Capullo de Jerez y Canela de San Roque, dos sabores diferentes para homenajear a Enrique de Melchor.
Web revista La Flamenca. Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas. Madrid 1/6/2012
Alcobendas quiso recordar a Enrique de Melchor por todo lo alto, en su 29 Semana Flamenca, y lo hizo combinando los mejores sabores. El Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas se vistió de gala, el pasado 1 de junio, para recibir a Capullo de Jerez y a Canela de San Roque, dos cantaores muy diferentes, que consiguieron poner en pie al público, con su saber hacer y personalidad. Tras la emisión de un vídeo, de 4 minutos de duración, donde se pudo ver y escuchar el toque de Enrique interpretando la rumba “Carmín”, comenzaron las actuaciones.
Una vez más, Capullo dio ejemplo de su maestría, sentenció con el difícil arte que se forja en la técnica de la espontaneidad. Comenzó con soleá por bulerías, para, posteriormente, salpicar de genialidad el escenario con su peculiar repertorio, primero por fandangos, engrandeciendo las letras con esas “faltas de ortografías” tan necesarias para interpretar y entender este arte, llegando a bautizar al “euro” como “iuro”, adornando cada palabra con esa gesticulación particular que le hace inigualable. Siguió por tangos, y como si de un Dios se tratara “encendió y apagó” la luz en escena a su antojo, con su conocida letra “enciéndeme la luz y apágame la luz”, a la que acompañó el equipo de iluminación, con mucho sentido del humor. Mas, dejando atrás “la rutina de su vida” o “dónde tú te pintas el pelo”, Capullo pasó a derramar un poco de su Jerez natal por tierras madrileñas, cantando ahora por bulerías. Y es que, ya le gustaría a Alejandro Sanz ser tan rompecorazones como lo es Capullo cuando se da una de esas patás por fiestas, o le habla a la política española con sus pícaras y traviesas letras hechas para el pueblo. En todo momento, el de Jerez estuvo acompañado por el magistral toque de Niño Jero, con quien demostró tener mucha complicidad.
Cambiando de tercio, llegó Canela de San Roque, que comenzó su actuación dedicándosela al guitarrista homenajeado, Enrique de Melchor. Para el maestro fue su cante por soleá “despacito” como él mismo lo definió. Canela enamoró meciendo la voz hasta fundirla con la espectacular guitarra de Antonio Carrión, tocaor a quien el público aplaudió en varias ocasiones, otorgándole un muy merecido protagonismo, por su limpia ejecución, especialmente por seguiriyas, dibujando una espectacular falseta y acompañando al de San Roque con extrema coordinación.
Tampoco faltaron los fandangos en el repertorio de Canela, quien optó por letras de Chato Méndez, las misma que incluirá en su próximo trabajo, tal y como desveló el artista antes arrancarse por este palo “que tanto le gusta a las mujeres”, aseveró dedicándoselo a ellas. Pero Canela tampoco se olvidó de las bulerías, que se hicieron romance en su voz, elaborando un semi fin de fiestas, ya que no se marchó hasta cantar por tarantos, demostrando su largura, el saber hacer desde los ayeos hasta su personal versión de letras muy conocidas como la de “el orgullo y el querer se pelean en mi mente”, sentenciando sobre la escena su cante puro.
Ficha artística:
Cante: Capullo de Jerez y Canela de San Roque. Guitarras: Niño Jero y Antonio Carrión. Compas: José Rubichi. Jesús y Juan Flores. José. Alejandro y Fernando Segovia. Dirección: Pablo Tortosa