Revista La Flamenca. Judevelo. Jerez de la Frontera. Teatro Villamarta. 4/3/2012 21:00 H. Foto: Javier Fergo
La meteórica carrera de esta joven bailaora es reflejo directo de su inquietud creativa, de la necesidad de expresar que siente, de la búsqueda exigente e incesante en la que se encuentra sumida. Los resultados que arroja, ocho montajes propios hasta la fecha además de destacadas colaboraciones en propuestas de otros compañeros, la convierten en una de las grandes de la danza española.
No obstante, la expectación, curiosidad e ilusión con las que acudimos siempre a ver los espectáculos de Rocío Molina no se vieron en esta ocasión satisfechas. Y no fue porque su baile no estuviera a la altura de otras ocasiones, su ejecución y diversidad de recursos expresivos son sencillamente abrumadores, sino por el envoltorio dramático en el que esta vez nos lo presentaba.
La obra nos resultó densa, muy oscura, fría, desabrida, tenebrista y un punto tétrica. Escasearon los momentos de verdadera intensidad y emoción. La seguiriya, el preciso y vigoroso zapateado que ejecuta entorno a la copa que coloca en el suelo junto al número final que la suspende al borde del precipicio del escenario fueron los únicos pasajes que lograron sacarnos de la opacidad que condensa toda la obra.
Ficha artística.
Baile: Rocío Molina. Cante: Jesús Méndez (artista invitado)
Guitarra: Eduardo Trassierra. Palmas y compás: José Manuel Ramos ‘El Oruco’. Miguel Ángel Ramos ‘El Rubio’. Idea, coreografía y dramaturgia musical: Rocío Molina. Música original: Eduardo Trassierra. Asesor dramatúrgico: Roberto Fratini. Asesoramiento de cantes y arreglos: Rosario ‘La Tremendita’. Percusionista asesor: Álvaro Garrido. Diseño de iluminación: Rubén Camacho. Iluminación: Antonio Serrano. Sonido: Pedro León. Regiduría: Balbi Parra. Realización vestuario: Mai Canto. Diseño y construcción de atrezzo: Israel Romero. Dirección musical: Rosario ‘La Tremendita’. Rocío Molina.