Blanco, junto a un grupo de expertos en el flamenco trazarán líneas de trabajos basadas en la exhibición, el acompañamiento de los artistas, la formación e investigación y la internalización.
Revista La Revista 26/5/2021 Foto: © Oìscar Romero
El Centro Cerámica Triana de Sevilla ha sido el lugar elegido para presentar de forma oficial al nuevo directos de la Bienal de Flamenco de Sevilla, Chema Blanco. El acto ha estado presidido por el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, y donde Blanco ha asistido acompañado del grupo colaborador formado por cinco miembros que participarán de forma activa en la edición XXII del ciclo flamenco sevillano.
La presentación arrancaba con las palabras del delegado, que ha señalado que “se abre una nueva etapa en la Bienal. Sevilla debe seguir liderando con la Bienal el hecho flamenco. Somos un escaparate y estamos convencidos de que las líneas de trabajo que pone encima de la mesa el nuevo director nos llevarán a ser nuevamente capital del flamenco”.
Por su parte, Chema Blanco antes de desgranar las líneas en las que va a centrar su trabajo ha comentado que se enfrenta a “un proyecto ilusionante”, haciendo además hincapié que tras este periodo pandémico la próxima Bienal debe ser la del “optimismo”.
Tras ello, Blanco presentaba sus principales líneas de trabajo que para su puesta en marcha contará con la colaboración del denominado “grupo de ampliación del conocimiento y desarrollo del Flamenco” formado por cinco miembros presentados en este mismo acto.
Estos cinco miembros son: Sara Arguijo, periodista y experta en flamenco; Cristina Cruces, doctora de Geografía e Historia y profesora titular de Antropología Social de la Universidad de Sevilla; Alberto García Reyes, periodista y experto en flamenco; Iván Periáñez-Bolaño, doctor en Antropología por la Universidad de Sevilla e Isabel Rodríguez Palop, periodista y experta en flamenco.
Un grupo que pretende ser activo, dinámico, flexible, participativo… y que trabaja para aportar conocimiento y experiencia, así como tomar decisiones estratégicas y consensuadas con la dirección, que puedan ayudar a configurar propuestas de valor y trazas nuevas vías de crecimiento en torno al flamenco.
Además, Chema ha desvelado los ejes centrales en los que se está trabajando. El primer de ello es la exhibición. Es decir, la XXII Bienal de Flamenco será lugar para la exhibición, una herramienta que hará que la ciudad pueda sentirse viva durante todas las horas del día, en la mañana, en la tarde y en la noche.
Se buscan proyectos, artistas y creadores comprometidos con la máxima “ciudad creativa, ciudad de las ideas”. Por ello, se quiere aprovechar las sinergias que brinda la propia ciudad, tanto a nivel artístico como institucional, para propiciar encuentros con el arte flamenco y otros artistas que procedan de diferentes disciplina como el rock, el pop, la música antigua, la electrónica… o con eventos en la ciudad como el Monkey Week, el FeMÀS o Nocturama, para dejar latente que el flamenco es un arte vivo, en permanente evolución y en constante diálogo con estilos musicales diversos.
Esto no es más que como dice Blanco asumir por parte de la Bienal “la responsabilidad de ser uno de los epicentros más importantes de la efervescencia cultural de la ciudad”.
El segundo eje en el que se trabajará será el acompañamiento y apoyo a los artistas. El propio director ha señalado que “no existen salas para que los creadores ultimen sus proyectos antes de que puedan ofrecer su obra en un gran escenario”. Por lo tanto, su reto es facilitar el acceso a lugares como las salas de teatro independientes, los distritos… como espacios de ensayo o work in progress para artistas residentes, apostando fuertemente por esto último, las residencias, como línea de trabajo.
Como tercera línea de trabajo ha destacado la internacionalización, para situar a Sevilla en el panorama de la cultura mundial. Sin duda alguna, el flamenco y la Bienal son foco de atención y de proyección turística, por ello, pretende que en la próxima edición se pueda ofrecer, al menos, dos coproducciones internacionales.
Y por último, ha hablado de la formación e investigación. En el apartado formativo, de cara a la próxima edición pretende la creación de la Escuela Bienal un espacio que acogerá las enseñanzas de diferentes maestras y maestros ofreciendo talleres y cursos en periodo Bienal buscando el apoyo de las Academias de Baile en la ciudad y la Fundación Cristina Heeren.
Centrándonos en la investigación, Blanco junto a su grupo de experto pretende crear lazos con las Universidades, y especialmente con el CICUS, a través de la creación de un Programa Común para la Investigación, Reflexión y el Desarrollo del Arte Flamenco. Unido a ello, también se quiere trabajar en un Archivo Municipal del Flamenco con material procedente de la Bienal y de la propia Hemeroteca Municipal; promocionar proyectos de investigación mediante ayudas para editar y publicar; convocar talleres con artistas e investigadores; celebrar un Encuentro Internacional en torno al Arte Flamenco con presencia de investigadores, artistas, programadores y otros agentes del sector; poner en marcha programas específicos de captación de nuevos públicos… y un largo etcétera.
Chema Blanco se pone al frente de la dirección de la Bienal de Flamenco de Sevilla con un proyecto ambicioso, a la par que claro y directo, donde además incluye trabajos trasversales que finalmente conformará la XXII Bienal y entre cuyas temáticas encontramos la difusión de la historia del flamenco y su relación con las Peñas; el flamenco y la mujer; la conexión entre el pasado y el presente del arte flamenco, la mediación y el consenso; la parte más didáctica de esta disciplina; el punto de vista antropológico junto al binomio Flamenco Gitano…