Bajo los efectos de la inspiración de la Giralda y el encanto del Alcázar se dieron cita un gaditano y una sevillana que hicieron sus tablas con el maestro Caracol.
Web revista La Flamenca. Jaime Trancoso. Sevilla (Patio de la Montería: Alcázar de Sevilla) 20/9/2015 Archivo fotográfico Bienal de Flamenco. Fotógrafo: Antonio Acedo
De hecho, el espectáculo comenzó con un interludio musical de violín y guitarra, “Compañera del Alma” que popularizara el maestro de la Alameda en aquella grabación histórica junto al violinista Nicolás Sánchez, su yerno Arturo Pavón al piano y Melchor de Marchena a la guitarra.
Precisamente de aquella época del tablao del maestro Caracol, Los Canasteros, Pansequito asimiló este gusto aperturista de incorporar el instrumental clásico en sus espectáculos. Si Caracol aprovechara a su yerno Arturo Pavón al piano, Pansequito ha hecho lo propio con sus sobrinos, Bernardo Parrilla al violín y Juan Parrilla a la flauta.
Acto seguido a ese recuerdo y homenaje musical, subió a las tablas Pansequito con micro de diadema, mucho más interesante por la movilidad y la ventaja de aprovechar el espacio escénico, algo que habíamos echado en falta en los espectáculos anteriores del ciclo en este mismo espacio del Real Alcázar de Sevilla. Igualmente, Aurora Vargas también apostó por el micro de diadema para pegarse unos bailes, más que una patá, por tangos seguidos de unas bulerías que agradeció el respetable entre tan ricos metales.
Tanto Pansequito como Aurora pasaron por los mejores tablaos de España y han disfrutado de sus giras internacionales. Con esta sabiduría y rico bagaje, ambos decidieron vincular sus carreras artísticas compartiendo escenarios porque saben conquistar público desde el primer instante, Pansequito por su cante y Aurora por su baile y gitanería.
El primero estuvo magistral por soleá, profundo su metal por taranto y mágico por bulerías, acompañado en todo momento por la guitarra de Miguel Salado, más aquellas letras clásicas de tanto gracejo.
La voz poderosa de aquel niño de 15 años que descubriera Manolo Caracol ha conseguido lo más difícil, mantenerse ahí arriba durante todo este tiempo. En este sendero, Pansequito siempre logra volver a los escenarios con nuevos proyectos y grabaciones, pero además con la ventaja de contar con plenas facultades pese a sus setenta años. Lo más importante de su rica trayectoria es que no sólo la comenzó a bordarla en oro sino que las va a terminar con letras de platino.
Precisamente con este respeto y admiración, la sevillana Aurora Vargas, que cantaba en casa, comenzó a cantar por Cádiz para continuar por solea. Entre tanto buen cante, Diego Maya y todos los músicos nos regalaron una introducción instrumental por tangos, aprovechando el cambio de vestuario de Aurora.
Es una suerte cuando te siguen acompañando las facultades y un regalo para los aficionados que realmente disfrutan de estos maestros legendarios de conocimiento enciclopédico, un goce para la afición.
Otra noche mágica en la que la Giralda, que frente por frente a los artistas subidos al escenario, ha servido para inspirar a todos ellos. ¡Gloria bendita! ¡Una primera bienalita memorable! ¡Enhorabuena a la organización!
Ficha artística
Espectáculo: Voces (Patio de la Montería: Alcázar de Sevilla) 19/9/2015
Cante: Aurora Vargas y José Cortés Jiménez “Pansequito”.
Guitarras: Miguel Salado y Diego Maya.
Palmas: Chícharo, Rafael Chunqueras y Gregorio Fernández.
Violín: Bernardo Parrilla.
Flauta: Juan Parrilla.