Este jueves, el ciclo jerezano nos traía, además, las propuestas de Agujetas Chico y Beatriz Morales.
Revista La Flamenca 25/2/2022 Foto portada: Javier Fergo/Festival de Jerez
El espectáculo que realmente destacó ayer en el marco del Festival fue Alfonso Losa, que presentó y estrenó en Andalucía “Flamenco: espacio creativo”, una pieza bajo la dirección artística de Estévez y Paños que parte de reflexiones y debates de las diferentes formas y conceptos que pueden darse en el baile flamenco. Alfonso Losa no estuvo soberbio, estuvo genial, superior. ¡Qué facilidad de movimiento y qué peso en cada uno de sus movimientos! Es como si percutiera las tablas del escenario.
Efectivamente, Alfonso Losa ha tenido que reinventarse a través de su cuerpo, traspasar su mente-cuerpo-espacio y tiempo para encontrar su propio estilo que se caracterizan por unas piruetas imposibles, por un baile austero y seco que se combina con otro curvo y de virtuosismo exquisito, por un lado barroco, así como cubista y vanguardista a la vez. Pero no hay un debate o conflicto entre tanta riqueza, sino calidad, calidez y una unidad inusitada e interiorizada entre la vanguardia y el braceo tradicional.
Una de las artistas invitadas era Concha Jareño, que lució una bata de cola roja y su técnica con los palillos, pero no para que Losa descansase, ya que seguía bailando sentado desde una silla. Cuando hay tanta calidad y madurez artística no hacen falta tantos mimbres, ni siquiera escenografía. Le sobraron hasta las calles, dejando las torres de iluminación a la vista. Era una escena sobria, que arrancaba con una base rítmica, con una claqueta por la que el guitarrista Fran Vinuesa supo moverse con gran agilidad.
Otra de las artistas invitadas era la cantaora del momento, la que todos queríamos escuchar, Sandra Carrasco, con su musicalidad, los susurros y la dulzura de sus melismas (aunque esté haciendo muchas más cosas fuera del flamenco, en otros estilos, como “Canciones al Oído” en las que se acompaña de José Luis Montón), mientras que la jondura, el pellizo, la voz razgada venía de la mano de Ismael de la Rosa “El Bola”.
Resaltar la labor de dirección artística de Estévez y Paños que con su habitual energía han estado especialmente activos en la presente edición del Festival de Jerez, con el espectáculo de Macarena López, en este de Alfonso Losa y ya los veremos cerrando el festival con un espectáculo propio, “La Confluencia”.
Un espectáculo donde el buen gusto y la calidad de los artistas arrancó los más sentidos y soberanos olés del público. En definitiva, un espectáculo de baile de gran altura y calidad artística, candidato al premio de la crítica del Festival de Jerez. Tras la actuación, el público que le estaba esperando en la esquina, le recibió con una sonora y cálida bienvenida, una ovación improvisada de los aficionados y compañeros de lo más espacial.
Bajo el título de “Flamenco sin sulfitos”, sin etiquetas, presentaron Agujetas Chico y Beatriz Morales una propuesta musical repleta de multi-instrumentistas un tanto inusual, nueve artistas en un escenario tan reducido como el de Sala Compañía. El principal atractivo fue escuchar compaginar estas cualidades, la voz de los Agujetas mezclada con la frescura de su juventud, cómo se acompaña a sí mismo y disfrutar de todo el joven elenco que les rodeaba.
Por consiguiente, Agujetas Chico fue el maestro de ceremonias, haciendo uso de sus instrumentos, la voz y la guitarra, mientras que la variedad y la riqueza tímbrica vino de la mano de Diego Villegas que como artista invitado pasó del saxofón a la flauta y de ahí a la armónica. La pareja artística Dani Bonilla y Cristina Tovar también tuvieron su momento con un cante a dúo. Además, musicalmente también estuvieron acompañados de David Caro a la guitarra, Juan Grande al bajo, Juan Grande y Tarote a las palmas que también contribuyeron a enriquecer este proyecto musical y muy especialmente en un fin de fiesta que estuvo de lo más divertido.