FIGURAS COMO ANTONIO REYES Y BONELA HIJO PIDEN PASO
Web revista La Flamenca. Francisco Reina. Málaga (Teatro Cánovas) 27/4/2012
ANTONIO REYES Y BONELA HIJO
El Madrid-Barça de la ida de las semifinales de la Liga de Campeones restó público, como era de prever, a la comparecencia de Antonio Reyes y Bonela Hijo en el teatro Cánovas de Málaga, el 27 de abril, dentro del ciclo ‘Flamenco viene del Sur’, que, empero, supuso la confirmación de que estos dos jóvenes cantaores, reconocidos con numerosos y destacados premios, piden paso como figuras de este difícil arte.
Abrió el recital Reyes por alegrías (cante bandera de su tierra), reposadas, sentidas y sobradas de compás. Prosiguió por soleá, con una profundidad y un poso propios de de un cantaor más veterano. Le acompañaba a la guitarra Diego Amaya. Guitarra gitana. Pureza, bendita pureza. Se ajusta al cantaor como un guante. No es un virtuoso, ni falta que le hace. Por tangos, homenajeó a Caracol, con una lentitud desusada y mucho gusto. Suena a clásico, pese a su corta edad. El único lunar de su actuación estuvo en las seguiriyas, no exentas de sentimiento, pero a las que les faltó empuje y jondura. Lo compensó con creces por bulerías, que interpretó con pellizco y con el eco de Camarón. Se despidió, de pie, por fandangos.
Bonela Hijo principió por malagueñas, cante que domina e interpreta con maestría, que remató con el clásico abandolao (en este caso, cantes de Juan Breva y jabegote). Hasta ahí llegaron los cantes autóctonos, ya que, acto seguido y sorpresivamente, optó por los cantes de compás. Primero, bulería por soleá, con la estimable guitarra de José Fernández y las palmas de El Yaya, y, después, cantiñas, en uno de los momentos álgidos de su actuación. Sorprende que un cantaor de sus características haga en directo una apuesta tan decidida por cantes que son tan ajenos a su ámbito geográfico. Pese a ello, salió airoso, aunque hubo algún aficionado que le reprochó que no interpretara algún otro cante de la tierra (amén de la malagueña y el abanadolao). Por tientos-tangos, volvió a brillar y cambió las guajiras, inicialmente previstas en el programa, por bulerías, con quiebros sentidos y emotivos. En la despedida, el guitarrista José Luis Lastre se incorporó para ofrecer una versión aflamencada de dos tangos del gran Carlos
Gardel.
CHICUELO Y DUQUENDE, LA QUIMICA DE
LOS BINOMIOS
Sevilla. Teatro Central 26/4/2011
Manuel Sualis
Fotografías: Adam Newby
Levantó expectación la visita de dos grandes del panorama
flamenco al Central de Sevilla, de hecho abarrotaron un teatro ansioso por ver
a Chicuelo sin Poveda y a Duquende con Chicuelo. Y no defraudaron.
Eligió Juan Gomes "Chicuelo" un elenco simple y
efectivo, percusión y viola adornaron gran parte del recital. Cajón y Djembé a
cargo de Isaac Vigueras que estuvo todo el recital atentísimo a las
instrucciones de Chicuelo y resolvió bien un repertorio que bien pronto estuvo
cargadito de palos acompasados. La viola fue ejecutada magistralmente por
Elizabeth Gex que tiene un amplio historial como instrumentista de viola,
habiendo trabajado con la Orquesta Sinfónica de Baviera o la Orquesta Sinfónica
de RTVE por nombrar solo algunos. Estuvo realmente bien en los palos que eligió
Chicuelo para que la neoyorkina le acompañara, marcando al principio del
espectáculo un tema instrumental llamado "A tres" y en el que
efectivamente el trío Chicuelo, Elizabeth e Isaac bordaron con precisión y
elegancia. De hecho Elizabeth colabora en el último disco del catalán llamado,
"Diapasón".
Chicuelo eligió una granaina para calentar el ambiente y fue
prácticamente la única concesión que hizo a los palos libres en todo el
repertorio, con un estilo personalísimo y anticipando las virtudes de las que
disfrutaríamos más adelante, precisión, limpieza, arpegiao, rasgeao, arzapúas,
repicaos y un recorrido por el mastil que parecía que se le quedaba
pequeño. A continuación "A tres", una composición musical
propia, como ya hemos adelantado antes y con compás amalgamao de bulerías. A
partir de este momento se abrió la veda para los palos a compás y continuó con
unas alegrías que animó al público expectante.
Para no decaer nos brindó unas buleria de su ultimo disco
"Diapasón" llamadas "Somorrostro" nombre de un antiguo
barrio barcelonés poblado por gitanos y pescadores en la España del Franquismo,
lo que hoy dia es Poble Nou. Y cerró su repertorio como solista con unos
tanguillos titulado "Contigo". Estamos tan pocos acostumbrados a
escuchar tanguillos en los recitales que a más de uno le costó trabajo
identificarlo, además no eran los típicos tanguillos de Cai, que alguna que
otra vez se dejan caer por Sevilla, eran tanguillos flamencos de los de
siempre, es de agradecer ese detalle del catalán.
Y si dejó buen sabor de boca Chicuelo con su repertorio
solista, no iba ser menos acompañando al esperado Juan Cortés "Duquende".
Chicuelo se transformó y dio paso como no podía ser de otra forma a su faceta
de acompañante, un acompañante de lujo, que agusto se tiene que sentir
cualquier cantaor teniendo a Chicuelo a su izquierda.
Y apreció
Duquende....
