Sevilla, Teatro Lope de Vega 16/10/2011
Gabriela Estrada
Fotos: Javier Fergo
“Somos gitanos, somos errantes, no tenemos más frontera que el mismo aire” es el tema original con el que la compañía de Antonio “El Pipa” recibió la ovación tras su espectáculo Danzacalí, danzar de los gitanos, inspirado en los errantes, llenos de aventuras y vivencias que han ido marcando a tantos, como explica el intérprete, creador y director.
Antonio “El Pipa” presentó el pasado fin de semana su espectáculo “Danzacalí” El Danzar de los Gitanos en el teatro Lope de Vega de Sevilla casi ocho meses tras su estreno en el festival de Jerez 2011. Según el propio artista, su espectáculo muestra la esencia del "deambular gitano" por otras culturas y el "amor y el respeto a los suyos", con lo cual la representación "no cuenta una historia, es una excusa para cantar y bailar".
En comparación con la versión de Danzacalí estrenada en su localidad natal, en esta ocasión, el espectáculo contó con un elenco de artistas menos numeroso, prescindiendo de la tía Juana entre otros. No obstante, el espectáculo contó con la apreciable cantidad de dieciocho artistas sobre el escenario, con una propuesta fruto de la experiencia del coreógrafo al frente del Ballet Nacional de Cuba con la dirección de El amor brujo.
Al comienzo del espectáculo van apareciendo los bailaores aludiendo a una cabalgata suspendida en el tiempo plasmada ante un diseño de escenografía de proyección minimalista, pero cálida, de imágenes de un bosque en la vestimenta del foro. La escena nos transporta a la época de los grabados de Doré con aquellos trajes andaluces del siglo XIX donde a ritmo de fandango dibujan imágenes entre sombras proyectadas en el ciclorama, destacando la belleza de movimiento de la bailaora solista Macarena Ramírez, progresando a unas alegrías compartidas con el bailaor solista Isaac Tovar. La referencia del romanticismo gitano concluye con unos tientos plasmados por Antonio “El Pipa” acompañado por el cante de Mara Rey. De lo pictórico, la estética hace un paréntesis hacia un contemporáneo paso a dos entre los bailaores solistas iluminados por el reflejo de la luna, que culmina hacia una oda de agradecimiento al Rey del Universo trenzada entre el baile de Antonio y la voz de Mara.
La dicha de Amanecer resuena ante los palillos que acompañan los villancicos interpretados por el cuerpo de baile con un aire fresco de danza estilizada. En un segundo contraste estilístico, “El Pipa” apuesta por un juego de figuras escultóricas bronceadas y sonoras bañadas en proyecciones de flamas, con el cuerpo de baile masculino acompañando a quien dirige este vaivén de seguiriya tradicional y vanguardista, explorando el contraste rítmico de bastones con la vibración de las piezas de lámina sacudidas por los bailaores.
El colorido se desborda en una festiva gama de chalinas y lunares entre cadencia de rumbas-tangos interpretados por las chicas del cuerpo de baile. El humor hizo su presencia En la plaza con las bulerías de Cádiz metiéndose en el bolsillo al público con una pataíta silbada. “El Pipa” deja el sello de su infinita lineal figura, compás y sentío en su soleá, alborotando al público con su cierre por bulerías.
Ficha artística
Bailaor principal: Antonio el Pipa
Bailaor solista: Isaac Trovar
Bailaora solista: Macarena Ramírez
Cuerpo de baile: Ana Ojeda, Cynthia López, Marta Mancera, Antonio Vázquez, Manuel del Río y Jose Ángel Alonso
Los niños: Cristian de los Reyes y Miguel Rivero
Cante: Mara Rey, Morenito de Illora, Maloko de Sordera y Joaquín Flores
Guitarra: Juan José Alba, Fco. Javier Ibáñez
Compás: Luis de la Tota