculo variado con baile, visuales impactantes (mareantes las del puente de Triana), flamenco más purista que neo, y una coda con coplas. Fue un concierto largo, demasiado,y en dos horas y 17 minutos sonaron unas 23 piezas, incluido el popurrí coplero fuera de programa con ‘La bien pagá’, ‘María de la O’ y tal.
Fue un encuentro especial, con el primero lacónico y luego charlatán y zalamero Miguel Ángel Poveda León dominando el tablao, cantando mejor los palos trágicos que los alegres y arrancando ovaciones intercaladas. Alineados y sentados hasta ocho y nueve participantes, haciendo desde dúos jondos hasta danza modernista (de esto se ocupaba La Lupi, quien lució seis vestidos distintos; Poveda, dos camisas distintas), desde números con castañuelas hasta el fin de fiesta masculino, desde arrebatos bailongos de Poveda a su humilde recuerdo a la lámpara minera.
Un show extendido
Ahora vamos a extendernos nosotros. El poderío se reveló desde el principio con ocho flamencos alineados, Poveda calentando con ayes y atacando la soleá ‘Con-vivencia’: «soñé un día que al cante lo llamaban libertad». En la segunda pieza, la malagueña ‘De la Peñaranda’, las visuales proyectaron una megalómana imagen de gigantismo soviético del cantaor catalán bajo la lluvia, aunque la letra preconizara la hermandad: «darte la mano, mi compañero».
Las ovaciones intercaladas mostraban la felicidad del respetable, los flamencos sobre el tablao marcaban el ritmo también mediante taconazos, y La Lupi apareció dando latigazos con su vistosa bata de cola. Poveda cantaba la de los tirabuzones y los fanfarrones, y luego, cuando llegó la jocosa bulería de Cádiz ‘¡Qué disparate!’, ya se quitó la corbata y no pudo refrenar su baile desde su silla. La peña les premió a todos con otra ovación atronadora y la cosa se puso nostálgica bajo una gran imagen que evocaba la juventud del cantaor cuando ganó la Lámpara Minera, en lo que fue un homenaje personal a su maestro Pencho Cros.
Y por fin Poveda se dirigió a los espectadores: agradeció su propia presencia en el festival, y reivindicó a Quintero, León y Quiroga, de quienes por bulerías ‘acopladas’ cantó ‘La ruiseñora’, un alegato contra el maltrato, un cante dramático y flamenco premiado con más ovaciones esporádicas. Hizo mutis Poveda, y la escena la dominó La Lupi con danzas contemporáneas, sensibilidad nipona y trucos mágicos, caso de sus brazos aleteando. Al poco gustaron mucho los verdiales con castañuelas, y luego Poveda escoltado por Manuel Parrilla en dúo jondo se lució con la pena de las seguiriyas de ‘Hondo y sin soga’, entonando otra vez dramático.
El plantel multitudinario por tangos interpretó un ‘Triana, puente y aparte’ con visuales dinámicas y mareantes del puente de Triana, con aire de fiesta, con baile a lo Lola Flores, y con otra ovación de trueno a modo de remate. Tras un instrumental protagonizado por Parrilla, los fandangos de ‘Te desafío’ le quedaron muy bien templados a Poveda, que a menudo cantaba muy alejado del micrófono, con lo cual en ocasiones no se le discernía. En ‘Con luna y media’ tuvo cierto aire coplista, de seguido la malagueña La Lupi hizo su cuarta aparición con su cuarto traje, y después Poveda -quién sabe si dejándose llevar por el duende- volvió a descuidar el cantar delante del micrófono en las alegrías de ‘Serafino’.
Coetánea y cadenciosa llegó la ‘Nana de los rosales’, con quinto vestido de La Lupi, aquí inmersa en movimiento de ballet modernista. Y la cita acabó con las bulerías de ‘El alfarero’, con los flamencos oficiando en pie, Poveda diciendo ‘señores y señoras’ (o sea al revés) y soltándose a bailar según miraba fijamente al empático Pato, parapetado a la derecha del tablao sacándole fotos.
Tras dos o tres minutos de saludos llegaron los bises, con La Lupi sacando su sexto vestidoy Poveda presentando al plantel: Parrilla, Cantarote, Grilo, El Londro, Bolita… o Paquito González, el percusionista del que comentó que le ‘ponía los cuernos’ profesionalmente con Vicente Amigo. Tras el luengo introito por fin cantó -fuera de programa según avisó él- el popurrí de coplas, otra vez con La Lupi al baile, quien repitió el sexto vestido. Y al de dos horas y 17 minutos, ya se ha dicho el teatro se desalojó con caras de contento de los presentes.
Ficha Artística:
Cante: Miguel Poveda Cante de acompañamiento: Miguel Soto Peña "El Londro” Guitarras: Manuel Parrilla. Jesús Guerrero.José Quevedo “Bolita”.Compás: Carlos Grilo. Luis Peña.”Cantarote”.Percusión: Paquito González. Antonio Coronel. Baile: Susana “La Lupi”.