El Duque manda, por que son ya muchisimos años de experiencia,
de sabiduría, de compartir escenarios con todo tipo de músicos y de disciplinas
varias. Entró con soleá y rescató letras de su disco "Samaruco",
siguió con seguiriyas y ni siquiera cerró con el macho, para que? no tienes
bastante con dos tercios?. Si cierras los ojos y escuchas el timbre de Juan, es
imposible no identificarlo, su rajo tan particular y gitano ha hecho, sigue y
seguirá haciendo las delicias de los Aficionados, de los cabales, de los
jóvenes, de los mayores, el Duque no tiene parangón. Para deleite del publico
que ya está acalorado, el de Sabadell desgrana unas buleria con varias letras
de Camaron, "Ya no me cantes cigarra", "luna que brilla en los
mares". Nos deja con unos tangos en el que nuevamente Elizabeth vuelve a
brillar al son que marca Chicuelo. Nos despiden con un Bis por insistencia del
público, se marchan con unas improvisadas alegrias.
Duquende engancha desde que se sienta en la silla, tiene halo
de grande, aunque luego sea como el más mortal de los mortales. A dia de hoy,
Duquende sigue poniéndose nervioso antes de cada actuación, por eso la noche
anterior no había pegado ojo, por que venia al Central de Sevilla, por que el
público de Sevilla es un público entendido, por que ayer estaba lleno de
artistas y buenos aficionados que no se querían perder a uno de los mimados por
el Rey, por Camarón, Duquende es mucho Duquende, y aquí se le quiere y se le
respeta a muerte, y eso que había dormido mal que si no......
Chicuelo con Duquende primero y luego Duquende con Chicuelo,
vaya tandem, la química de los binomios, de la media naranja, como el mapa de un tesoro
partido en dos, que suerte tuvimos.
CÍA M. ÁNGELES GABALDÓN “DEL QUIVIR” Y OTROS RÍOS
Granada. Teatro Alhambra 25/04/2011
Antonio Conde
Fue una obra diferente. Un tratamiento de los conceptos flamencos alejados de las estructuras clásicas. A pesar de esto no siempre alcanzó Ángeles Gabaldón lo pretendido: enganchar al público contando una historia, la historia del Guadalquivir. Pero en las pretensiones ya pudimos apreciar lo que yo entiendo como errores: el primero de ellos, centrarse sobremanera en la parte del rió que rodea Sevilla, porque a pesar de los sones por tanguillos en la voz de Alicia Acuña sustituida por la melodía del guaguancó, rumba cubana ajena del flamenco, no afloró el sentimiento de transmisión. Su registro es tangencialmente opuesto a la estética flamenca salvo destellos.
Esto no quitó certeza ni realidad a su particular forma de entender sus propios objetivos. La estética corporal finamente medida funcionó muy bien desde el comienzo al compás de tangos y tarantos rematados de nuevo en tangos, mientras el sonido del agua se fusionaba con su figura. Cánticos béticos, morunos con voz de Acuña y musicalizados fenomenalmente por Raúl Cantizano nos dejaron el mejor momento de la noche: baile con mantón. De nuevo la hibridación del pasado y el presente, de lo antiguo y lo nuevo, de lo moruno y lo flamenco. Una representación quieta de su cuerpo, al son de unos braceos impetuosos, vistiendo el escenario. Con la trompeta de Antonio Montiel las siluetas plásticas se repetían, quizás en exceso, pareciendo una repetición de la pieza anterior, pero con diferente música. En la temporalización de la obra agradecí que la sevillana no abusara de los pies. Resolvió sin apenas utilizarlos, en un intento loable de transmitir sin agarrarse a la repetitiva conferencia del abuso de los bajos. Muy buenas intenciones.
Otro de los momentos de la obra fue la magnífica propuesta de bailar una toná con bata de cola. De nuevo plasticismo en el cuerpo y simbiosis entre traje y bailaora. Una transición percusiva de Cantizano y Pimentel, totalmente prescindible derivó en tanguillos que no supieron a dulce, mientras que el final con sones cubanos regó el final del espectáculo de un sabor agridulce entre el público, que no acabó convencido de la propuesta. A pesar de esto, el teatro se llenó y ver a Gabaldón más madura mereció la pena. La pena, el poco acertado hilván entre la obra y el intento de argumentarla a través de elementos como es el Guadalquivir.
`LOMBO FLAMENCO´ MANUEL LOMBO
Málaga. Teatro Cánovas 13/4/2011
Francisco Reina
Lombo, ciclón de arte
Había colgado el cartel de ‘No hay billetes’ en su comparecencia en el teatro Cánovas de Málaga, el 13 de abril, dentro del ciclo ‘Flamenco viene del Sur’, con un espectáculo de flamenco puro y duro, ‘Lombo flamenco’, por lo que debió pensar que tenía que darlo todo y se volcó plenamente, en cuerpo y alma. Ataviado con un traje blanco, Manuel Lombo comenzó con un pregón -género procedente del folclore que ha enriquecido con melodías y letras el acervo flamenco- con esa cadencia tan personal que le imprime a lo que canta. Expresó, acto seguido, su alegría por haber sido incluido en este ciclo, pese a no haber hecho recitales clásicos de cante, como el que nos ocupa, en los últimos tiempos.
Como gesto para congraciarse con la afición malagueña, cambió las granaínas que tenía previsto interpretar por malagueñas, que dedicó a su maestro Naranjito de Triana. Las cantó –muy bien secundado por Ricardo Rivera, a la guitarra, y Los Mellis, a las palmas- con poderío y las remató con el clásico abandolao, como mandan los cánones.
Lombo no es un artista al uso; es singular hasta en la forma de sentarse en la silla, con ésta de lado. Ofreció una soleá con muchos matices y homenajeó en su remate al diestro sevillano Pepe Luis Vázquez. Mientras, Rivera tuvo unos problemillas con la cejilla, en un exceso de perfeccionismo.
Prosiguió por tientos-tangos, todo con mucho gusto, pataíta incluida, en uno de los momentos álgidos de la noche. De pie, interpretó los tangos del Piyayo, otro guiño hacia Málaga, que fueron muy celebrados por los asistentes. Tuvo palabras muy afectuosas para la estupenda cantaora malagueña Virginia Gámez, allí presente, con la que –como recordó- compartió su etapa de formación en la prestigiosa Fundación Cristina Heeren de Sevilla, y a la que le brindó una seguiriya muy sentida.
