Bordón de Trapo (Karonte, 2006)

Las grabaciones de guitarra flamenca solista no pasan por un momento álgido. La falta de creatividad de los compositores es suplida por una técnica arrolladora que consigue, en parte, disimular el déficit musical que anunciamos. Miguel Ángel Cortés, sin embargo, nos muestra en Bordón de Trapo un diálogo melódico interesante, poniendo la técnica al servicio del alma. No es una catarata de música, si bien Cortés ha conseguido hacer de esta obra un muestrario equilibrado y coherente de lo que su guitarra es capaz de hacer en el toque de concierto y en el acompañamiento (Arcángel por soleá, Carmen Linares por seguiriya y Esperanza Fernández por bulerías). Ciertamente, no estamos ante las mejores interpretaciones de estos, pero sí ante un guitarrista que, independientemente de tenerles cogida la medida, sabe situarse y desenvolverse con maestría en el arte de musicar el cante.
De los seis toques solistas -la mayoría rítmicos- es valorable su independencia del lenguaje común, por encima de cualquier cosa. Mas las joyas de este muestrario son dos: De Graná pa Sevilla, un paseíllo especialmente hermoso y de un empaque sobresaliente; y la granaína que da título al disco, tan ilustrativa como profunda. Quizás haya que agradecer parte de todo esto a que las labores de producción de Gerardo Núñez no se han excedido de sus límites, pues su marcado carácter como intérprete y compositor no son palpables en las obras del granadino. Con lo cual, nos aseguramos de que la guitarra que suena nos trasmite lo que Miguel Ángel Cortés quiere contarnos. Sin aditivos, ni colorantes. Como debe ser.