“El sector cultural nos necesita y le debemos nuestro apoyo", afirma la responsable municipal tras la suspensión del Festival de la Guitarra de Córdoba y aplazada La Noche Blanca del Flamenco.
Revista La Flamenca. Xavier Grau. 21/4/2020
Blanca Torrent se reivindica hija, nieta y biznieta de maestros aceituneros y desde septiembre del año pasado, segunda teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Córdoba delegada de Cultura, Patrimonio Histórico e Innovación y hasta hace unos días tenía abiertos sobre la mesa los programas del Festival de la Guitarra y de la Noche Blanca del Flamenco en la ciudad.
Los dos actos le hacían especial ilusión. Como responsable de Cultura del Consistorio cordobés desde hace unos ocho meses, estos eventos suponían algo así como la gran puesta de largo de su período de gestión en un ámbito alejado del mundo empresarial que le resulta más familiar.
En estos días acaba de tomar una de las decisiones más difíciles en su cargo: el Festival de La Guitarra queda cancelado hasta el 2021 mientras La Noche Blanca del Flamenco ha quedado aplazada para nueva fecha... Como titular del área, vivirá cómo el año del cuarenta aniversario del Festival de Córdoba transcurrirá con la crisis más grave que afectará a la ciudad, al país y al mundo por culpa del coronavirus.
El empeño del alcalde José María Bellido de implicar la Cultura en su Plan Estratégico de Desarrollo de la Ciudad pusieron luz sobre Torrent, que comparte la política municipal con la dirección general de Aceitunas Torrent -150 puestos de trabajo y ventas a más de 70 países-.
“Ahí entré yo de puntillas en el sector cultural, del que yo no provengo ni tenía experiencia previa pero en el que me he sentido arropada y como no estoy atada a ninguna disciplina y llego con objetividad, puedo ser crítica y directa con todos”, dice resumiendo la principal línea maestra de su actitud en este momento.
Cuenta que el estado de alarma “nos dejó una primera semana sin obligaciones oficiales, sin plenos, ni comisiones... la prioridad fue la sanidad y los servicios sociales, pero hoy todo se ha acelerado en el Ayuntamiento y hay días que las horas no me llegan”. Casi igual lo atestigua lo que reza el perfil de su móvil: “Por favor, si necesitas algo LLÁMAME. Imposible ver emails y whatsaps estos días. Gracias”.
“LA ACTIVIDAD CULTURAL QUE NOS RECUPERABA, AHORA NOS NECESITA Y LE DEBEMOS PROTECCIÓN”
Videoconferencia, casa, teléfono, niños, entrevistas, comidas, firma electrónica de documentos, meriendas... la actividad de políticos y políticas estos días en la centrifugadora de la urgencia, de la adrenalina colectiva y casera.
Torrent está confinada en su hogar con su marido Álvaro y sus dos hijos, de 13 y 9 años, Álvaro y Blanca. El reinicio de las clases on line esta semana para los pequeños le da un poco más de respiro en esto de la conciliación, instantes que aprovecha para atendernos vía telefónica.
Al mando de dos organismos importantes como el Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo (IMDEEC) y el Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE) quiere fundir en su mandato su visión de la importancia de una estructura empresarial, de organización, de gestión, de unidad de acción, con el torrente creativo y de producción de la cultura en la ciudad. “Se ha tambaleado nuestra forma de vida -explica- y la actividad cultural que nos recuperaba y nos animaba ahora nos necesita y le debemos protección”.
Formada en escuelas de negocios, exportación internacional, proyección empresarial, acostumbrada a la moqueta de los salones de los másteres y la alta dirección donde se discute de dividendos y de beneficios, de la aportación de las empresas familiares a la economía del país, propone poner sus activos al servicio de los creadores. “El artista es su propia empresa y, sin perder su creatividad, ni su independencia, ganando estabilidad práctica y emocional, debe descubrir la importancia de la gestión de todo su proceso”, detalla con énfasis.
