Manuela Carrasco
Web Revista La Flamenca. Trina Bardusco. Nueva York. NY City Center 2/3/2012
Fotos: Juan Fernando
Nunca me cansó de ver a Manuela Carrasco: es una estampa, una figura y una gitana brava que con sus pies escribe fuego. Es monumental, desafiante y carga con ella la energía del flamenco puro sin pitos ni flautas: ella va a lo que va y con el arte que tiene. Presentó la obra “Suspiro” junto a tres bailaores: dos jóvenes, Oscar de los Reyes y Choro, bailando tangos con el espíritu y la precisión de toreros y el maestro, Rafael del Carmen, que bailo unas alegrías muy castizas a la perfección.
Los músicos son flamencos puros y el cante de Rubio de Pruna nos recordó a Camarón por su tono de voz y entrega total. La pared de guitarras de Joaquín Amador y Francisco Iglesias no pararon nunca de llover melodías y soniquete. Y aunque suelo sentirme aturdida por el cajón, José Carrasco tiene una mano muy suave y un compás increíble que agrandó el espacio con sutileza. Y Manuela, con aquella manera única que tiene de hacer volar su mantón, terminó el espectáculo con una soleá guiada por el cante de Enrique el Extremeño con quién compartió el escenario dejándose llevar por la emoción del cante a la antigua: frente a frente y mano a mano.
Paréntesis: ¿Existe flamenca que se vista mejor que Manuela? ¿Alguien conoce a la diseñadora de sus vestidos? Salí del teatro con ganas de comprarme un boleto directo a Triana para comprarme un vestido de gitana reina. No lo puedo resistir, esa mujer si que tiene buen gusto y cada vez que la veo me siento igual. Ni Armani ni nadie: la moda de Triana, en cortes y colores, no tiene comparación. ¡Llévame de Shopping Manuela por favor! Los trajes de Manuela deberían estar en un museo y todas las que aspiran al baile deberían aprender de ella de cómo usar el vestuario en escena ¡Ole!
Volviendo al espectáculo de ayer: Manuela es un volcán que quiere irrumpir y aunque a veces pasé o no, no importa, sabemos que está ahí de fondo, y que se puede despertar en cualquier momento y acabar con todo. Anoche sentí que no llegó tan lejos en el ámbito del duende. Levantaba sus brazos al cielo a veces de forma rígida e inexplicable. Aunque sus pies son incomparables aristas rítmicas, sentí que sus brazos, aunque impecables y asombrosos en longitud, no le permitían conectar con los polos opuestos de cielo y tierra que convocan el duende. Esto lo digo con mucho respeto porque cuando usa los brazos es casi sublime. Pero su majestad está rodeada de hombres (creo que con su poderío y lo diva que es, cualquier otra mujer quedaría completamente opacada. A mí me daría terror compartir escena con ella.) Está claro que la fuerza de Manuela está en su lado masculino. El piso del escenario tembló anoche con zapateo, pero me hubiese gustado ver ese volcán irrumpir con toda esa fuerza que lleva por dentro. Pero es auténtica en todo, incluso en no forzar el duende si no está.
Ficha artística.
Baile: Manuela Carrasco. Bailaores: Oscar de los Reyes. Antonio Molina “El Choro”. Rafael del Carmen. Cante: Rubio de Pruna. Enrique el Extremeño Guitarras: Joaquín Amador. Francisco Iglesias. Cajón: José Carrasco.