Abandona por unos instantes el escenario y deja paso al piano de Fernando Romero, primero, y a la guitarra de Rivera, después. Diálogo de instrumentos del que nace la zambra. Vuelve Lombo con una nueva indumentaria, en la que priman los tonos oscuros, para interpretar dicho género, que se ajusta como un guante a su estilo.
Continuó por alegrías, muy lentas al principio, con mucho sabor a Cádiz. Asunción Pérez, ‘Choni’ para el arte, irrumpe en escena con su bata de cola blanca y mucho ángel, gracia y salero. ¡Cuánta belleza y emoción y con qué pocos elementos! Y se despidió, entre los piropos que le dedicaban algunas asistentes, por bulerías, dedicadas a una seguidora. La que interpretó en homenaje al mítico torero sevillano Joselito ‘El Gallo’ fue de una belleza sobrecogedora. Consciente de ello, Lombo la repetiría en los bises, momento en que se daría otra pataíta con mucho arte. Ovacionado con profusión, regaló a los presentes la copla ‘Antonio Vargas Heredia’. “Soy sevillano, pero he venido muchas veces a Málaga y el público malagueño se lo merece todo”. Le habían pedido varias veces una saeta y no se marchó sin cantarla. No se le puede pedir más a este ciclón de arte.
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
Ezequiel y Carmen de la Jara, de CAI a Sevilla Pasando por Jerez
Sevilla. Teatro Central 12/4/2011
Manuel Sualis
Fotografías: Adam Newby
EZEQUIEL BENITEZ
El jerezano Ezequiel Benítez y la gaditana Carmen de la Jara vinieron a Sevilla para traernos lo más grande de la tierra de cada cual. Y fue anoche, en el Teatro Central de Sevilla dentro del ciclo Flamenco Viene del Sur ,donde desgranaron parte de su repertorio para satisfacción de los allí presentes.
Comenzó Ezequiel por Malagueñas para cerrar con dos fandangos de Lucena , uno de ellos con letra de su progenitor. Las palmas que apoyaban el compás por más que quisieran abandolar el tercio olían a Jerez. Continuó Ezequiel con unas Bulerias por Soleá en donde se acomodó y comenzó a sentirse a gusto.
La guitarra de Antonio Higuero , estuvo correcta en todo momento y el tercer cante preludió unos tientos en los que Ezequiel utilizó la mayor parte de las letras nuevamente de la mano de su padre, fuente de inspiración para el jerezano , quien por cierto no acabó los tientos por tangos ¿por que iba a hacerlo? ¡acaso los Tientos no son un palo único!. Cuanta razón tiene el jerezano, de agradecer por su parte ese detalle.
Con las tablas del Central a sus pies y sintiéndose confiado Ezequiel se acerco al publico, dejó atrás el micrófono e improvisó cuatro fandangos por bujerías, se pegó su pataita, cosa poco habitual en él y esta vez sí, terminó como mandan los cánones de la Bulería jerezana. Ahora sí, Ezequiel desgranó una bondadosa retaíla de tercios jerezanos de postre. La guinda fue para el propio Ezequiel Benitez que por primera vez actuaba en solitario en el gran Central de Sevilla. Ezequiel desprendía una humanidad como pocos artistas tienen, unido a su querencia flamenca, hacen de este cantaor un valor seguro para el futuro del Flamenco. Ojala te veamos más por aquí.
CARMEN DE LA JARA
La gaditana entró con ganas, Cantiñas que olían a lo que tiene que oler, a sal, a estero, a fiesta. Prosiguió con unos Tangos que marcó un ritmo vertiginoso su tocaor Juan Jose Alba, habitual de Carmen desde hace tiempo, unos Tangos que recordaban a la Perla y nos transportaban al 1900 , a barcos de vapor, al pillaje, a remiendos de calzones y a negros en el puerto. Para no irnos muy lejos Carmen nos regaló una breve pero intensa y preciosa Guajira con letra de Juan Jose Tellez, "nunca hubo cante payo ni gitano, si no flamenco"
La fiesta ya era imparable, los ecos del Bicentenario de La Pepa resonaban con fuerza y con la energía que la solidez y experiencia de los años confieren a Carmen de La Jara. Tanta experiencia y confianza tiene en si misma que paró el carro y cambió el repertorio del programa dando paso a unas Seguirillas solemnes con letras en referencia a Sanlucar de Barrameda, por si alguien pensaba que nos íbamos a ir de Cai. ¡fue valiente!. Cerró con una Bulerías "Panamericanas" y se fue en los últimos tercios como no podía ser de otra manera, acordándose de la Perla con Bulerías de Cai.
Mención aparte merece la guitarra del joven Juan José Alba, con una calidad y limpieza enormes, con repicaos y arzapúas de vértigo y unos cierres de temblor y candado. J. J. Alba además de acompañar a Carmen de La Jara es también habitual de El Pipa e incluso recae en él la responsabilidad de componer para los espectáculos del jerezano, un joven a tener muy en cuenta.
Carmen no quiso irse, sin echarse unos fandangos que el público recogió con aplausos y cariño. El Central de Sevilla olía a vino y sal, a uva y estero. Sevilla, Jerez y Cái que alegría.
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
El “alboroto tranquilo” del alma de Olmo
Compañía de Rubén Olmo
Granada. Teatro Alhambra 11/04/2011
Antonio Conde - Foto: Javier Fergo
Rubén Olmo ha traído al teatro Alhambra una obra transgresora. Vicente Escudero dejó escrito un decálogo sobre cómo debían bailar los hombres, aunque aseveró de las dificultades de «penetrar en su hondura misteriosa»
Olmo ejemplificó lo que hay que hacer encima de un escenario. Desde el comienzo, supo mostrar la complejidad de cómo llegar a elaborar un trabajo loable. Lo que viene a ser un boceto de baile clásico con aderezos flamencos que aparecían y desaparecían. Pero, en esencia, danza. Un paseo por la dicha de lograr un objetivo, el de superarse a sí mismo en cada movimiento, en cada escena, en cada suspiro dancístico. Diferentes escenas alejadas unas de otras e inconexas argumentaron la obra. Pasajes que desde diversos prismas han tocado los fundamentales pilares del baile. Desde un homenaje a los grandes del flamenco -Mario Maya, Vicente Escudero, Gades, Carmen Amaya- hasta pararse magistralmente en la silueta de Manuela Vargas.