“LA GESTIÓN DIARIA CON VISIÓN EMPRESARIAL PERMITE AL ARTISTA GANAR EN LIBERTAD”
Según relata, “todas las profesiones que consideramos vocacionales tienen en la gestión diaria esa visión empresarial, que puede encargarse a un externo si hace falta, y que les permite ganar en libertad”. En resumen, pone su punto de mira en la urgencia de apoyar la producción, la difusión, la promoción y la organización conjunta del sector cultural cordobés para dar alas al torrente creativo de la ciudad.
En este repaso de urgencia sobre el impacto del covid-19 en el sector del Flamenco para la Revista La Flamenca, Blanca Torrent afirma que “ni el flamenco ni el sector cultural ha tenido apoyo en esta crisis -a nivel nacional, puntualiza desde el antagonismo político con el Gobierno central- y los creadores siguen haciendo cultura sin parar”.
Consciente que el confinamiento está favoreciendo el consumo cultural a través de las redes y de manera virtual, se apunta a reivindicar más atención para las artes. “Es un sector castigado desde siempre, siempre hemos priorizado otros sectores económicos como la construcción o la automoción, que son muy importantes, pero la cultura no ha sido escuchada ni atendida”, explica.
No revela detalles pero quiere adelantar que está trabajando en un escenario post-confinamiento. Preparando nuevos actos culturales, estudiando diferentes espacios, intuyendo que la distancia social obligará a buscas otros escenarios inéditos. Ha comprobado que telemáticamente puede hacer mucho por acercar la cultura a la gente. Pero tiene claro que “ese ambiente y ese quejío de las guitarras por las calles de Córdoba no lo sustituye internet ni nadie”.
“HE RECUPERADO UNA RELACIÓN CON LA CULTURA DE MI CIUDAD QUE HABÍA PERDIDO”
El Festival de la Guitarra, con un presupuesto de alrededor de 1,2 millones de euros y 24.618 espectadores el año pasado,, y que le producía “muchas mariposas en el estómago por la responsabilidad de presentar algo digno del 40 aniversario”, ha quedado en la cuneta. La pandemia mundial hizo caer la parte formativa del programa, provocó la cancelación de las escuelas internacionales, comprometió la presencia de artistas, la venta de localidades, los montajes de luz, sonido, las reservas de viajes y de hoteles. Ha dejado un erial temporal de eventos artísticos.
“Lo único positivo de todo lo que está pasando es que vamos a fortalecernos como comunidad y vamos a seguir pensando que Córdoba es cultura, que la volveremos a lucir y la volveremos a disfrutar”, dice esta mujer enérgica, positiva y directa que ha redescubierto también un territorio nuevo para ella.
No le importa confesarlo: “Atendiendo esta responsabilidad política inesperada he recuperado una relación con la cultura en mi ciudad que había perdido y ahora tengo un sentimiento tan fuerte que quiero ofrecerlo a la ciudadanía, para que igual que yo recuperen el gozo de disfrutar de la cultura en Córdoba, a la puerta de nuestra casa, de nuestra ciudad, sin tener que irnos a ningún otro lado”.
Sin embargo, no pierde vista que para “cuidar y regar esa flor delicada que es la cultura” necesita recursos. Sabe que tiene en el área de Hacienda de su ayuntamiento el primer aliado que debe sumar a su causa y en ello está, confiesa.
En definitiva, en estos meses de empresa, cultura y estado de alarma, Blanca Torrent vuelve a poner de relieve sus puntos de vista sobre la acción cultural en Córdoba. La considera “un compromiso de los creadores con esa calma que nos es tan necesaria” en épocas turbulentas. En estos momentos críticos tiene la sensación de que artistas y creadores aportan lo más importante: “nos están haciendo reflexionar y reconocer que por mucho afán por correr, debemos detenernos y mirar que la cultura siempre está ahí”.