Web revista La Flamenca. Ricardo Rodriguez Cosano 27/11/2014
Se tienen noticias del “fandango de Herrera” a través de Fernando el de Triana, donde, en su libro, divulgado en 1935, “Arte y artistas flamencos”, encontramos la siguiente información: “En Herrera, de Sevilla, también tenían un fandango de besana, que era cosa preciosa; y digo tenían, porque con estas transformaciones no sé si lo conservarán. Entre los cantaores no profesionales, que había en el pueblo, sobresalía un tal Carlillo (así lo llamaban). De entre las muchas y clásicas letras, que cantaba, recuerdo ésta, que era su favorita: “Con que gusto vivirán”. Esta copla en la boca de Carlillo era algo grande. ¡Qué bien timbrada voz, qué gusto para cantarla!”.
Dichas noticias de la existencia del fandango de Herrera me fueron confirmadas, en la década de 1970, por Pedro de la Timotea, cantaor local, que debió su nombre a su madre, Carmen de la Timotea. El referido cantaor, Pedro Gómez Moreno, nació en Herrera, el 19 de Enero de 1896 y falleció en su pueblo, el 25 de Abril de 1986, con 90 años. En aquella ocasión, quedó constancia de la existencia del fandango de este pueblo, donde Pedro, con un hilito de voz, interpretó este cante.
Pasado el tiempo, hace 3 ó 4 años, fui invitado por la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Herrera a la presentación de un CD titulado: Pedro de la Timotea (Selección de cantes), producido por dicho Ayuntamiento, con la colaboración del Instituto Andaluz de Flamenco y la coordinación, documentación, textos y selección de cantes de Salvador Arjona Díaz y el guitarrista local, Joselín Valdés.
Escuchada dicha grabación, llegó la sorpresa en el título 39, “Porque no me dio la gana” Fandango de Herrera (Guitarra: Joselín Valdés), ya que dicho estilo está asignado en la discografía flamenca al fandango de Pérez de Guzmán. Este cantaor, que nació en Jerez de los Caballeros (Badajoz) en 1895, y murió en Lucena del Puerto (Huelva) en 1930, cuando tenía 35 años, tuvo tierras en propiedad y en arrendamiento junto a un hermano suyo, según se cuenta, en Estepa (Sevilla) y en Antequera (Málaga).
Después de mi entrevista con Pedro de la Timotea, entraron en mi modesto archivo los siguientes cantes del susodicho fandango:
Antonio Pozo “El Mochuelo”, que nació en Sevilla, en 1868 y murió en San Rafael (Segovia), en 1937, grabó en 1915, cuando contaba 47 años, en disco de pizarra, el título: “Fandanguillo de Huelva” nº 1 “Hombre necio y atrevido” (Popular), grabado nuevamente, mucho después, por “El Correo”, junto a otros dos cantes: “Le pedí a un ramo una flor” y “No necesito cuchillo”, dentro del mismo estilo propuesto. Por aquella época, contaba Pérez de Guzmán 20 años.
Un poco más tarde, El Cojo de Málaga, Joaquín Vargas Soto, que nació en Málaga, en 1880 y murió en Barcelona, en 1940, grabaría, dentro del mismo estilo, entre otros fandangos, los siguientes cantes con la guitarra de Miguel Borrull: “Y de Calañás, calañés”, “Hasta las tres te esperé” e “Y cuatro copas de vino” (Discos de pizarra) y “Con cuatro jacas castañas” (Fandangos del Alosno).
También grabaron, entre otros cantaores, Manuel Centeno, Porrina de Badajoz y Juanito Valderrama el susodicho fandango. Las siguientes letras fueron las más divulgadas por el popular cante: “Como tuviste valor” y Se ha enamorao de una estrella”
Aunque veamos este fandango nominado, por un lado, como fandango de Huelva y del Alosno, y, por otro, como fandango de Pérez de Guzmán, el mismo corresponde al fandango de Herrera, cuyo eslabón comienza en Carlillo, le siguen Antonio Pozo “El Mochuelo”, El Cojo de Málaga y Pedro de la Timotea de Herrera, que lo aprendió de su madre, que tocaba la guitarra.