Antes la saeta 'Cristo de los gitanos' interpretada por Rubio de Pruna. y como nexo la figura de Cristo con atuendo rojo cobrizo y con el off de la banda de San Juan De jerez de la Frontera. En esta ocasión no pudo subir a los más de cincuenta músicos que presentó en el pasado festival de Jerez y en Sevilla, más que nada por razones de espacio.
Intensidad “ad libitum” en el homenaje a Manuela Vargas. El bailaor con atuendo femenino, traje de flamenca y volantes para dar vida de forma impecable a Manuela por mirabrás. En cada gesto, en cada braceo el mimetismo conseguido fue simplemente emocionante. Esta escena y la falsa farruca con gaitero (Rubén Díez) ya valieron todo el espectáculo. A partir de aquí la obra fue a menos. Las coreografías grupales estuvieron fabulosas, pero abusar de ellas tiene una recompensa negativa. La guajira bailada por el elenco femenino brilló con luz propia, al igual que los tangos que se marcó Patricia Guerrero. Los fandangos y los jaleos, a pesar de contener coreografías de gran calibre, no hicieron sino desfigurar el motivo de la obra. Y no es que estuvieran mal, pero para el conjunto de la obra sobraron algunas de ellas, o mejor haberlas alternado con la danza de Olmo.
A pesar de ir de más a menos, Rubén se creció y fue a más. Una silueta esbelta, con maya verde y mantón gigante. Una iluminación escogida a conciencia y humo flotando para hacerlo flotar a él. Una sencilla pero impresionante coreografía final nos dejó exhaustos. Aquí expuso su alma al servicio del baile contemporáneo. Se dejó llevar para abandonarse y conseguir enseñar su interior y sucumbir a la danza clásica, entrando en un éxtasis final que dejó paso a un fin de fiesta por bulerías, como colofón de muestra flamenca.
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
`EL AGUA ENCENDIDA HUELE A ROMERO'
Granada. Teatro Alhambra 4/04/2011
Antonio Conde
El onubense Juan Carlos Romero suma y sigue. Con una trayectoria intachable, no es raro que nos vuelva a sorprender con su música. Hace escasos meses que presentó su último trabajo “Agua encendida”. Quizás su trabajo más íntimo, y no sólo en lo sentimental. Desde el comienzo de la noche en el teatro Alhambra la timidez propia del protagonista trascendió su figura para tejerse entre las seis cuerdas. Su capacidad de creación aparece desde el minuto uno. Con la soleá “Como un aceite lento” comenzó a acariciar las notas, simples y compuestas, elevando la cadencia conforme pasaba el tiempo. El concepto de Romero es diferente y por eso gusta. Sus melodías suenan a él, y aunque la herencia del maestro Sanlúcar está presente, hay un giro en su argumento. Un posicionamiento tangencial que lo hace especial. Tanto es así, que en la seguiriya “La hora sin remedio” la desarrolló en tono mayor, utilizando el abanico cromático que dan las transportaciones de notas. Con la sexta cuerda en Re y el acompañamiento de Paco Cruzado en la segunda guitarra y la voz de Carmen Molina, se recreó con bulerías dedicadas a su mujer e hijo, inspiración y leit motiv de este trabajo. Si hay algo que valoro en este guitarrista es que, a pesar de no ser un transgresor en los toques rítmicos, (en ocasiones peca de lineal) sus notas llegan y transmiten una dulzura que llega a los sentidos.
El frío inicial del público desapareció cuando hizo acto de presencia el cantaor José Valencia. No me cansaré de decir que este chico está hecho de una pasta especial. Con ganas de disfrutar de su eco me quedé, pues apenas lo escuchamos por soleá y unos hilvanes por cantiñas. Al igual que pasó con Valencia, pasó con Alexis Lefrève; poco espacio para su violín. Y Tino di Geraldo que tuvo el mismo argumento que Lefrève. Pasó desapercibido en virtud y beneficio de la guitarra protagonista. “Portaillo del zapatero” con José Valencia en segundo plano y homenaje al maestro Morente continuaron con la velada antes de escuchar a Carmen Molina por fandangos de Huelva homenajeando a Toronjo, no en su cante pero si en versos. Cantiñas y bulerías finales que supieron a gloria, antes de esperar el bis para regalarnos una nana, entendida de modo muy personal por el onubense, amelazada por la melismática voz de Carmen y un recuerdo final, de nuevo al maestro Sanlúcar, rescatando la composición por tanguillos de su primer disco “casa bigotes”.
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
JOAQUIN GRILO
LLENA EL CENTRAL DE SEVILLA
Sevilla.
Teatro Central 29/3/2011
Manuel
Sualis
El espectáculo
terminó como empezó, Joaquín Grilo bamboleandose en una mecedora de enea bajo
una luz de naranja atardecer que simulaba un ventanal enrejado.
El Fred Aster
del Flamenco (con permiso de Carrete) cumplió las expectativas de un Teatro
Central hasta la bandera, enmudecido en gran parte del espectáculo hasta los
últimos quince minutos, que se empezaron a escuchar olés y hasta un !Viva la
saga de los Grilos!
Y no le
faltaba razón al improvisado jaleante, nada menos que dos hermanos de Joaquín
copaban el elenco de artistas, Carlos Grilo a las palmas junto a Luis
Cantarote, Carmen Grilo a la voz junto a un colosal Jose Valencia y para
completar el cuadro , el bajo y mandolina de José Carmona, la sonanta de Juan
Requena y la percusión de Paquito González.
