Ángeles Espinar es un ejemplo de mujer trabajadora y luchadora.
Revista La Flamenca. Ángeles Fernández. 27/4/2022 Fotos: Ángeles Espinar
Con una gran trayectoria profesional en los bordados a mano de mantones de Manila. Nacida en Villamanrique de la Condesa (Sevilla). Entre sus diseños destacan los dibujos antiguos, a los que siempre imprime su propio estilo.
En la actualidad, es su hija María José la que lleva el taller de bordados, siendo la tercera generación de artesanas bordadoras desde 1925. Revista La Flamenca ha mantenido un encuentro con ella, quién nos ha explicado cómo son sus creaciones y cómo se encuentra actualmente el sector económico y artesanal de los mantones.
¿Cómo comenzó su pasión por el diseño de mantones?
Yo soy la tercera generación, ya en el año 1930, mi abuela tenía su taller en Villamanrique. Mi madre, Ángeles Espinar, en principio, aunque conocía las telas, se apartó un poco del tema, pero en el año 1978, cuando vio que la esencia del mantón se estaba perdiendo, decidió retomarlo.
Para ello enseñó a algunas niñas del pueblo y cogió a señoras que ya sabían bordar. Creó dibujos nuevos y sobre todo se centró en el colorido. Sin duda alguna, ella cambió totalmente la forma de ver el mantón de manila, lo hizo moda.
Yo, desde muy pequeña estoy metida en este mundo artesanal del mantón, pues a la par que estudiaba, trabajaba con ella. Mi toque en los diseños de los mantones se refleja en mi amor por el arte y la pintura.
Todos vuestros mantones son hecho a mano ¿cuánto se tarda en diseñarlo y tenerlo listo?
Se trata de un trabajo artesanal cuya duración de elaboración va a depender también mucho del tamaño del mantón. Por ejemplo, un mantón grande puede tenerse listo en 7 meses, y uno pequeño en 2 meses.
¿Cómo consigues que sus mantones sean únicos?
Principalmente pensamos en nuestras clientas, para ello hacemos mantones ponibles, cómodos… También se distinguen por el colorido que le imprimimos, para distinguir unos de otros; sin olvidar el tipo de puntada y los dibujos.
De hecho, en nuestro taller nos gustan mucho los mantones con flores grandes, no tipo “cigarrera” que son las 5 rosas grandes, si no unas rosas más medianas.
¿En qué se inspiras para diseñar?
En nuestro taller nunca verás un mantón igual, ni en colorido ni en diseño. Las flores y los dibujos antiguos son nuestra seña de identidad, y continuamente estamos renovando diseños y añadiéndoles elementos nuevos.
¿Cómo los recibe el público?
El público, la verdad, es que siempre alaba mucho nuestro trabajo. Bien es cierto, que estamos en una época convulsa, donde no se está comprando tanto mantón. Sabemos que es una pieza cara, pero porque tiene un trabajo artesanal muy grande, y no todo el mundo accede a su compra.
¿Cuál es el elemento esencial que tiene que tener un mantón?
Para nosotros y para nuestro taller, el elemento principal de un mantón son las flores. Por ello, es muy importante ir cambiando el estilo. Tenemos mantones de orquídeas, ¿pensamientos?... vamos, continuamente, innovando.
¿Quién le gustaría que llevará algunos de sus diseños?
Me encantaría ver a la Reina Letizia con uno de nuestros mantones.
¿Qué tal su experiencia fuera de España?
Hasta nuestro taller vienen muchos clientes de otros países buscando nuestros mantones y diseños. Pero además, gracias a las agencias de modelos nuestros diseños han llegado hasta Japón, Nueva York, Las Vegas, Milán…
Además, pertenecemos a la Michelangelo, que es la mejor guía de artesanos de Europa, a la cual pertenecemos por ser uno de los artesanos más importantes de España.
¿Cree usted que hay un mantón para cada mujer?
Para nosotros lo principal es que nuestra clienta se encuentre cómoda, por lo que trabajamos siempre para que el mantón forme parte de ella.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Tal y como he señalado con anterioridad me encanta la creación, el dibujo además de teñir y el contacto con los colores.
¿Cree que se llegará a perder el mantón?
La verdad que es un trabajo artesanal que va cayendo. Si miramos hacia atrás, en los años 80 y 90 mi madre contaba con más de cien bordadoras en el taller. Actualmente solo hay cinco.
Tengo que destacar que desde el 2008, la demanda ha bajado mucho. Al sector, la crisis nos ha afectado de sobremanera pues el mantón es un producto catalogado como de “lujo”.
El futuro de este artículo artesanal pende de un hilo. Es un trabajo muy constante, que requiere de mucha paciencia y al que le tienes que dedicar muchas horas. Tienes que adaptar una artesanía que es tradicional a un modo de vida actual. Es difícil.
¿Hay algún familiar que se una a la generación?
Tengo la suerte que mi hija está muy metida en el taller y juntas hemos innovado creando una nueva línea que se llama Espinar Antique. Se trata de un trabajo de restauración de mantones, es decir, mediante piezas que están hechas, le ponemos flecos nuevos, limpiamos, si tienen agujero lo bordamos… y volvemos a poner en venta.
Está funcionando mucho esta iniciativa, le damos segunda vida a piezas únicas, hechas a mano y que tienen su historia, y además son más económicas que una nueva, pues es una pieza ya hecha, a la que solo hemos tenido que añadirle mano de obra.