Referente a la nominación de los cantes, hemos de decir que, en la discografía flamenca, encontramos algunos errores, ya que los títulos no corresponden con el contenido de los cantes de los mismos; unas veces, con intención de la cadena de producción y otras, sin mala intención.
También, hemos de hacer constar que, en los antiguos catálogos de la discografía de pizarra consultados, no aparecen grabaciones de Pérez de Guzmán. De la misma manera, en la relación de cantes del Alosno no aparece tampoco este estilo, ya que el mismo se acompaña con el “toque abandolao”. Así pues, si rastreamos las antologías de los fandangos de Huelva no encontraremos rastro de este fandango, si exceptuamos la grabación del LP, divulgado por La Peña Flamenca de Huelva (Columbia CPS 9654) en 1980, donde, en la contraportada y bajo la firma de Juan Gómez Hiraldo, se dice al respecto lo siguiente: “A Pérez de Guzmán le hemos hecho nuestro en flamenco por un fandango que aún no llevando un aire muy choquero – más bien malagueño – lo paseó por toda Andalucía y lo impuso como una de las mayores creaciones que de Huelva han salido. ¡Qué gran estela de amor a Huelva puso Pepe a su fandango! Su inimitable copla entró en el rito solemne de los cantes por Huelva como un aire forastero al que desgajamos de los sones lentos de una sonata nuestra, pero con el seguro y dolorido sentir de un estilo que perdurará. ¡Ay, lucerito de la mañana, estrella del firmamento!”.
El referido fandango, antes de la grabación del CD de Pedro de la Timotea, fue reconocido por viejos aficionados de Herrera, que habían convivido con Pedro, entre los que hemos de citar a Antonio Mendoza Ucedo y Manuel Carmona López; este último me dijo, no hace mucho, que Pedro de la Timotea le había asegurado que Fernando el de Triana, Antonio Pozo “El Mochuelo” y El Cojo de Málaga habían estado en Herrera, donde conocieron el fandango.
Pero cabe preguntarse: ¿Cómo llegó este fandango a Pérez de Guzmán? La respuesta aparece en una entrevista de un periódico de Osuna, llamado “El Paleto”, que se le hizo, por parte de un colaborador, a Pedro de la Timotea: “Después me llamaron los Pérez de Guzmán, que era gente de Huelva, que hicieron mucho dinero, y que cantaban bien, también. Fíjese usted que tenían en el cortijo a un guitarrista, también de Herrera, pagado nada más que para tocarles a ellos”. Hay que tener en cuenta que Pedro de la Timotea no quiso ser cantaor profesional y se dedicó a trabajar en los campos de Herrera y de su comarca.
De todo lo expuesto, se deduce que del “fandango de Herrera” se tienen noticias por Fernando el de Triana, en 1935, cuando dicho cante, con anterioridad, estuvo en boca de Carlillo, cantaor local, que ya lo interpretaba a finales del siglo XIX y principios del XX. En esta época, se desarrollaron los espectáculos flamencos en los cafés cantantes de Sevilla, donde participaron Antonio Pozo “El Mochuelo” y El Cojo de Málaga, que estuvo actuando durante cinco años, según sus biógrafos.
Mientras tanto, Carmen de la Timotea pasó a su hijo Pedro, este fandango local, y, al mismo tiempo, lo grabaron Antonio Pozo “El Mochuelo”, El Cojo de Málaga y otros cantaores, que lo divulgaron por la geografía flamenca.
Luego, de Pedro de la Timotea pasó el fandango a Pérez de Guzmán, que le daría el toque definitivo, a través de las fiestas y actuaciones. Otra circunstancia a tener en cuenta es que el guitarrista, que solía acompañar a Pérez de Guzmán, era de Herrera. Los guitarristas suelen ser, en muchos casos, los más entendidos del mundillo flamenco, y el guitarrista citado pudo ayudar a Pérez de Guzmán a asimilar dicho cante.
Por último, hemos de decir que, escuchados los títulos referidos, se puede observar que, en los mismos, hay matices, que los intérpretes fueron poniendo a una misma melodía; lo que supone una recreación constante. Lo que queda claro es que el “fandango de Herrera” fue evolucionando con matices creativos dentro de los “cantes abandolaos”.