Revista La Flamenca, Miguel Ángel Barea, Sevilla, /Teatro Lope de Vega/ 15/9/2011
Ayer noche tuvimos la grata oportunidad de disfrutar de la exquisita sensibilidad de Rafael Riqueni en un concierto en su tierra natal en el Teatro Lope de Vega. Presenciamos a un guitarrista ilusionado, como volviendo a nacer, nervioso pero disfrutando de lo que él mismo nos declaró que era el concierto más importante de su vida, ya que suponía la oportunidad de recuperar lo más íntimo de su ser.
El guitarrista nos ofreció un espectáculo segmentado en dos partes: la primera, en la que nos mostraba su nuevo trabajo Parque de María Luisa, y la segunda, en la que nos hacía un recordatorio de conocidos temas suyos de su época dorada, además de acompañar a la primorosa cantaora Mayte Martín.
Con Parque de María Luisa, Rafael nos ofreció una colección de pequeñas piezas descriptivas, la mayoría de ellas para guitarra solista, que tratan de recrear los diferentes rincones del parque sevillano por medio de sus recuerdos infantiles y de juventud. Las piezas no son propiamente flamencas aunque sí presentan algunos pequeños guiños interpretativos al género, apreciándose influencias de la música clásica, folclórica e incluso impresionista. La escucha de la obra no nos ha transmitido ningún alarde de técnica aunque sí nos ha invitado a la interiorización, la reflexión, y nos ha aleccionado sobre lo que significa el buen gusto, emocionándonos especialmente la gran belleza de su trémolo de La explanada.
Especialmente entrañable fue la intervención de Mayte Martín, quién nos comunicó su alegría de estar acompañando a Rafael en una noche tan especial en la que, según sus propias palabras, “el flamenco está de fiesta”. La cantaora nos deleitó, como es de costumbre, con su cante magistral interpretándonos unas granaínas y soleá. El toque de acompañamiento de Rafael fue tradicional, justo, equilibrado, arrancando el ole del público con sus emotivas respuestas al cante.
El concierto termina con la intervención de Rafael junto al resto de músicos, logrando transportarnos a su etapa gloriosa mediante algunas piezas memorables como sus antológicos fandangos Al Niño Miguel, sus bulerías Mi tiempo, o su delicioso tema Puerto de Triana, de su obra Suite Sevilla. Al final del concierto, el público despide clamorosamente al guitarrista agradeciendo el resurgir del artista percibiéndose en el ambiente el calor y cariño de los seguidores que han disfrutado de esta noche mágica.
Créditos: Rafael Riqueni (guitarra), Mayte Martín (cante), Yago Santos (segunda guitarra), Guillermo McGill (batería), Manuel Calleja (contrabajo), José Luis López (chelo) y Pablo