Revista La Flamenca 9/4/2014
Como decía Jesús Carmona, "me asomo a siete balcones para empaparme en cada uno de ellos de sus aires, ritmos y bailes, y recorrer los diversos palos que han caracterizado mi vida". Los balcones del Teatro Central se abrieron ante la danza clásica y contemporánea, la escuela bolera y el flamenco… Ataviado con pantalón claro, fajín y pañuelo rojo y camisa blanca, hizo gala del clásico traje regional de muchos lugares españoles.
El que fue primer bailarín del Ballet Nacional durante 3 años dejó clara su condición y su elegancia, marcando siete momentos diferentes que Jesús fue hilando a través de bailes regionales, que compusieron un espectáculo sencillo pero de una gran calidad técnica, quizá demasiada. Comienza con una rumba catalanapara Barcelona, su ciudad natal, personal y raudo. Pasa por Murcia región que lo encumbró con el Desplante en el Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión en 2012, recorre Huelva con unos fandangos predominantes donde destaca su coreografía digna de disfrutarla, y a Córdoba, la Reina Mora, le baila una sentida soleá de las serias, estilizadas y de talón ligero, un momento especialmente marcado por la intensidad que desprendía el bailaor. Sin olvidar Sevilla y su barrio de Triana, una rosa para Cádiz y un chotis para Madrid como original punto de contraste. La fuerza escoltó a Carmona, que aguantó prácticamente sólo la hora y cuarto.
Jesús Carmona & Cía afrontaron con solvencia una puesta en escena natural. Daniel Jurado pone la guitarra al servicio de todos con un toque sobrio, preciso. Fabiola Pérez Rodríguez ‘La Fabi’ impuso su voz gitana y desgarradora y Jesús Corbacho hizo gala de su cante, cultivado por fandangos desde los dos años de edad. Por último, la bailaora madrileña, Vanesa Coloma, le dio al espectáculo el aire gracioso que se echaba en falta, recitando y narrando a compás de la guitarra.
El bailaor habló sobre sí mismo, y nadie se conoce mejor que él. Nos regaló su alegría y su soleá con una intensidad sublime. Mostró su mayor verdad, una vida representada a través del desarrollo del ingenio musical, fruto de su talento. Es la madurez escénica por la que todo gran artista tiene que pasar.
Después del éxito con su espectáculo anterior en la capital sevillana "Cuna blanca & negra" se esperaba a un Carmona con otras formas, bailar, baila, pero Sevilla quería el arte transmitido, la flamencura por encima de una escena perfecta, se esperaba más espontáneo, natural, libre. A Sevilla le gusta el baile que se hace sin querer y que busca lo auténtico, la esencia de paso siempre hacia adelante. Es un bailaor que sorprendió hace apenas dos años, con su técnica y su vértigo, ese vértigo hay que traspasárselo al público cuando se asoma uno a un balcón. Sevilla exige, pero no ahoga. Se disfruta también observando que la cantera crece y que el flamenco tiene fuentes que lo riegan y continúa floreciendo, esta vez en el cuerpo de Jesús Carmona, que puso sus balcones para emocionar y sorprender. Ha montado un formato con recursos nuevos, ha pulido errores y se mantiene en un listón óptimo que seguirá creciendo; la madurez llega sola, pero llega cuando no se para de trabajar y crear como lo hace él. Se le nota que está en pleno afloramiento aún, pasando lo que en cualquier artista es imprescindible vivir y tiene el talento de ser una puerta al baile flamenco internacional. La suerte se busca con las ganas y sus ganas están en sus giros imposibles, su estilización, sus botas rápidas y conscientes, sus ideas o su montaje; por lo tanto su baile es válido. Se evoluciona sobre lo que se conoce bien. Jesús sin duda, lo ha hecho.
Ficha artística:
Espectáculo: Jesús Carmona & Compañía. 7 Balcones
Dirección artística, coreografía y baile: Jesús Carmona
Cante: Jesús Corbacho y Fabiola Pérez Rodríguez “ La Fabi ”
Guitarra: Daniel Jurado
Palmas: Vanesa Coloma