Web revista La Flamenca, Manuel Sualis 26/4/2011 Foto: Adam Newby
Levantó expectación la visita de dos grandes del panorama flamenco al Central de Sevilla, de hecho abarrotaron un teatro ansioso por ver a Chicuelo sin Poveda y a Duquende con Chicuelo. Y no defraudaron.
Eligió Juan Gomes "Chicuelo" un elenco simple y efectivo, percusión y viola adornaron gran parte del recital. Cajón y Djembé a cargo de Isaac Vigueras que estuvo todo el recital atentísimo a las instrucciones de Chicuelo y resolvió bien un repertorio que bien pronto estuvo cargadito de palos acompasados. La viola fue ejecutada magistralmente por Elizabeth Gex que tiene un amplio historial como instrumentista de viola, habiendo trabajado con la Orquesta Sinfónica de Baviera o la Orquesta Sinfónica de RTVE por nombrar solo algunos. Estuvo realmente bien en los palos que eligió Chicuelo para que la neoyorkina le acompañara, marcando al principio del espectáculo un tema instrumental llamado "A tres" y en el que efectivamente el trío Chicuelo, Elizabeth e Isaac bordaron con precisión y elegancia. De hecho Elizabeth colabora en el último disco del catalán llamado, "Diapasón".
Chicuelo eligió una granaina para calentar el ambiente y fue prácticamente la única concesión que hizo a los palos libres en todo el repertorio, con un estilo personalísimo y anticipando las virtudes de las que disfrutaríamos más adelante, precisión, limpieza, arpegiao, rasgeao, arzapúas, repicaos y un recorrido por el mastil que parecía que se le quedaba pequeño. A continuación "A tres", una composición musical propia, como ya hemos adelantado antes y con compás amalgamao de bulerías. A partir de este momento se abrió la veda para los palos a compás y continuó con unas alegrías que animó al público expectante.
Para no decaer nos brindó unas buleria de su ultimo disco "Diapasón" llamadas "Somorrostro" nombre de un antiguo barrio barcelonés poblado por gitanos y pescadores en la España del Franquismo, lo que hoy dia es Poble Nou. Y cerró su repertorio como solista con unos tanguillos titulado "Contigo". Estamos tan pocos acostumbrados a escuchar tanguillos en los recitales que a más de uno le costó trabajo identificarlo, además no eran los típicos tanguillos de Cai, que alguna que otra vez se dejan caer por Sevilla, eran tanguillos flamencos de los de siempre, es de agradecer ese detalle del catalán.
Y si dejó buen sabor de boca Chicuelo con su repertorio solista, no iba ser menos acompañando al esperado Juan Cortés "Duquende". Chicuelo se transformó y dio paso como no podía ser de otra forma a su faceta de acompañante, un acompañante de lujo, que agusto se tiene que sentir cualquier cantaor teniendo a Chicuelo a su izquierda.
Y apreció Duquende....
El Duque manda, por que son ya muchisimos años de experiencia, de sabiduría, de compartir escenarios con todo tipo de músicos y de disciplinas varias. Entró con soleá y rescató letras de su disco "Samaruco", siguió con seguiriyas y ni siquiera cerró con el macho, para que? no tienes bastante con dos tercios?. Si cierras los ojos y escuchas el timbre de Juan, es imposible no identificarlo, su rajo tan particular y gitano ha hecho, sigue y seguirá haciendo las delicias de los Aficionados, de los cabales, de los jóvenes, de los mayores, el Duque no tiene parangón. Para deleite del publico que ya está acalorado, el de Sabadell desgrana unas buleria con varias letras de Camaron, "Ya no me cantes cigarra", "luna que brilla en los mares". Nos deja con unos tangos en el que nuevamente Elizabeth vuelve a brillar al son que marca Chicuelo. Nos despiden con un Bis por insistencia del público, se marchan con unas improvisadas alegrias.
Duquende engancha desde que se sienta en la silla, tiene halo de grande, aunque luego sea como el más mortal de los mortales. A dia de hoy, Duquende sigue poniéndose nervioso antes de cada actuación, por eso la noche anterior no había pegado ojo, por que venia al Central de Sevilla, por que el público de Sevilla es un público entendido, por que ayer estaba lleno de artistas y buenos aficionados que no se querían perder a uno de los mimados por el Rey, por Camarón, Duquende es mucho Duquende, y aquí se le quiere y se le respeta a muerte, y eso que había dormido mal que si no......
Chicuelo con Duquende primero y luego Duquende con Chicuelo, vaya tandem, la química de los binomios, de la media naranja, como el mapa de un tesoro partido en dos, que suerte tuvimos.