Joaquín fue
fiel a su estilo, con una contundencia en los cortes con el zapateado que
aseveran la seguridad y confianza que atesora un bailaor colmaito de tablas. Su
peculiar desgarbo de brazos y espalda que tan rápido gana como pierde adeptos y
su inconmesurable sentido del compás con un autentico terremoto bajo la suela
de sus pies, le confieren esa personalidad ganada a pulso.
No hizo falta
rebuscar en palos en deshuso, las mas fieles bulerías, seguirilla, jaleos,
tientos- tangos, cantiñas o fandangos y soleás unidos con la inconfundible e
inquietante voz de José Valencia, que fue el triunfador de la noche para la
mayoría del burgo y la voz quebrá, quejumbrosa de Carmen Grilo,que se gana sin
lugar a dudas su sitio a pulso, son avales suficientes para que cualquier
bailaor pueda sentirse respaldado y pueda dar rienda suelta a la improvisación
que surge cuando el duende aprieta.
Las luces de
seguimiento que en este caso huyen de la circunferencia tradicional para
convertirse en rectangular , junto a un cuidado atrezzo dán el ambiente
necesario para que el respetable no se distraiga en pequeños detalles. El
momento en que Joaquín se enfunda su propia chaqueta caida desde el cielo
sujetadas por unas gomas elásticas y la intención de hacerte creer que es una
marioneta flácida pero llena de compás, no deja de ser una recreación de su
propio estilo de baile, personal e inconfundible y que a veces se hace un poco
cansino, otras veces cómico y otras un recurso
impactante que acaba siempre con un remate tan preciso que da cuenta de la
grandísima calidad técnica del Jerezano.
El triunfador
de la noche según comentaba el respetable a la salida del teatro fue José
Valencia, que atesora una riqueza musical que asegura y reafirma que seguimos
teniendo cantaores de calidad para rato, José se ha acostumbrado (pobre del que
no lo haga en los tiempos que corren) a jugar en ocasiones a ser actor además
de cantaor, y le va cogiendo el gustillo. La potencia y algarabia de melismas,
junto a su capacidad para ir y volver del compás unido a su potencia le hace
ser al día de hoy uno de los mejores cantaores para el baile que todos se
disputan. Si no fuera por lo que destaca José en el espectáculo otro gallo le
cantaría a Carmen Grilo, que sorprende con un desgarro y altaneria propia de
las grandes cantaoras. Mención especial para Paquito González que resuelve
estupendamente los envites a los que les somete Joaquín, sin estridencias, sin
afán de protagonismo, como los buenos. Preciosa la sorpresa de la mandolina de
Jose Carmona, que "lo mismo vale P.D. un roto que P.D. un descosió" y
el bajo, en su preciso momento, sin abusos. Gran trabajo de Juan Requeja que
por no fallar ni una casi ni notas que está ahy, aunque mi amigo Rafael
Rodríguez (que de esto entiende un rato) me comentó que estuvo inconmesurable,
en su sitio, como tiene que ser.
Una gran
ovación se dejó caer sobre el telón del Teatro Central , la sensación de haber
visto un gran espectáculo al que se le nota que ya lleva algunas funciones a
sus espaldas por tanto en cuanto que está todo atado y bien atado. Los Grilos
saben lo que quieren y Joaquín manda con rigor y la vez con cariño.
Cuando se
encendieron las luces muchas caras conocidas, artistas, críticos, políticos y
enamorados del Flamenco, algún que otro profano preguntaba al que tenia al
lado, y el de la perilla, el que cantaba, como se llama?
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
MENESE, FIEL
A SU SONIDO Y POSE
Córdoba. Gran
Teatro 25/03/201
Francisco
Martínez Sánchez
Fotografía: Toni
Blanco
José Menese
acompañado a la guitarra por Antonio Carrión fueron los encargados de abrir el
viernes 25 de marzo el ciclo Flamenco Viene del Sur en Córdoba, en el Gran Teatro;
recital incluido en la programación de Cosmopoética. Las primeras palabras de
Menese en el escenario fueron para recordar lo que siginificó en 1965 para su
incipiente carrera obtener el premio Tomás El Nitri del Concurso Nacional de
Arte Flamenco de Córdoba, cantando por seguiriyas y tonás.
La presentación
fue por tonás, para dar marchamo flamenco al poema de Luis de Góngora Amarrado
a un duro banco. Le servió este comienzo poético
y en el armazón de las tonás para ir asentando la voz, medir fuerzas y caldear
su natural eco. Menese continúa siendo ese cantaor de pose hierática, de
actitud solemne en el momento de afrontar cada palo; así lo fue corroborando a
lo largo de su recital. En su segundo cante por tarantos tuvo que cincelar la
voz en tonos dificultosos que resolvió con profesionalidad, aunque se hecho en
falta mayor fluidez para redondear la melodía de los estilos interpretados. Aquejado
de las molestias producidas a causa de su última intervención quirúrgica
–ruptura del húmero- Menese tuvo el arrojo suficiente para superar adversidades
físicas y mostrarse como cantaor de referencia exponiendo cantes que le han
identificado a lo largo de su carrera, como las marianas. Preciso y resuelto se
mostró el de La Puebla en este estilo para continuar con sobriedad estilística
haciendo la farruca. En el cante por peteneras pudo flexionar la voz
acertadamente para incidir en los registros más comprometidos, los de tonos
bajos. Tras las tres peteneras, la mal denominada chica, la atribuida a la
Rubia de Málaga y la de Pastora Pavón, el cantaor se dio un respiro y el
protagonismo recayó sobre el guitarrista Antonio Carrión, que con un solo por
bulerías le bastó para encandilar al público. Dedicó Carrión su bulería a Quique
Paredes que se encontraba presente en el teatro, siendo los primeros sones las
bulerías Ciprés que grabó Paredes
en su disco De maera. Con
vigoroso pulgar y fuerza en la ejecución se sucedieron falsetas de Melchor de
Marchena, Niño Ricardo, Diego del Gastor… componiendo un puzle de evocador y
añejo sonido flamenco.
