Revista La Flamenca: Revista nº 6 / año 2004 Septiembre Octubre

Un Festival con Sabor
La apuesta arriesgada que este festival realizó hace cuatro años va dando sus frutos. El nuevo formato, que ya va por seis días consecutivos, se ha consolidado como una de las citas ineludibles con el flamenco. Durante estos días se han paseado por este rincón palaciego artistas de la talla de Miguel Poveda, Israel Galván, Lole Montoya, Calixto Sánchez, Mayte Martín, Amador Rojas y Dani de Morón, entre otros.
La intensa actividad que se ha venido desarrollando a lo largo de seis días comenzó el pasado 18 de octubre con la apertura del curso de baile flamenco, dirigido por Israel Galván, que se prolongó hasta el día 23. Al día siguiente, martes, tuvo lugar la inauguración de la exposición de fotografías de Colita y Julio Ubiña sobre la irrepetible Carmen Amaya. La muestra recoge diferentes momentos de la vida de la bailaora, como el rodaje de la película ‘Los Tarantos' o los últimos años de su vida. En palabras de la propia Colita: "Se trata de una exposición testimonial de un personaje fastuoso". La primera jornada de actuaciones iría destinada a dos artistas de la tierra. El Teatro Municipal abrió sus puertas a la juventud del bailaor Amador Rojas. Como viene siendo tradicional, el Festival de la Mistela trata de potenciar y promover a los artistas de su pueblo. Rojas no decepcionó y ofreció un espectáculo bastante interesante. A la media noche, la Tertulia Flamenca ‘El Pozo de las Penas' fue testigo del cante de José Sánchez Triguero, Itoly. Voz personal y dolorida, de entroncadas raíces, con la que ha conseguido muchos e importantes premios. La peña se antoja como paraje ideal donde el artista revela todo su potencial.
El baile de Pastora Galván fue el encargado de abrir el telón del teatro en la jornada del miércoles. La bailaora sevillana principió por tarantos. Patrones flamencos con tintes vanguardistas. Reminiscencias notorias del arte de su familia. Influencias claras del baile de su hermano, Israel Galván. Energía, viveza y flamencura. Remató por tangos. José Anillo le dio descanso a la bailaora con la malagueña del Mellizo. Bajo una iluminación nefasta -que se prolongaría durante todo el festival- la elegancia se personificó en la figura de Pastora Galván. De bata de cola naranja. Por alegrías. Con desparpajo y soltura recorre el escenario. Con brío. Con naturalidad. A tener en cuenta.
La segunda parte corrió a cargo de Miguel Poveda. Cantaor inteligible con amplios recursos y afinación envidiable. El badalonés dio el recital del festival. Granaína solapada con milonga. Así comenzaba uno de los cantaores del momento. Alarga y recoge el cante por malagueña. Con musicalidad. Dominador de la vertiente que representa. Completó su actuación con cantiñas, tonás y bulerías.
El plato fuerte vendría el jueves con ‘Arena' de Israel Galván. Una propuesta innovadora, arriesgada con la que el bailaor sevillano triunfó días antes en la Bienal. Seis coreografías para el mundo de los toros en las que contó con la colaboración especial de artistas como Enrique Morente, Miguel Poveda, Diego Carrasco o Diego Amador. Excelente trabajo plagado de simbolismo en el que el propio Galván va intercambiando los roles de toro y torero desde una perspectiva novedosa. La pena fue que los videos introductorios de cada una de las seis coreografías fallaron, repitiéndose tres el mismo. Fuera a parte, hubo momentos de magia, de simbolismo, de reflexión, de interpretación y de baile, mucho baile.
Lole Montoya y Calixto Sánchez fueron los únicos que colgaron el cartel de no hay billetes. En las puertas del fin de semana, el público palaciego abarrotó el Teatro municipal. La voz dulce, almibarada y sedosa de Lole fue la encargada de abrir la noche. ‘Todo es de color'. Así comenzó esta romántica del flamenco. Melodías empapadas de perfiles andalusíes. La cantaora sevillana sigue en el candelero tras más treinta años de actividad. Ahora, en solitario. "No somos distintos, somos semejantes". Así dicen nuevas letras que se intercalan con otras ancladas en el pasado. Sensaciones arabescas. Mestizaje flamenco. Bulerías del "pajarillo". Eco evocador. Calixto Sánchez sería el encargado de cerrar la noche. Cantaor mairenista. Técnicamente dotado. El de los alcores ejecuta al milímetro cada uno de los cantes que ejecuta. Con escuadra y cartabón. Su voz podrá gustar y no, pero su capacidad interpretativa es indiscutible. Se le podrá tachar de lineal. No abandona el cante. Pero posee otras cualidades que lo convierten en un cantaor completo. Se atreve con todo. Tonás, malagueña,... recita un poema de Machado por Milonga. "Ya me arrancaste señor lo que más quería". Habla del poeta triste por la pérdida de su esposa. Se inmiscuye en el árido terreno de la soleá. Cambia de tercio con alegrías y bulerías. De postre, un fandangazo.
El festival llegó a su fin con las actuaciones de Mayte Martín y Dani de Morón. La cantaora catalana vino a desquitarse de su ausencia en la Bienal. Pero no estuvo tan fina como en otras ocasiones. Abogó por palos en desuso como la vidalita o el garrotín. La cantaora de la escuela chaconiana pudo dar más de sí. La Venencia flamenca de la presente edición recayó en el joven guitarrista Dani de Morón, proveniente de esa insigne escuela de tocaores que Morón ha dado al flamenco. Ofreció un recital muy completo y plagado de gusto. Quiso jugar con los tiempos fluctuando entre la soleá y la seguiriya. Con naturalidad. Técnica y armonía. Prometedor.
La cantaora María José Carrasco cerraría una edición más del Festival en la Tertulia Flamenca ‘El pozo de las Penas'. Curiosa fue su interpretación por cantiñas, similares a las que realizó Mayte Martín horas antes en el Teatro municipal. Hay flamenco para todos.