Los jóvenes instrumentistas encandilaron al público sevillano en la segunda cita del ciclo Flamenco viene del Sur.
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Web Revista La Flamenca. Luis M. Pérez. Sevilla. Teatro Central 15/3/2017 Foto: Daniel de García
Dos por el precio de uno, con eso nos obsequió anoche el ciclo Flamenco viene del Sur en la segunda velada de lo que se va conociendo informalmente como “Los martes flamencos”. Cien minutos de disfrute que se pasaron en un abrir y cerrar el escueto programa de mano, o como se dice, en un voleo, ahora te veo, ahora no te veo.
Parecía que no hubiese corrido el reloj desde que Antonio Moreno se plantara en mitad del escenario con dos varas verdes cortando amenazadoramente el aire por martinetes, y adornara el compás con unas piedrecitas que guardaba en sendas talegas que colgaban de su cintura, así, a modo de faltriquera. Cosas de Pedro G. Romero, pensaría uno, o un guiño inocente a su adorado Israel Galván…
Lo cierto es que pocos se asustaron en las gradas del Teatro Central, ni los que conocen la carrera de Antonio Moreno Sáenz (Utrera, 1978) desde que ganara en 2014 el Filón Minero del Festival Internacional del Cante de las Minas (que es el premio de La Unión al mejor instrumentista flamenco); ni los que tuvieron la suerte de asistir a este mismo espectáculo en la pasada Bienal de Flamenco. Tanto el recital “Al Golpe”, como el “Bajo de Guía” de Diego Villegas fueron programados en la Iglesia de San Luis de los Franceses, un espacio único aunque de reducidísimo aforo, y esta era la oportunidad para aquellos que se quedaron entonces sin verlos.
Antonio Moreno es un músico de pies a cabeza, y flamenco cabal. Tiene tan interiorizado el ritmo y el compás que no solo se ha convertido en un virtuoso de una amplia gama de instrumentos de percusión, sino utiliza su propio cuerpo como instrumento. Durante el descanso tuvimos ocasión de charlar con Roberto Jaén, otro de los percusionistas de primera fila del panorama actual: “Aunque tenía referencias de él, no había tenido la oportunidad de verlo actuar en directo. Ha sido una absoluta sorpresa, me ha encantado, es un nuevo concepto, nuevos colores… A partir de hoy soy su fan número uno y, cada vez que actúe cerca, iré a verlo sin dudarlo”.
Se hace acompañar por la preciada voz de Juan José Amador, que le cantó una fabulosa taranta, seguida de una rondeña con el aire abandolao muy marcado por una variedad de instrumentos de percusión: campanas, el gong, palmas, zapateados, atisbos de baile… Y, por encima de todo, la marimba, esa especie de xilófono gigante de madera, instrumento nacional de Guatemala, Costa Rica y con gran presencia en parte de Colombia y de Méjico. Antonio la toca con cuatro mazas, dos en cada mano, y le arranca falsetas, arpegios y hasta rasgueados propios de la guitarra más flamenca. Inolvidable la tanda de soleares a palo seco, con ambos artistas sentados a una mesa de madera, en la que Antonio, a golpe de nudillos, falanges, y hasta la yema de sus dedos, despertó en más de uno emociones que no conocía. Un lujo de artista.
Como también lo es Diego Villegas Gómez (Sanlúcar de Barrameda, 1987), al que tuvimos la suerte de entrevistar para la Revista la Flamenca hace ahora dos años, cuando saltó a la fama tras su actuación en el espectáculo Divino Tesoro en el Teatro de la Maestranza.
Gran admirador de Jorge Pardo, Diego Villegas es también músico de carrera, compositor de su disco “Bajo de Guía” y un dominador virtuoso de la flauta travesera, de la armónica y los dos saxos, el tenor, y sobre todo, el saxo soprano. Más que un instrumentista, Diego es un cantaor que dice el cante a través de sus instrumentos. Entre el mirabrás, los tanguillos y los fandangos, fue de destacar una vidalita dedicada al viaje alrededor del mundo de Magallanes. Y las soleares dedicadas a su bisabuela, ejemplo de cómo la innovación y la modernidad no tienen por qué estar reñidas con la tradición más enraizada.
Y para acabar, por fiesta, felizmente acompañado por su grupo, al que tuvo la deferencia de presentar, obligación que parece últimamente en desuso. Los jerezanos Pedro Pimentel, muy flamenco a la guitarra, y Carlos Merino, soberbio percusionista que se acopló perfectamente con su compañero, el bajista sevillano Daniel Arjona.
Mención especial para la bailaora jerezana Leonor Leal, que bailó con generosidad en ambos recitales, dando prueba de su maestría y saber estar. Dejó varios guiños a la genial Carmen Amaya y admiró al personal con su ductilidad y ese “momentazo” bata de cola que se te queda en la retina.
Ficha artística
Espectáculo: "Al Golpe/ Bajo de Guía"/Ciclo: Flamenco viene del Sur de Sevilla/ Lugar y fecha: Teatro Central de Sevilla 14/3/2017
Primera Parte. Antonio Moreno – “Al Golpe”
Percusión: Antonio Moreno
Cante: Juan José Amador
Artista invitada (baile): Leonor Leal
Segunda Parte. Diego Villegas – “Bajo de Guía”
Viento (saxos, armónica, flauta): Diego Villegas
Guitarra: Pedro Pimentel
Bajo eléctrico y contrabajo: Daniel Arjon
Percusión: Carlos Merino
Artista invitada (baile): Leonor Leal