Tras el torrente
bulearero de Carrión volvió Menese al escenario para rematar su actuación con
dos cantes que le son innatos y que sirven para calibrar su valía artística:
soleá y seguiriyas. Amplio repertorio de variantes se sucedieron en los dos
palos, con el equilibrio deseado y la temperatura expresiva adecuada. El
cantaor, aunque visiblemente fastidiado por las molestias físicas, se sobrepuso
a cualquier traba que le pudiera impedir centrarse en estos cantes señeros.
Demostró que aún posee el suficiente fuelle y capacidad para proyectar con
personalidad estilos clásicos, que aunque tamizados en la escuela mairenera son
pigmentados en su personal metal y actitud cantaora. Buen remate para un
recital en el que Carrión estuvo atento para aportar al cantaor el sonido
requerido, con falsetas traidas en correctas transciones con el cante. Un
recital en que el público que llenó el Gran Teatro estuvo atento, sabiendo
jalear a los dos artistas de manera puntual, mostrando cariño y respeto.
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
`CONCIERTO DE GITARRAS´ Santiago Lara y Javier Conde
Málaga. Teatro Cánovas 23/3/2011
Francisco Reina
Jóvenes talentos entre el
virtuosismo y el sentimiento
La guitarra flamenca suele pasar a un segundo plano cuando se
utiliza para acompañar a un cantaor, aunque también haya momentos para el
lucimiento del guitarrista. No fue el caso del espectáculo que Javier Conde,
primero, y Santiago Lara, después, dos jóvenes talentos, ofrecieron el 23 de
marzo en el teatro Cánovas de la capital malagueña, dentro del ciclo ‘Flamenco
viene del Sur’. El protagonismo absoluto fue para este instrumento.
Conde es un virtuoso que, probablemente, gane con los años en
sentimiento y, por tanto, en profundidad. Abrió el recital con una variación
sobre el programa previsto. Abordó en soledad una taranta, palo que, como otros
de Levante, suele deparar bellas falsetas, como fue el caso. Prosiguió por
alegrías para interpretar, acto seguido, ‘Danza mora’, pieza de música árabe de
singular belleza. De vuelta al guión preestablecido, se lució con el zapateado,
pieza específica para guitarra. Su padre, José Antonio Conde, se incorpora como
segunda guitarra para interpretar ‘Vals flamenco’, de Niño Miguel.
El extremeño alcanza el cénit de su actuación con ‘Cueva del gato’,
rondeña de Paco de Lucía, en la que exhibe una gran seguridad impropia de su
edad, aunque tampoco hay que sorprenderse, ya que cuenta en su haber, entre
otros galardones, con el ‘Bordón minero’ del Festival del Cante de las Minas de
La Unión (Murcia). Se despide con una polka paraguaya (‘Pájaro campana’) para
arpa adaptada para guitarra.
Santiago Lara, otro joven talento de la sonanta, exhibió su maestría ya
desde el comienzo, con una bellísima taranta, en la que se aprecia su toque
singular, fino y preciosista. Sin menoscabo de Conde, el jerezano siente y
padece, y lo transmite. Es su primera actuación como solista en Málaga y, para
abordar su segunda pieza, por bulerías, se acompaña de palmeros y percusión. En
los fandangos de Huelva, Londro pone el cante. Sin grandes facultades, canta
con verdad, profundo, desde muy adentro.
Interpreta Lara unas alegrías con mucho sabor a Cádiz y, a continuación,
enlaza granaína y seguiriya. Son momentos de gran belleza, con Londro al cante.
Curiosamente, las seguiriyas las canta con la guitarra a ritmo de bulerías,
algo que suele hacer Duquende cuando acompaña a Paco de Lucía. Al fin y al
cabo, tienen el mismo compás de doce tiempos o de amalgama. Una forma original
de mantener el interés del espectador sin perder un ápice de profundidad.
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
CHONI CIA FLAMENCA “La Gloria de mi mare”
Granada. Teatro Alhambra 21/3/2011
Antonio Conde
Su paso por la pasada edición de la bienal sevillana con este nuevo espectáculo ha dado sus frutos. Desde el festival de Jerez hasta el ciclo “Flamenco viene del Sur”, dos de los grandes espacios que acogen cada año a lo más granado del panorama flamenco. Choni Cía flamenca presentó en Granada su particular teatro-flamenco “La Gloria de mi mare” un homenaje a las madres de los y las artistas y los vaivenes por los que pasan para conseguir el éxito de sus progenitores. Una historia que narra la historia de madre e hija, y el afán de conseguir un hueco en un café cantante de la época. Desde Juanjo Macías en la figura de madre hasta Raúl Cantizano en la guitarra, o la imperiosa voz de Alicia Acuña completan una comedia con tintes irónicos, en la que no falta el baile de la protagonista.
El hilo conductor lo pone la figura de la madre, personaje que aporta la voz hablada, mientras que el resto se limitan a actuar, cada uno en su rol. El argumento no es otro que el baile. Choni se inició con una guajira y quitasol, de blanco y mostrando que la obra es un espectáculo de baile, a pesar de los episodios cómico-teatrales. Incluso hay espacio para el amor, a lo largo del discurso narrativo entre la protagonista y el maestro Cosme (Raúl Cantizano). La cuestión flamenca, con creces la más interesante, parte de la caña de Choni, seguida de seguiriyas y cantiñas. En la seguiriya, se mostró ciertamente clásica, con guiños a la escuela de Pilar López. El duelo con batas de cola entre las féminas fue de lo más jugoso, en un alarde de movimientos rítmicos al compás de amalgama, un rito en el que maestra y alumna se enzarzaron provocando uno de los momentos escénicos más divertidos. Con provocaciones continuas de Juanjo Macías, la mezcla entre la comedia y la flamenquería restó fuerza a esos momentos de baile en los que Choni se expresó. Por otro lado, desde el atrezzo hasta las letras de los cantes formaban parte de la trama, dieron consistencia a la historia, que tan solo pecó de excelsa en el tiempo, con un repertorio que alcanzó cerca de las dos horas. Un formato alejado de los espectáculos a los que estamos acostumbrados en el flamenco, pero que se consolida como un trabajo de corte teatral desarrollado desde una perspectiva netamente flamenca.
