Maestro, descanse en paz
Enrique Morente recibió ayer sepultura en el cementerio de San José en Granada. En una ceremonia en silencio que sólo se rompió por los llantos de su familia y los aplausos de los cientos de personas congregadas en el camposanto para decirle adiós al granadino.
Previamente en la capilla ardiente instalada en el Teatro Isabel la Católica se vivió un homenaje "sobrecogedor" en el que la hija del cantaor, Estrella, le dedicó a su padre "Habanera imposible", del cantautor de su tierra Carlos Cano, con versos como "Granada no tengas miedo de que el mundo sea tan grande".
Entre aplausos y gritos de "Viva Enrique" o "Adiós maestro", cientos de ciudadanos se dirigieron al cementerio donde fue enterrado Enrique Morente junto al Panteón de Personas Ilustres, en el Patio de San Antonio, para despedirse del cantaor, al que muchos de los presentes lanzaron flores.
Se nos fue un noctámbulo, inquieto, un sufridor divertido, generoso, conservador y revolucionario, todo un flamenco en todo el sentido de la palabra, un flamenco innovador, que en todo momento tenia sus ideas claras, Enrique Morente, descanse en paz.
Revista La Flamenca
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