(Karonte-Cam
bayá, 2005)
Ya sabe del riesgo que supone sacar un disco -doble, además- de carácter monográfico. El aburrimiento que produce escuchar el mismo compás durante varias horas se convierte en un handicap cuando, desde la óptica comercial, la obra se pretende ofrecer al oyente normal. En este sentido, Por Soleá es, desgraciadamente, caldo de la inmensa minoría que somos los aficionados al flamenco, consumidores potenciales de este trabajo. Por eso, lo que hace Diego Clavel (La Puebla de Cazalla, 1946), es darse un capricho, y de paso, hacernos un regalazo. Porque basándose en la, hasta ahora, única obra imprescindible de la bibliografía flamenca (me refiero al libro de los Soler de 1992), nos ofrece un amplio abanico de la gama de estilos por solea, con el aditivo de su interesante aportación personal en las letras. Producido por Antonio Blanco, recorre Alcalá, Marchena, Lebrija y Utrera (debió actualizar a la Serneta), haciendo noche en Triana y vaciándose, ya de madrugada, en las variantes gaditanas, jerezanas y cordobesa. Gracias a Diego -que se acompaña de las guitarras experimentadas de Antonio Carrión y Paco Cortés- tenemos la cómoda posibilidad de paladear, debidamente documentados y agrupados, la amplia gama de melismas que emanan de los estilos soleaeros. Igual de flamenco que Chambao.