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
`PELLIZCO GITANO-JONDO Y FLAMENCO EN JOSE MENESE´
Jaén. Teatro Infanta Leonor 17/3/2011
Rafael Valera Espinosa
El cantaor de la Puebla de Cazalla, José Menese protagonizó la primera puesta en escena en el circuito “Flamenco viene del Sur” en la ciudad de Jaén. Su larga trayectoria flamenca despertó cierta expectación entre los flamencos jiennenses, ávidos de conocer el momento artístico del morisco.
No las tenia todas consigo en el comienzo de su recital. Y lo reiteró en varias ocasiones después de presentarse y referir su pasión por el colectivo jiennense que tantas veces ha sucumbido a su inigualable arte desde mediados de la década de los sesenta. Como avezado y veterano cantaor, el de la Puebla se saltó el programa de mano establecido –algo usual en su anárquico comportamiento flamenco establecido siempre con suficiencia cantaora- buscando sus condiciones físicas y vocales para contentar a sus seguidores, los cuales conocen su entrega, la esencia de su jondo pellizco, la ortodoxia de un reivindicativo cante que traspasa las emociones políticas y cantaoras, las cuales le han encumbrado como una primera figura de este universal arte.
Así, Menese comenzó su recital con nana flamenca estructurando la búsqueda de la adecuada tonalidad cantaora por la que iba a desarrollar el resto de la actuación, pues el dominio y las influencias de uno de sus maestros en el estilo (Bernardo el de los Lobitos) propiciaron que su instrumento canoro se fuera suavizando con la citada interpretación. Otro tanto experimentó con la farruca, la cual reposó en demasía esperando las adecuadas sensaciones para abordar con garantías tonales el resto de su repertorio. Mas tuvo que repetir la letra y la nomenclatura tonal de la taranta-taranto que el linarense Basilio Salazar que le enseñó a El Cojo de Málaga a comienzos del siglo XX para conseguir confianza y posicionarse con garantías en el Infanta Leonor, escenario que permitió una vez más constatar su jondo cante el pasado viernes, 18 de marzo.
Y a partir de aquí, las sensaciones flamencas fueron otras. Más seguro, abordó el polo con una solearilla introductora que enlazó con solea del iliturgitano Illanda, para acometer el polo sevillano rematándolo con la ¿trianera? soleá de Silverio. En su afán de reivindicar a sus maestros de Zambra –aquí a Rafael Romero- estableció buen eco flamenco en sus dos primeras peteneras, estableciendo seguidamente la singular y creativa impronta de la de los Peines.
Tras un breve paréntesis que protagonizó su acompañante, el mairenero Antonio Carrión con un magistral toque por bulerías en el que rindió homenaje a sus admirados Niño Ricardo, Melchor de Marchena y Diego el del Gastor, el morisco Menese se volvió a encontrarse en la granaína con la tesitura tonal de las primeras interpretaciones. Fueron los tientos los que le transportaron a su verdadera esencia jonda y a un adecuado tono cantaor para ofertar soleares (se retiró del escenario para exponer su inicial puesta en escena según el programa de mano), con firme compás y buenas sensaciones tonales por Alcalá, jondas evocaciones de Juaniquín de Lebrija, y prestantes resonancias de Joaquín el de la Paula. Mas, el acostumbrado pellizco gitano-jondo de su arte lo volvió a establecer por siguiriyas de Tomás El Nitri y de Tío José de Paula, rematado todo con una prestante, sentida y sobria –virtudes que redondearon su ejecución- cabal de El Loco Mateo, estableciendo así su categoría flamenca.
Una vez más Antonio Carrión demostró su solvencia y maestría flamenca, estructurando un acompañamiento en el que dotó de las máximas facilidades el lucimiento del cantaor, estableciendo falsetas añejas y virtuosas, plenas de esencias dominadoras del traste guitarrístico, solventando con precisión del pulgar los trémolos y picaos para el descanso vocal del cantaor, a la vez que sus eficientes y fuertes pulsaciones redondeaban un perfecto y ajustado complemento artístico.
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`DESDE LA MEMORIA´ ARCÁNGEL
Málaga. Teatro Cánovas 16/3/2011
Francisco Reina
Ni el Madrid pudo con Arcángel
El Madrid de Mourinho se jugaba, a la misma hora, el pase a cuartos de final de la Liga de Campeones, pero eso no fue óbice para que el teatro Cánovas de la capital malagueña colgara el cartel de ‘No hay billetes’ para ver a Arcángel, el 16 de marzo, dentro del ciclo ‘Flamenco viene del sur’. Comparecía por segunda vez en Málaga en apenas cuatro meses (la última fue en el teatro Albéniz), en este caso, para presentar su espectáculo ‘Desde la memoria’ y dos frases del público resumen a la perfección la buena acogida por parte de éste: “No van a poner el listón alto ni na’”, constató un caballero. “Yo soy purista, pero me ha gustado”, confesó una veterana aficionada.
Abrió el recital con la caña, ecos añejos que en el cantaor onubense suenan a recién paridos. Le acompañaba la inseparable guitarra de Miguel Ángel Cortés, tremendamente pulcro y elegante, como en él es habitual. El público lo premió con un merecido aplauso en una bella falseta que ejecutó en las malagueñas que sucedieron a la caña y que remató Arcángel con unos preciosos abandolaos.
Volvió a brindar un espectáculo ortodoxo -como en su anterior comparecencia en tierras malagueñas- al que le imprime su sello; lo antiguo revestido de formas nuevas. Prosiguió por tangos y fandangos naturales, muy intimistas y emotivos.
