"Rosa, Metal y Ceniza"
Judevelo.- 7/3/2011, 21 H.
Teatro Villamarta
Baile y coreografía: Olga Pericet
Colaboración especial al baile: Jesús Fernández, Jesús Caramés
Colaboración coreográfica – seguiriya y martinete: Marcos Flores
Cante: Miguel Ortega, Lavi, José Antonio Carmona
Guitarras y música original: Antonia Jiménez, Javier Patino
Arreglo musical pieza de Albéniz: Arcadio Marín
Palmas: Jesús Fernández
Tras haber conquistado en la edición del 2010 el galardón a la figura revelación por su participación en el espectáculo “Bailes alegres para personas tristes”, Olga Pericet se había ganado por derecho propio el privilegio de estrenar espectáculo en el primer escenario jerezano. De estructura tripartita, su propuesta presenta un repertorio musical variado –desde el Córdoba de Albéniz a unas bulerías y cuplés acompañadas por una mandolina- sobre el que interpreta números individuales y pasos a dos de singular belleza. La colaboración de Jesús Caramés resulta esencial en estos duetos etéreos y volátiles en los que se integraban con naturalidad escuela bolera, clásico español y contemporáneo. Mundos por los que Olga transita con gran soltura, escurriéndose por la permeable cortina de tiras que formaba parte de la escenografía. La Pericet se esforzó con el mantón por cantiñas, y aunque, quizás por los nervios de inicio, el manejo del complemento no fue todo lo limpio que nos hubiese gustado, la maestra Blanca del Rey rondó nuestra mente por momentos. A medida que el espectáculo fue avanzando la bailaora fue ganando confianza y seguridad, siendo la seguiriya y el martinete que interpretó flanqueada por cantaores y palmero uno de los momentos álgidos y más emocionantes en su pulcro y sugerente discurso dancístico. El bailaor gaditano Jesús Fernández asistía también a la puesta de largo de Pericet para entregar unas bulerías (h)efetistas igualmente efectistas y sobreactuadas, no sabemos si a propósito del juego de palabras al que el título invita o por tratarse éste del estilo interpretativo del último premio Desplante al que habrá que seguir la pista.
En la parte musical las guitarras sutiles de Antonia y Patino brillaron a gran nivel estableciendo con la bailaora y la acertada terna cantaora un fructífero diálogo. Olga pone de manifiesto con esta obra que avanza firme y decidida en su carrera artística. Nos complace ver como la venerable estirpe dancística de los Pericet encuentra continuidad en esta rosa sensible, bella y delicada, con tallo metálico y reflejos de nácar y ceniza, en la que se concentran un olor y color intensos.