Web revista La Flamenca Isidoro Perez. Granada (Teatro Alhambra) 8/5/2012
María José Pérez, es una chica joven, estudiosa y trabajadora que poco a poco va encontrando su sitio en un panorama flamenco cada vez más saturado de jóvenes bien formados y con esperanza de futuro.
No está el cante en crisis como dicen algunos puristas, no es cierto, en todo caso podremos echar de menos otra forma de decir los cantes, aquella en la que la técnica no era conocida como lo es hoy.
María José es una de esas jóvenes que tiene una gran preocupación por la perfección, de ahí su exceso en el control de la respiración y de la voz. Quizás por ello no es pasional y por eso a veces resulta un tanto fría. Pero de unos años aquí he visto cambiada a María José, creo que se está reconvirtiendo, cuando se deja llevar por el momento, resulta más natural, más atractiva.
En la soleá se peleó con el cante no dejando de ser precisa y limpia, con una buena tanda de Alcalá y Cádiz y un acompañamiento muy conseguido de la guitarra de un Ochando muy preciso, prudente y centrado en su trabajo de acompañamiento con muchos matices de buen gusto. Esto ocurriría durante toda la noche, fiel compañero con sus falsetas intimistas, llenas de brillo y personalidad.
Hizo un recorrido por cantiñas, pasando por alegrías de Cádiz y un apunte de Córdoba, terminando las alegrías en tonos de soleá, algo novedoso lo que unido a la introducción libre a las cantiñas dieron un resultado de conjunto desigual desde un punto de vista tradicional pero muy logradas en cuanto a ritmo y estética.
Su tercera entrega es tientos y tangos. En los tangos se acuerda de Granada, de Morente, destacando más en los tonos altos que en los bajos, como siempre.
A continuación hace cantes de Levante, acordándose de su tierra, y finaliza su trabajo con un poquito por bulerías, introducidas con una versión personal de Ojos Verdes, se recrea en unos fandangos de Carbonerillo pero también Jerez, rematando de pie sobre las tablas, sin micro y echándose una pataílla.
Antes de abandonar la escena, nos regala tres fandangos de Huelva, entre ellos uno de cabezasrubias.
Ficha artística:
Cante: María José Pérez. Guitarra: Miguel Ochando.
La segunda parte de esta velada es protagonizada por Daniel Navarro “Niño de Pura”, todo un virtuoso de la guitarra flamenca, un maduro joven, al que aún no le pintan canas.
Para empezar, el apoyo de Daniel Navarro (Niño de Pura) ha sido excelente por parte de los tres miembros del grupo; cómo puede sonar una guitarra, palmas y un cajón de manera tan exquisita.
No se trata ya de virtuosismo, que lo es, se trata también de saber montar los temas y saber expresarlos de manera que resulten impactantes. No hay sorpresa en su forma de tocar para quien lo conoce pero hay sorpresa permanente durante su ejecución, arriesgada, solvente, ajustada, todo adjetivo es insuficiente para determinar la evolución de los temas y de la velada.
Con un sonido perfecto, ajustado al mínimo de error, según él mismo, fue elaborando un programa eminentemente rítmico tras con una taranta de difícil interpretación.
En las alegrías hay que disfrutar a Dani, hay que evadirse de los corsés aprendidos en guitarra; nos hace una melodía, unas escalas imposibles, las que uno sólo puede desarrollar con la imaginación ya que trasladarlas al diapasón sería irreal. Así han resultado las alegrías, con la voz hecha de un Churumbaque que sabe aportar la sal de Cádiz.
La guajira, pieza a la que le tiene cariño especial, compuesta hace 20 años y que aún hoy sigue interpretando, nos envía a los aires cubanos sin más instrumentos que la guitarra.
Fantasy, composición de varios estilos flamencos que admite, soleá, rondeña (de Alcalá y chica en la voz de Churumbaque) más bulerías. Es una combinación de técnicas y acordes en un compás de ¾ que nos transmite originalidad y versatilidad.
Bulerías, en las que destaco su extrema dificultad. Niño Pura controla con sus gestos, con su mirada, a todo el grupo, es un trabajador del compás, juega con él con la exactitud de la percusión y las palmas, al que se suma el cante.
Cierra con fandangos de Huelva, que no faltan en sus conciertos, en palabras de Dani, con un recorrido por Huelva incluido Paco Toronjo en el cante, con unos picados trepidantes; el último fandango lo canta la propia guitarra a base de picados, fulminando todos los registros existentes de velocidad y exactitud de la noche.
Niño Pura es un hombre que ha sabido ganarnos a todos, ha sido simpático, agradecido, un guitarrista de técnica impecable (pulgar, picados, arpegios, ligados… todo), de composiciones imposibles e inalcanzable magisterio.
Ficha artística:
Guitarra: Niño Pura. Cante: Rafael Espejo “Churumbaque hijo”. Percusión: Agustín Henke. Palmas: María