Israel Galván volvía a Sevilla con un espectáculo con el que lleva girando 10 años, “La Edad de Oro”.
Web Revista La Flamenca. Jaime Trancoso. Sevilla (Teatro Lope de Vega) 29/11/2015
Después de una década el sevillano no deja de sorprendernos por la creatividad de sus cierres, por su discurso y búsqueda incansable de nuevos efectos, así como por su ritmo arrollador.
¿Quién en el campo de flamenco ha sido capaz de hacer más de 270 funciones de un mismo espectáculo? Definitivamente, Israel Galván ha entrado en el Olimpo de los Dioses del Flamenco. De hecho, será un referente durante muchas generaciones como Camarón o Paco de Lucía. Sin embargo, a este genio todavía le queda mucho por aportar, contribuir y reinventarse, por lo que seguiremos disfrutando de él. Nos alegramos sinceramente, ya se sabe que casi nadie es profeta en su tierra. No gozó de dicha suerte su querido maestro Vicente Escudero, quien hace 90 años era reconocido y respetado tan sólo en el extranjero, no en España. Afortunadamente, Israel, junto a Akram Khan, se ha convertido en uno de los referentes de la danza de vanguardia (precisamente el sevillano fue el encargado de elaborar el discurso del día internacional de la danza este año).
Desde el primer número Israel homenajea a su omnipresente inspiración, pintando como lo hacía el vallisoletano. En el segundo los hermanos Lagos dieron rienda suelta a toda la expresividad del sevillano, por taranta. En el tercero, por Caracol, "Carcelero, Carcelero" los hermanos sabiamente no quisieron imitar al genio de la Alameda Caracol, sino que versionaron el tema de manera muy personal. Con este derecho de creatividad comenzaba la noche, sucediéndose los temas de manera desenfrenada, con naturalidad y frescura. La segunda mitad del espectáculo se volvía más festero precisamente cuando Israel se cambió las botas, sacando las míticas botas blancas futuristas que lucía su maestro.
En definitiva, un espectáculo muy reducido en cuanto al formato, sin el cajón o sin las palmas de su inseparable José Jiménez “Bobote”, pero en el que Israel se moja y se raspa casi todos los temas durante la hora y media de función. El hecho de que en el espectáculo hayan pasado toda una larga lista de cantaores demuestra la capacidad de improvisación del genio sevillano, que necesita de esa variedad, cambio y avance: nuevos gestos y pausas para divertirse y recrearse en su particular expresividad flamenca. Un ejemplo de ello son los tablaos con efectos que necesita incorporar a sus espectáculos, como el que estaba lleno de muelles en “El Final de este estado de cosas, redux” o el de este espectáculo con micros creando efectos de gran reverberación y graves en La Edad de Oro, en el que no solo zapateaba solo el tablao sino que también lo utilizó con las manos como si fuera un cajón. Otro detalle más del que disfrutamos durante la función fueron las luces, muy trabajadas, cuidando muy bien las salidas por las calles del espacio escénico.
Continúan las propuestas de Flamenco en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, que aunque quizás no ha atendido a promover las nuevas figuras de este arte –programando a artistas consagrados como Antonio Canales, quien le dará el relevo bailando la semana próxima-, ha programado este año varias propuestas de Nuevo Flamenco.
Ficha artística.
Espectáculo: “La Edad de Oro” /Teatro Lope de Vega/ 28/11/2015
Baile y coreografía: Israel Galván.
Cante: David Lagos.
Guitarra: Alfredo Lagos.
Dirección artística: Pedro G. Romero.
Iluminación: Rubén Camacho.
Coordinación técnica: Pablo Pujol.
Sonido: Pedro León.