Web revista La Flamenca 13/12/2010
“En Barcelona, tenéis un monstruo, Duquende, que posee la magia del cante, inspiración y técnica”. Así se refiere a él Paco de Lucía, al que acompaña desde hace años en sus giras internacionales. Y así pudieron constatarlo quienes acudieron a verle el 11 de diciembre en el teatro Albéniz de Málaga, dentro del ciclo ‘El duende del Albéniz’. Acompañado magistralmente a la guitarra por Chicuelo, el cantaor catalán, digno discípulo de Camarón, que le dio la alternativa con sólo nueve años y tocó la guitarra para él, sacó a relucir el duen
Abrió por Levante y prosiguió por soleá, cantes profundos que son habituales en su repertorio en directo, ejecutados con maestría. Continuó por alegrías, con mucho sabor a Cádiz. El entendimiento con Chicuelo es pleno, no en vano, se conocen “desde chiquetitos”, como ha recordado Duquende en alguna ocasión. Una mirada les basta.
En los fandangos naturales, muy sentidos, fue donde más se apreciaron los ecos de Camarón. Pareciera que, por momentos, el de La Isla hubiera vuelto a habitar entre nosotros. También por tangos, de los que ofreció una larga tanda, lo recordó. Homenajeó en ellos a Caracol y a la Niña de los Peines, entre otros, e interpretó la modalidad extremeña de este palo.
Por seguiriyas, su voz desgarrada emocionó a este cronista, aunque se le notó un poco cansado para afrontar el macho. Mientras, Chicuelo deleitó al respetable con una gran falseta. Y llegó el momento alegre de las bulerías, de las que Duquende es un consumado maestro. De nuevo los ecos de Camarón, su gran referente, y el deleite del público con las prodigiosas falsetas de Chicuelo, muy aplaudido. Espectacular.
Tras algo más de una hora, la afición malagueña se resistía a abandonar el teatro Albéniz sin que Juan Cortés le dedicara otro de sus cantes. Y, tras una gran insistencia, volvió el duende de Duquende, de nuevo por bulerías. Y es que, como suele decir Jesús Quintero, hay personas a las que, al nacer, les dieron la bolita del arte y el duende. Y el de Sabadell, sin duda, es una de ellas.