Web revista La Flamenca. Francisco Martínez Sánchez. Córdoba 22/6/2013 Fotos: Toni Blanco
La disminución de espectáculos en la VI Noche Blanca del Flamenco de Córdoba, respecto a ediciones anteriores, no ha afectado a que miles de personas permanecieran en la calle, el pasado sábado 22 de junio, y hasta el amanecer disfrutando de las propuestas artísticas programadas.
A las 22.30 y en la céntrica Plaza de las Tendillas dio comienzo el maratón flamenco con el espectáculo de Manuel Moreno Maya El Pele “Peleando... y punto”. Tras haber tenido serios problemas de salud ya superados, el cantaor recibió, a través de la proyección en video, mensajes de ánimo y apoyo del bailaor Javier Latorre, la cantaora María Toledo, del productor, cantante y compositor Manuel Ruiz “Queco” y de los guitarristas José Antonio Rodríguez y Vicente Amigo.
El Pele fue acogido por el público con gran entusiasmo y cariño, el mismo que el artista mostró en el escenario, desgranando parte de lo mejor de su repertorio, acompañado excelentemente por un nutrido grupo de músicos, entre los que se hallaban los guitarristas Manuel Silveria, Patrocinio Hijo, David Caro, percusionistas como El Güito, palmas y coros de Sara Denez y Cristina Pareja, entre otros.
Portentoso de facultades, el cantaor afrontó con total entrega cada uno de los cantes que fue realizando, desde su inicial zambra, pasando por soleares, malagueña con verdial, bulerías, tangos, alegrías, sevillanas, rumba... El Pele en estado puro, sin prejuicios estilísticos, solamente un bien cantar y palpitante transmisión. Quiso el artista compartir escenario con Manuel Molina, acompañándole y cantándole éste sus personales bulerías. Otro momento sorpresa fue la aparición de Arcángel, que quiso sumarse a esta noche tan emotiva para El Pele cantando fandangos de Huelva, junto a él y Macarena de la Torre. El bailaor Rafael del Pino “Keko” también quiso apuntarse a la fiesta flamenca con unas enérgicas pinceladas por bulerías. Al final todo el mundo satisfecho por lo escuchado y vivido, un feliz reencuentro con El Pele que se mostró pletórico de ánimo y en su quehacer artístico.
En la Plaza de la Corredera y mientras el Pele aún cantaba en Las Tendillas, El Calli acompañado por su familia y Niño Seve a la guitarra, mostró su ímpetu y temperamento de cantaor gitano que no esquiva el reto sincero con el cante. Esta plaza fue uno de los espacios de referencia durante toda la noche-madrugada ya que tras la actuación de José Plantón El Calli subieron al escenario el grupo Cherokee y tras éstos la esperada cita con Raimundo Amador.
Mientras la Plaza de la Corredera era tomada por miles de personas, en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral también un multitudinario público no quiso perderse la presentación del último disco Marina Heredia, “A mi tiempo”. Profesionalidad y pundonor manifestó en todo momento la cantaora granadina. Una cuidada presentación, sin pasar por alto ningún detalle musical originario, desde la milonga con la que dio comienzo su intervención hasta las bulerías. Los guitarristas Diego del Morao y José Quevedo “Bolita” hicieron gala de su magisterio, contribuyendo a redondear exitosamente esta presentación de una cantaora que despertó la admiración de todos los asistentes. A la misma hora, 0.30h, en que Marina Heredia cantaba, en la Compás de San Francisco jóvenes bailaores del Conservatorio Superior de Danza “Luis del Río” daban a conocer el montaje “Aquellos Cafés Cantantes”.
La emblemática Plaza del Potro, donde está ubicado el recién inaugurado Centro Flamenco Fosforito, se gaditanizó por más de dos horas gracias a David Palomar. El cantaor supo salpimentar flamencamente, con gracia y arte este histórico espacio. Su “Gaditanía” resultó contagiosa, volcándose todo el público con el joven artista que mantuvo la requerida intensidad anímica y estructural de malagueñas, seguiriyas, soleares..., en perfecto maridaje con rumbas, tanguillos, alegrías, bulerías... Un festín flamenco por todo lo alto con el infatigable toque de Keko Baldomero. Naturalidad, sencillez y calidad artística, fueron algunos de los rasgos artísticos que se percibieron en el escenario y que el público captó de inmediato. David Palomar supo plantear su espectáculo con inteligencia, contando con el bailaor Juan Amaya que en alegrías, tangos y bulerías alternó fuerza con estilizada elegancia, junto al apoyo en el cante de Miguel Rosendo. Al fin de fiesta por bulerías se sumaron, ante la sorpresa del público, Sara Baras -recibida con vítores- y su compañero Pepín Fernández, que no dudaron en dar una pataditas festeras, al igual que Rafael del Pino “Keko”. Merecido éxito el logrado por David Palomar y sus acompañantes a quienes los asistentes no cesaron de reclamarles más y más.
De camino a la Plaza Jerónimo Paéz, donde convocó Argentina a las 3.30h, el ambiente en la Plaza de Abades resultaba acogedor por la invitación musical de la cantante jordana Faraj Siraj, fusionando flamenco y jazz, con temas de la tradición musical mediterránea y composiciones propias.
Argentina volvió a presentar en Córdoba “Un viaje por el cante” en la plaza donde se encuentra el Museo Arqueológico y ante bastante público que la siguió con expectación y gusto. La cantaora onubense interpretó los cantes de su último disco, cosechando el mismo éxito que cuando ya lo hizo el 17 de mayo de 2012 en el Gran Teatro. Estuvo acompañada por los guitarristas José Quevedo “Bolita” y Eugenio Iglesias, con las palmas y coros de Los Melli, entre otros. La cantaora reafirmó su entereza artística, con la voz a punto, flexible en tonalidades y recia en la expresión.
Sin apenas respiro la cita flamenca continuó en la Plaza Jerónimo Páez, lugar en el que se presentó la producción “Compás de silencio”, en el que se hicieron explícitos y en clave flamenca poemas de Quevedo, Lope de Vega, Sor Juan Inés de la Cruz, Alfonsina Storni y Gabriela Mistral. Se notó el talento en la dramaturgia y dirección de escena de Juan Carlos Villanueva para subrayar la fuerza dramática de la obra. Los hacedores flamencos fueron Lola Pérez en el baile, el cantaor David Pino y el guitarrista Gabriel Expósito, responsable de la composición y dirección musical.
La luna llena que acompañó durante toda la noche y madrugada a la sexta Noche Blanca del Flamenco en Córdoba comenzaba a ceder, el amanecer acechaba y la cantante Lya con sus “Lunares al son”, a las 5.30h compartía el último brindis musical. En el Arco del Triunfo, junto al río Guadalquivir, el Puente Romano y la Mezquita-Catedral, el personal no quería que se acabara esta celebración flamenca. Pero todo tiene un punto y final y Lya junto a sus músicos desgranó y fusionó composiciones para todos los gustos.
Hubo más espectáculos y actuaciones el pasado sábado 22 de junio gracias a una atractiva programación paralela que contribuyó a dotar de más contenido la Noche Blanca del Flamenco, pero ya se sabe: no existe el don de la ubicuidad. Hasta el próximo año.