Mediada su actuación, cedió el protagonismo a Cortés, que ofreció un brillante solo de guitarra. Volvió Arcángel, magistral, por soleá, muy bien dicha y sentida. Y rememoró, acto seguido, aquellas bellísimas cantiñas que interpretó, casi en un susurro, en el Albéniz, con una intro de guitarra a modo de bajo. Espectacular.
Saludó al respetable y se mostró sorprendido de haber llenado el aforo pese a que el Madrid jugaba a esa hora. “Ya quisiera el Madrid jugar como tú cantas, picha”, le espetó alguien del público. Le dedicó unos fandangos de Huelva a sus “compadres, Javier (Conde) y Estrella (Morente), que están pasando un momento muy duro. Se nos fue el ‘Maestro’, que nos estará escuchando desde el cielo”. Brillantísimo cierre por los aires de su tierra, con un punto álgido al recrear los cantes del gran Paco Toronjo: “Soy de palabras muy cortas…” Tras despedirse, la guinda -en pie, sin amplificación y muy despacito- por bulerías, incluida una bella versión de ‘La bien pagá’.
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“LIRISMO JONDO”
Almería. Teatro Apolo 4/3/2011
Rubén Gutiérrez
El ciclo Flamenco Viene del Sur se consolida en la provincia de Almería. Prueba de ello es que el Teatro Apolo de la capital almeriense colgó el cartel de no hay billetes el pasado viernes 4 de marzo, en el espectáculo que inauguraba la tercera edición del ciclo por estas tierras. La culpable fue la cantaora Carmen Linares, uno de los pilares del panorama flamenco actual, en una velada donde la poesía tuvo un papel protagonista.
La de Linares fue desgranando sus cantes en dos partes bien diferenciadas. En la primera, cantó temas populares arropada por su grupo, que lo formaban las guitarras de Eduardo Pacheco y Pedro Barragán, junto a las palmas y coros de Ana María González y Javier González Todos ellos brillaron a gran altura, ofreciéndonos tangos, cantiñas, tarantas muy gustosamente rematadas por cartageneras, y una tanda de soleares que pusieron de manifiesto que quien tuvo retuvo. Carmen Linares pasa por estos momentos por un periodo muy interesante de su carrera artística, toda vez que su voz rozada nos evoca otros tiempos, cuando el cante afillao predominaba en los escenarios
La segunda parte estuvo marcada por sus últimos trabajos discográficos, en los que ha musicado poemas de autores consagrados de nuestra literatura. Nos acercó a Lorca interpretando un cuplé por bulerías con letras de la “Baladilla de los tres ríos” y “El poeta pide a su amor que le escriba”, mientras que “Asesinados por el cielo” del también malogrado poeta, lo cantó por granaína rematada por rondeña. Luego llegaría el turno a los poemas de Juan Ramón Jiménez que están presentes en su último disco “Raíces y Alas” (Salobre, 2008). De esto modo nos deleitó con la bulerías “Llanto”, la nana “Canción de madre” y “Remembranzas” por alegrías. La noche concluyó con el fin de fiesta por bulerías, donde también se acordó la cantora de otros insignes poetas como son Antonio Machado o Miguel Hernández. La gran ovación que recibió del público le obligó a ofrecer un bis donde Ana María González puso una picenlada de baile con sus pataitas.
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Presentación Flamenco Viene del Sur 2011
Ciclo Flamenco viene del sur
Del 18 de Febrero en Sevilla al 2 de Junio en Cádiz
Flamenco viene del sur Aterriza su programación en el año más cabal del festival, menos caché y más representaciones.
Joaquín Grilo, La Farruca, Juan Carlos
Romero, Isabel Bayón, Rubén Olmo, La Choni, Pansequito, Marina Heredia, Carmen
Linares, José Menese, Pansequito, Argentina, La Tremendita, Manuel Lombo, Dani
de Morón, Alfredo Lagos, Carmen de la Jara, Chicuelo, Duquende, Esperanza
Fernández, Arcángel o Antonio Reyes son algunos de los nombres que pisaran las
tablas del arte en el certamen de 2011.
Este festival que ha logrado recorrer las ocho
provincias andaluzas tiene su germen hace ya 14 años en el Teatro Central de la
capital hispalense. Se trata de un programa que pretende evitar a
concentración de espectáculos tan sólo en el verano, abriendo la oferta
cultural flamenca a otras estaciones del año.
Este año cuenta con un presupuesto de 350.000
euros, un 11% menos que el año anterior, este factor ha obligado a la
austeridad y la agudeza a la hora de preparar la programación sin escatimar en
calidad para el público. Para lograrlo ha sido esencial la estrecha cooperación
de los artistas que han demostrado su sentido de la responsabilidad con los
fondos públicos. El caché más alto por actuación será de 12.000 euros.
Si hacemos un poco de números las cuentas nos
indican que a lo largo de cuatro de años el caché de los artistas ha bajado a
la mitad, pero en contraposición a este dato tenemos la cifra positiva de que
este año se aumentan el número de obras y artistas que pisarán los escenarios
de los teatros andaluces, para mayor gloria y difusión del flamenco.
La solera de consagrados y veteranos en el
festival como Pansequito o Carmen Linares convive con el aire fresco que nos
ofrece las prodigiosas voces de la joven cantaora Argentina o La Tremendita de
Triana.
La filosofía de este año era lograr más
representaciones con menor presupuesto y se ha conseguido aumentar a casi el
doble de actuaciones.
El Festival abarca actuaciones en el Teatro
Apolo (Almería) y en el Gran Teatro de Huelva y se consolida en plazas como
Cádiz, Córdoba y Jaén.
Las entradas mantendrán su precio al igual que
el año anterior en 15 euros con descuentos para el carné joven, de desempleo y
jubilados. Alguna de las actuaciones podrán ser seguidas en directo por
Internet gracias a una iniciativa de la Universidad de Cádiz para fomentar el
flamenco entre sus estudiantes.
Itziar Martínez González